viernes, 17 de diciembre de 2010

Opinión

Carta a Los Reyes Magos

Isaías Alanís
Aunque está en duda su existencia histórica, salvo por unos señores llamados evangelistas, y un historiador, Flavio Josefo. En ese tiempo de rebeliones contra los romanos, hubo tropas de crucificados por esa causa, niños sacrificados y opiniones diversas sobre el nacimiento de un mesías; mientras en lo que hoy es México, se hablaba de flor y canto, se adoraba a Ometéotl, Huitzilopochtli, Quetzalcóatl; Cihuacoátl, Itzpapalotl y Tonantzin, la que años más tarde sería la Guadalupana. Y como es de todos sabido, llegaron los españoles y pacatelas, les impusieron otros dioses, santos, santas y otros sacrificios, como la esclavitud; sin menoscabo de todo esto, y de la historia de México y parte de América, me voy atrever a enviar esta ciber-carta adelantada a los tres reyes magos simbólicos. Espero la escuchen. Queridos Santos Reyes:
Les pido que le abran los ojos a Calderón, para que se acabe la guerra y ya no haya más muertos. Que ya no suba el precio de la tortilla, gasolina, pan, y todo lo que se mueve sobre ruedas. Que dejen de pelearse los narcos en plazas, calles de México y que se legalicen las drogas. Que los senadores, de verdad trabajen y no sólo cobren por no hacer nada. Igual para diputados, magistrados, jueces y miembros del tribunal Superior de Justicia, que ganan más que diez mil obreros mexicanos. Que se detenga la injusticia, impunidad y que no sigan vendiendo al país. Que se acaben los monopolios. Que ya no regalen el petróleo por mendrugos. Que se restablezca la soberanía nacional por encima de negocios de particulares que han endeudado al país. Que se detenga la violencia a obreros, sindicatos y estudiantes. Educación libre y laica. Más ciencia y tecnología, Que no talen los bosques, ni se contaminen los ríos de México, venas por donde bajan los dioses a beber barro de luna. Que el mar siga dándonos nuestro sustento y se deje de contaminar también. Que bailen, que canten, que hablen y sean escuchados, los miembros de las cincuenta y cuatro etnias que hay en México, que vivan y se rijan de acuerdo a su cultura. Nunca más otro niño de la calle, niñas violadas, niños secuestrados, una niña vendida para la prostitución. Nunca más otra mujer asesinada. Que Haya comida para todos. Que los políticos dejen de mentir. Que los soldados regresen a sus cuarteles. Que la patria no sea el patio trasero de los gringos, que la selección de futbol deje de ser mediocre, que se abran las puertas de la libertad sin temor, terror o violencia; y una petición más, queridos, Melchor, Gaspar y Baltasar, que Guerrero deje de ser tierra de nadie, y el estado más atrasado del país. Y que los políticos que andan en campaña, se alejen de mentiras vanas, y de promesas fatuas ¿Sería mucho pedir, queridos Santos Reyes?

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