martes, 14 de septiembre de 2010

Columna



Entre la verdad y la ficción
Cólera y agresividad.
«El odio es la cólera de los débiles» -León Daudet, nació en 1942. Político, periodista y escritor francés-
«La fuente biológica de la cólera radica, al igual que la del miedo, en una propiedad genérica de la materia viva. Las células y organismos son irritables y al ser estimulados por ciertos agentes excitantes, fisicoquímicos, liberan una cantidad de su propia energía, a veces mucho mayor que la de los estímulos». Esto lo destacan los estudios de la psiquiatría con relación a la cólera o rabia.
A este básico fenómeno hay que añadir un factor psicológico para comprender la reacción colérica de animales superiores, incluso del hombre, a saber: la interrupción parcial del curso de la respuesta. Tan pronto como el sujeto se da cuenta de que hay algo que puede comprometer el éxito de sus planes o deseos, experimenta cólera contra ello. Así, la cólera implica, la previa vivencia de una amenaza en la libertad de acción individual; lo que, por lo demás, puede engendrar, también, al miedo. Y es así como ambas emociones aparecen unidas en la evolución zoológica. Si el miedo es demasiado intenso la cólera no puede desarrollarse, mientras que cuando ésta domina a aquél casi se hace imperceptible. Solamente en situaciones raras y extremas pueden darse, no obstante, enteramente aisladas. Incluso en la guerra tales situaciones no son lo suficientemente intensas como para aterrorizar por completo al sujeto, y por eso lo frecuente es hallarlo sumergido en un estado emocional mixto, de miedo y de rabia.
Esto es lo que dice la psiquiatría de los miedosos y la cólera que experimentan: «A su vez, los civiles, no teniendo en quien descargar su nerviosidad, la proyectan contra las autoridades políticas y el gobierno: «estamos empezando mal», (come mierdas, según Zeferino); «no hemos encontrado aún los jefes propios para esta situación» (cobardes y etílicos, según Carlos Torreblanca); «quienes nos han lanzado a la guerra deberían ser los primeros en ir a la línea de fuego» («a mí me tocó junto con muchos otros que murieron, construir este partido, el que lo niegue es un falto de hombría», palabras de Torreblanca Galindo ); «el enemigo no es tan censurable como nosotros mismos por nuestra falta de preparación» («Yo no sé quién ofenda más a la población, si un lenguaje prosaico, popular, que ser un corrupto, mentiroso como son muchos que se cambian de camiseta de la noche a la mañana (Zeferinesco el muchacho). Otras veces el desplazamiento va más. Allá y los ciudadanos protestan contra la falta de «sentimientos religiosos y morales»; « la estupidez humana», etc.
«…el gobernador justificó sus declaraciones de la semana pasada y de este miércoles, con el argumento de que tiene «dignidad» para opinar y porque junto con otros que ya murieron construyeron el PRD. (El Sur, edición viernes 10 de septiembre 2010; número 4630, página cuatro y cinco)
Alegó que «la política es el arte de la oportunidad» y como gobernador tiene que denunciar «una aberración» de ese tipo, porque si no le llamarían cobarde por hacerlo a posteriori, en referencia a la candidatura de Angel Heladio Aguirre Rivero.
Sigue mencionando la misma psiquiatría, esto: «Naturalmente, cuando Fulano de Tal hace esos comentarios, sabe que no va a ser contradicho, porque ni los «causantes de la guerra» ni la «estupidez humana» pueden objetarle. He aquí por qué habla tan libremente».
Ahí usted amable lector, saque conclusiones ante quien estamos.

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