miércoles, 16 de junio de 2010


Apunte de lectura
Obligar a leer es un error que aleja a este hábito.
Basta para que un profesor te obligue a leer un libro para que no lo leas.

Eraclio Zepeda
La vinculación de la lectura con los castigos o las obligaciones es un error que aleja a los jóvenes de este hábito, coincidieron en señalar educadores, psicólogos y especialistas que se reunieron en el Foro «La motivación a la lectura a través de la literatura infantil».
Y a propósito, «Leer en la escuela sin obligatoriedad», fue la conferencia que dio el escritor y promotor cultural Juan Domingo Argüelles dentro de las actividades del «Primer Encuentro Estatal de Lectura» que realizó en esta ciudad capital la Coordinación Estatal del Programa Nacional de Lectura para docentes de todos los niveles educativos de las ocho regiones de la entidad.

En este evento, Juan Domingo Argüelles señaló que imponer la lectura es empezar a promover su desapego, precisa que la lectura se adquiere por contagio, y por imitación, en alusión a la importancia del ambiente lector que debe indudablemente iniciarse en el hogar.
Hay muchas formas de fomentar el hábito de la lectura, pero la más eficaz –dijo- es el ejemplo; padres que leen fomentan hijos lectores. Luego están los profesores, los promotores de la lectura, los bibliotecarios y demás que si consiguen hacer la experiencia placentera reafirmarán o despertarán el gusto de la lectura.
«La lectura que no dura, es la que es impuesta con mano dura», señaló también que es mejor sugerir que imponer, el joven adquiere otra dimensión, evidentemente placentera, cuando se le transmite por recomendación y sin que el estímulo sea la recompensa de la calificación.

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