miércoles, 23 de febrero de 2011

Opinión

Garza Flores y Asociados

Edilberto Nava García
En estos tiempos de crisis económica, en que no ajusta el dinero, que los comerciantes y prestadores de servicios suben costos y tarifas y ante la escasez de empleo, las financieras, y casas de préstamo hacen de la necesidad de la gente pingües negocios, pero no sólo eso, sino que aseguran sus capitales por todas partes y para garantizar que los deudores paguen a chaleco, contratan bufetes jurídicos, los que se erigen en jueces que traen amenazados a los necesitados que han contratado préstamos desventajosos.
El gobierno, sabe y tolera a ciencia y paciencia de esta lacerante realidad, pero no legisla, no corrige ni colabora para que tal situación no empobrezca aún más a las familias que en aras de salir de aprietos económicos han caído en las garras de prestamistas ya institucionalizados, pero que por nada del mundo dejan de ser vividores de la necesidad de otros, de los de más abajo económicamente.
Poco a poco, un grupo de periodistas habremos de dar a conocer casos específicos de personas que se truenan los dedos por su incapacidad para pagar capital e intereses en casas regenteadas en esta capital. Es pocas palabras, que pongan a remojar las barbas no sólo jefes de cuello alto, sino empleadas que se comportan como si fueran dueñas del dinero que prestan a altos intereses, impagables las más de las veces. Por ahora me ocuparé de los bufetes o corporativos jurídicos que por cuotas o porcentajes de cobranza dan protección a ese tipo de casas que facilitan con ganchos de pagos chiquitos, seguros de vida y hasta ofertas de infinidad de artículos.
En la Ciudad de los Palacios, allá por la colonia Nativitas, se ubica un corporativo jurídico denominado Garza Flores y Asociados, aunque no especifican su constitución, si como sociedad anónima, cooperativa, comandita simple, por acciones o se trata de una denominación fantasma que opera como las escuelas de computación y cibernética o del más allá.
Bueno, un colono de allá donde sólo las águilas se atreven, tuvo a bien proporcionarme cinco avisos que el citado corporativo jurídico envió a una jovencita que vivió en una casa vecina, cuyo dueño debe vivir en otra parte, es decir, ni cuenta se da de lo que llega a esa casa en cuestiones de correspondencia, pero se da el caso que el colono conoció a la jovencita que allí vivió hace poco más de tres años. Los avisos son hojas de papel tamaño carta, sin sobre, sino como se estila ahora, dobladas y fijado el doblez con esos engomados minúsculos y, desde luego, con el recuadro correspondiente a Sepomex, con autorización CA09-854.
Como es de suponerse, con la claridad normal del sol, permite ver el acreedor que exige el pago: Financiera Independencia, el monto, los intereses y saldo a pagar. Empero lo destacable del aviso, es que con letras negras y en grande y subrayado además, asienta el corporativo jurídico Garza Flores y Asociados: SU PATRIMONIO ESTÁ EN RIESGO. El siguiente, EL 17 DE DICIEMBRE SE RE,MATA SU PROPIEDAD, el que sigue, NUEVA FECHA DE REMATE, continúa, HAY MÁS INTERESADOS EN SU PROPIEDAD, el que sigue, RESULTADO DE LA OFERTA DE REMATE. . . Verdad que es para angustiarse?
Cualquiera se imagina que ese tipo de corporativos se erigen en jueces o en entes dadores de vidas y favores. O son fantasmas civilizados que intentan asustar enviando papelitos que como en estos casos, sirven para hacer fogatas y en barrios marginales quizá en sustitución de papel higiénico. Y digo esto, porque la supuesta deudora tiene dos años a que se mudó, pues al parecer es estudiante, pero ante todo esto, quizá ni valga la pena tan rimbombante cobranza a través de un corporativo jurídico, porque el adeudo es de cuatro mil ochocientos treinta y tres pesos.
Abordo el tema porque se acerca la fecha en que ha de tomar las riendas en Guerrero un gobernador ampliamente respaldado por el pueblo y un alto porcentaje de ese pueblo acude a todo tipo de instituciones crediticias a solicitar dinero, con resultados como el que describo malamente hoy. Ojalá y Aguirre Rivero implemente un programa que ayude a tanta gente en tan crítica situación; no a que les pague sus deudas, sino evitando abusos, pero sobre todo generando empleos remunerativos que aplaquen la voracidad de vivales institucionalizados.