lunes, 21 de febrero de 2011

Columnas


Memorandum
Gerardo Ruano Cástulo
SUBE EL MAÍZ. ¿OTRA VEZ LA TORTILLA?
Debido a la afectación de las cosechas en el estado de Sinaloa, el abasto de maíz se ha visto seriamente perjudicado, por lo que el producto habrá de incrementar su precio de manera impactante, que se podría ver reflejado en otro incremento en el precio de la tortilla, cuyo kilogramo subiría de 13 hasta los 16 ó 18 pesos.
Así es, la inclemencia del clima causó daños severos a los campos de Sinaloa, el estado que exporta de manera importante el maíz hacia otras entidades del país, entre ellas Guerrero. Lo que ha provocado un problema grave en el abasto, y por ende en el precio del producto, cuya tonelada, habrá de pasar, de acuerdo a los que tenemos conocimiento, de 3,300 a 5,000 pesos, lo que significa, que habrá de incrementar su precio en más del 50 por ciento.
Si ese mismo porcentaje se aplica en el costo de la tortilla, cuyo kilogramo recientemente subió de 12 a 13 pesos, obtendríamos que éste podría subir hasta los 18 pesos, lo que sería, hay que decirlo, otro golpe severo para las familias guerrerenses, en cuya alimentación está incluido el consumo de éste producto.
Hace apenas unos días, comentamos en éste mismo espacio, que el incremento de la tortilla de veía venir, luego de que el producto no había incrementado su precio durante tres años, mientras que los energéticos e insumos si lo habían hecho a lo largo de éste periodo de tiempo. Lo que elevó los costos de producción para los industriales del ramo, quienes habrían tenido reuniones con la secretaría de economía y la Profeco, a efecto de plantear la urgencia del incremento, porque la industria no podía sostener más su situación. Más aún, cuando muchas de éstas empresas pagan salarios y rentas.
Ahora el asunto es más grave. Lo es, porque el principal producto para la elaboración de la tortilla es el maíz. Y si éste sufre un incremento considerable, los industriales se verán forzados o en la necesidad de subir más el kilo de la tortilla, a efecto de poder costear sus gastos de producción, y en el caso concreto, para poder solventar el incremento de la materia prima.
El asunto suena tan grave, que requiere de la atención de los diferentes órdenes de gobierno. Y es que, no se trataría de implementar un programa para vigilar y sancionar a las tortillerías que incrementaran el kilo del producto, sino emprender acciones conjuntas a efecto de buscar la manera de ayudar a las empresas, con el objetivo de que la tortilla no sufra un incremento considerable, y que como siempre, el pueblo tenga que pagar todos los costos de las crisis y afectaciones.
Aquí es donde podría entrar la acción directa de un gobierno solidario y subsidiario, no para rescatar a la industria de la masa y la tortilla, sino para costear parte del costo del maíz, lo que obligaría a los industriales a mantener el precio de su producto, que a la postre representaría un beneficio para el pueblo. Que al final de cuentas, es a quien deben servir las autoridades.
Si el gobierno se hace de la vista gorda ante tal problema. El incremento en la tortilla sería irremediable. Los industriales no podrían trabajar con números rojos. Y el alza se lo acabaría cobrando al pueblo. Si, al pueblo. A ese que los gobernantes juran atender y darle un mejor nivel de vida.
Si el gobierno hace caso omiso de ésta situación, se viene otro golpe para la economía de las familias. En especial, de aquellas que carecen de lo necesario, y que en su dieta diaria, la tortilla es parte fundamental. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com