viernes, 17 de diciembre de 2010

Cultura/social

Sede «Non Sancta»
Apolinar Castrejón Marino

Los transgresores y delincuentes han adoptado una actitud de lo más cínica: ante evidencias de sus fechorías, lo primero que aducen es la ilegalidad de que estemos enterados de sus sinvergüenzas. Así evitan enfrentar las consecuencias de sus actos fraudulentos y rapaces.
Las acusaciones y señalamientos de incapacidad de los funcionarios del gobierno federal, Felipe Calderón contestó en recientes declaraciones que lo publicado por WikiLeaks «…es inexacto e impreciso». Y descansa en la confianza de que todos somos bobos. Pues lo que hace la agencia Leaks es mostrar documentos y materiales SIN HACER NINGUNA INTERPRETACIÓN.
Y en la larga lista de personajes que han sido puestos al descubierto recientemente está la «Santa Sede» de El Vaticano, pues e le señala por lavado de dinero. Esto aumenta la ola de acusaciones, como abusos sexuales por parte de sacerdotes, y su intromisión en asuntos políticos de los países.
Resulta que la justicia italiana acusa a la banca conocida como el Instituto para las Obras Religiosas de violar intencionalmente las regulaciones europeas destinadas a prevenir el lavado de dinero, un organismo del Vaticano que maneja el patrimonio inmobiliario de la Iglesia Católica.
Las autoridades italianas incautaron de 23 millones de euros, el pasado mes de septiembre, como parte de investigaciones que centran su atención en dos transacciones específicas en las que, según documentos de la fiscalía, hubo «intención de ocultar la identidad del propietario y el origen del dinero».
Así las cosas, el vocero del papa Benedicto XVI asegura que todo es un «malentendido» a posibles errores contables. Pero el analista político italiano Gianfranco Pasquino aclaró que no es la primera vez que el banco del Vaticano enfrenta denuncias de este tipo, en declaraciones que a BBC Mundo. Y mencionó el recuerdo de que también en la década de los años 80, la Sede Papal estuvo involucrada en una serie de escándalos sobre blanqueo de dinero.
El asesor financiero del Vaticano presuntamente se suicidó en prisión y otro funcionario del tesoro apareció ahorcado, colgado del puente de Blackfriars, en Londres. Como es fácil suponer, estos incidentes mancharon la reputación del banco y dieron pie a múltiples especulaciones sobre vínculos entre la institución eclesial y la mafia italiana.
Más harina del mismo costal es el hecho que a mediados de este año, la justicia italiana investigó al cardenal de Nápoles, Crescenzio Sepe, por haber vendido a un ex ministro del gobierno italiano, un lujoso apartamento propiedad de la Iglesia Católica, a cambio de prebendas y a precios subvalorados.
Las acusaciones se referían a irregularidades cometidas cuando el cardenal Sepe era responsable de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos o Providencias.
Los fiscales tratan de descubrir qué vínculos tiene ese organismo con una red europea de corrupción que involucra a altos funcionarios de obras públicas y a contratistas privados.

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