jueves, 21 de octubre de 2010

Columnas


El Alacrán
¡AH QUE A TODA MADRE ES VIAJAR!
Así es mi estimados Apaches, Indios de la raza de bronce, viajé al bello valle de El Ocotito, para trasportarme, lo hice en un carrito, chiquito de marca incomoda de servicio público, en donde viajan 6 pasajeros todos como lata de sardinas, «faltan dos» gritó el chafirete, se acerca una chica de no malos bigotes alta, guapetona y se sienta adelante se metió y después entro el «alicrán», como esta muy estrecho el asiento, lógico por que es para un solo pasajero, inmediato sentí el roce de su delicada pierna, pues llevaba un vestidito trasparente, que hasta el resorte de sus pantaletitas sentía, lo único malo que me tocó, medio asiento tenía el culo montado en el bode de la vestidura, al principio la chica estaba tensa, lo demostraba en sus piernas rígidas, y sentía los músculos tensos, se acomodó lo que mas pudo, se volteó ligeramente, colocando disimuladamente su nalguita en mi pierna, eso lo hizo para ir mas cómoda.
Huy que rico este es un cachondeo mañanero, cada brinquito se sentía sabroso, mi imaginación era de no tener los pantalones puestos, para sentir el calorcito de su piel, a medio camino, le ganó el sueño y para suerte mía aflojó mas las nalguitas, y el rocé era mas tremendo y sensual, no se hizo esperar, el «Palo « de la casa de campaña, esta sensual chica, estaba tan dormida, que cabeceaba como cualquier jugador de fut bol llanero, mi rifle estaba cargado y dispuesto a disparar para cualquier lado, lo único malo fue que estábamos cerca de El Ocotito, y ella por instinto despertó, regresando su nalga a su lugar. Bajamos y yo con el pantalón, con su casa de Campaña.
Los Quiere Cecilio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.