jueves, 5 de mayo de 2011

CULTURAL/SOCIAL

Entre Obama y Osama
Apolinar Castrejón Marino
El Profeta del Líbano Gibrán Jalil es autor de muchos cuentos bastante conmovedores. Uno de ellos se refiere a que en la ciudad amurallada de Filniyus, también llamada la Estrella del Adén, un príncipe muy sabio, personalmente impartía justicia al final de cada mes a sus súbditos.
Un día llegó hasta el palacio un hombre con un trapo ensangrentado en la cara. Abriéndose paso entre la gente llegó hasta el príncipe, y así le dijo: «Oh Mi gran Señor ¡Vengo a pedir justicia!»
El Príncipe le preguntó que la pasaba, y entonces el hombre le dijo que era adorador de Caco y que llevaba varios años dedicándose al humilde y honrado oficio de robar. Dijo que el día anterior, dedicado a su actividad caminaba por un callejón solitario buscando una puerta o ventana fácil de abrir.
Al parecer Alá escucho sus plegarias, por que encontró que la puerta trasera de un negocio era muy vieja, y que con la punta de su daga, por una rendija podría destrabar la aldaba que tenía en el interior.
Luego de abrir, penetró al lugar, y entre penumbras avanzó en busca de algo de valor para saquear. No se había dado cuenta que era una pequeña fábrica de telas y alfombras, y que el telar tenía una punta de metal aguda y filosa en lo más alto.
Para su mala suerte se dio un fuerte golpe con la herramienta puntiaguda exactamente en el ojo derecho, el cual le estalló y se le salió de la cuenca en medio de chorros de sangre. Y ahora, el ladrón pedía justicia contra el fabricante de telas. Entonces el Príncipe mando traer al hilandero, y cuando estuvo frente a él, le dijo que le sacarían el ojo derecho por el daño que había ocasionado al ladrón.
Entonces el dueño del telar dijo a su Príncipe lo siguiente: «Majestad, tu sabiduría es inmensa y yo estoy conforme con que me saquen el ojo derecho para hacer justicia a mi hermano ladrón. Pero Mi Señor, solo quiero decirte que yo hago telas y alfombras de muy buena calidad. Con un ojo reviso que un lado de la tela esté bien hecho, y con el otro ojo, me aseguro que el otro lado sea también de buena calidad».
«Pero Majestad, tengo un vecino que hace zapatos, y según veo, el no necesita de los dos ojos para su oficio, pues solo los revisa por fuera». El Príncipe quedó pensativo un momento, y luego mandó a traer al hacedor de zapatos. Cuando el zapatero llegó, de inmediato le sacaron el ojo derecho….Y la justicia fue hecha.
El recuerdo de este cuentecito se debe a las declaraciones hechas recientemente por el inquilino de la Casa Blanca que salió muy orondo a revelar al mundo que «el enemigo público», «el terrorista más odiado en todo el mundo», había sido muerto en una operación militar secreta en Abbottabad, Pakistán, a 50 kilómetros al noreste de Islamabad y 150 kilómetros al este de Peshawar.
Presumió que la operación rápida y furiosa se desarrolló en solo 40 minutos por un pequeño grupo de élite de las fuerzas especiales, y que Bin Laden murió de dos tiros, uno en el pecho y otro en la cabeza. Dijo que también murieron, uno de sus hijos, uno de sus hermanos, una de sus esposas, y el mismo mensajero a quien seguían desde varios meses atrás para saber dónde estaba el refugio.
Para redondear la sarta de mentiras, Osama declaró que el cuerpo de Bin Laden fue trasladado en el portaaviones USS Carl Vinson, y que luego el mismo comando militar decidió realizar un funeral según los ritos islámicos, y luego lanzaron el cadáver al mar.
Al mismo tiempo empezó a circular en los medios electrónicos una fotografía del cadáver de Bin Laden, claramente truqueada a base otra foto publicada anteriormente. Es tan burda la manipulación, como si con el dedo hubieran manchado con pintura roja los dos ojos y parte de la cabeza, para simular heridas y magulladuras.
Los más taimados aseguran que este asunto es una estrategia para contrarrestar la caída de la popularidad de Obama, quien ya se empezó a ocupar de su reelección. Pero la verdad es más simple:
Baste con recordar el viejo adagio que reza: «El que con lobos anda, a aullar se enseña», porque según parece, el Presidente Obama está aprendiendo como manipular a los medios de comunicación con mentiras, poses exageradas y sin fundamento, como lo hace en México Felipe Calderón.
Para terminar, les recordamos que seguimos recibiendo sus comentarios en la dirección electrónica kastrexon_7@hotmail.com

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