jueves, 10 de febrero de 2011

Cultura/social


Acabemos con
los «políticos»
Apolinar Castrejón Marino
La atención de la ciudadanía está puesta ahora en los pasos y señales que va dando el gobernador electo del Estado de Guerrero; si de verdad cambiará la forma de manejar los intereses públicos, o si detrás del entusiasmo de los discursos de campaña se tejió una espesa red de intereses de los caciques sempiternos.
Esa misma ciudadanía también se encuentra pendiente de que el enemigo vencido no se recupere, para escurrirse como serpiente hacia los manjares de la ubre gubernamental, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores.
El enemigo público reconocido es el PRI. El interés generalizado hacia los procesos electorales que se han realizado en los estados de Guerrero y Baja California Sur, son en realidad por ver caer los cacicazgos regionales.
El 3 de julio venidero será la gran lucha ciudadana contra el partido que siendo «revolucionario» se ha esmerado por mantener los privilegios de los amos territoriales históricos, y se ha afanado en criar una casta «divina» de la cual debían salir los seres excepcionales que «saben gobernar».
En esa fecha, se verá de qué están hechos los mexiquenses, hidalguenses, nayaritas y coahuilenses, para enfrentar lo que queda de la maquinaria priísta. Entonces se verá qué cantidad de gente está en contra de que un partido «institucional» dicte leyes y mantenga una red de organismos cómplices que le permitan la explotación de los ciudadanos.
Posteriormente, el 13 de noviembre, los michoacanos también tendrán oportunidad de confrontar un régimen electoral intervenido desde el centro, por ser la «patria chica» del huésped temporal de «Los Pinos». «Cocoa», la hermana querida del presidente, anda como si quisiera que mañana fueran las elecciones.
Por lo pronto, en los estados de Guerrero y Baja California Sur El PRI se ha llevado una buena tunda, aunque los periodistas y comentaristas de la televisión nacional digan que en Guerrero, de todos modos ganó el PRI. Y sí, es cierto que Angel Heladio Aguirre Rivero fue por muchos años, un priísta renombrado, y hasta fue gobernador interino gracias ese partido.
La salvedad del caso es que según la historia, es el único político guerrerense que tuvo el valor para enfrentarse al cacique de todos los tiempos, Rubén Figueroa. Y no fue un «pleito de comadres» o un «montaje para la televisión. Fue una confrontación en la que chocaron frontalmente las fuerzas, el poder y la inteligencia de los antagonistas.
Figueroa ganó entonces porque muchos priístas que estaban más preocupados por «la papa» de su familia sintieron miedo de quedar lejos de las bolsas de dinero del gobierno, y lejos de la voluntad de quien tiene el gran poder para poner y quitar funcionarios en todos los niveles de gobierno. Se pusieron del lado de Figueroa, haciendo a un lado la amistad, la filiación política y el compañerismo que debían a Aguirre Rivero.
A pesar de esta situación adversa, Angel Heladio Aguirre Rivero no claudicó. Mantuvo su postura contra la abyección, la amenaza y la complicidad criminal. También aprovechó para deslindarse de los políticos nefastos, hipócritas y lengüilargos, que además de ser parásitos de los guerrerenses, insultan su inteligencia diciéndoles que gracias al PRI hay escuelas, carreteras y centros de salud.
Después de varios años de su lucha personal, Angel Heladio Aguirre Rivero ganó. Y junto con la victoria de su causa, llevó al triunfo a la sociedad guerrerense que está a un paso de la pobreza total. Ahora, son los priístas los que van hacia la inopia, porque ya no podrán sostener esas nóminas secretas en las que siempre han cobijado a los «ninis» que ni estudiaron, ni saben trabajar; ya no podrán seguir pagando «discretamente» por la puerta de al lado a los perdedores de alguna elección, ni a los inhabilitados por los tribunales, por ratas.
Pero los ciudadanos debemos estar pendientes de esos muchos lugares en que el PRI mantiene a sus afiliados. En cada centro de trabajo en donde los empleados descubran que hay «fantasmas» y «aviadores», deben denunciarlos. No es tarea fácil, pero si se unen pueden enviar un escrito donde conste en qué laboran y que actividades realizan, así podrán deslindarse de los que solo cobran sin trabajar. Si no lo hacemos ahora, ya no tenemos remedio.