lunes, 18 de abril de 2011

Solo basta ver la cara del priísta Manuel Añorve Baños, alcalde de Acapulco, al recibir el amoroso abrazo de quien fuera su contrincante a la gubernatura ahora perredista, Angel Heladio Aguirre Rivero, quien lo venciera y ahora enterrado el proceso electoral, demuestra que de nada valieron pleitos hasta entre los parientes, ellos siguen siendo parientes. (Leer PoliCrónica).