martes, 10 de mayo de 2011

CULTURAL/SOCIAL


Futboleros escandalosos
Apolinar Castrejón Marino
Todos los «políticos» presumen de ser honestos, inteligentes y valientes. Algunos aseguran ser muy solidarios, comprensivos y generosos, y hasta hay unos que se vanaglorian de ser guapos y elegantes.
Por ejemplo, el mandamás chilpancingueño se llena la boca diciendo que es muy buen político, que es muy «dialogador» y muy «trabajador». Ha, y también le gusta hablar de que tiene una larga y exitosa carrera en la política.
Pues mire, si nos atenemos a los hechos, todo eso es mentira. Ese señor que recibió la Presidencia de la capital del Estado de Guerrero como consolación por la estrepitosa derrota que le propinó un empresario metido a político, es el peor negociador y el peor conciliador.
En fechas recientes quiso confrontar a los vendedores de porquerías y fruslerías en el centro de la ciudad. A pesar de que tenía la ley de su parte, y de que la ciudadanía apoyaba la medida de limpieza del zócalo y primer cuadro, el greñudo y mugroso líder de los vendedores, se lo empinó a la vista de todos.
Ahí tiene que, gracias a su intervención, los ciudadanos tenemos que seguir aguantando a los vendedores de chácharas, y a las vendedoras de comestibles infestados de gérmenes, bacterias y virus de toda índole. Y además, perdimos un edificio en perfectas condiciones, en el primer cuadro de la ciudad y con los servicios concesionados.
Y ahora, otro conflicto de líderes y zánganos enturbia el horizonte de la parte norte de la ciudad; el arguende que ha armado el cabecilla de colonos y jugadores Héctor de Jesús, junto con una runfla de vagos que se dicen «deportistas», con el apoyo de un «promotor» de los deportes, quien habla y se comporta como si fuera funcionario del ayuntamiento.
Los «pobrecitos» jugadores se dicen «despojados», y amenazados por las autoridades Reclaman las canchas donde juegan futbol, «…para no caer en los vicios y las drogas». Ja, ja, ja. A otro perro con ese hueso ¿De cuándo acá, los futboleros son deportistas? «Cheleros», panzones, fumadores, patanes y desobligados; eso es lo que son ¿Ha oído sus pláticas tan edificantes? Que si el Cruz Azul, que si el Atlas; que si el chícharo… y tantas necedades más.
A las 12 horas del día sábado, una pala mecánica se encontraba retirando la tierra que el viernes pasado habían amontonado sobre la «cancha», en la parte sur. Con el calor quemante, con el humo y polvo flotando en toda la cañada de Chilpancingo, una docena de «jugadores» y otra docena de «espectadores» se encontraban disfrutando de un «partido amistoso» ¿Usted creé que están en su juicio esos vagos? Y no eran niños o jóvenes, eran hombres grandes, ya casados y con hijos.
Por lo que se ve, debemos creer que ya tienen la vida hecha y resuelta: ningún problema económico, ningún quehacer en la casa, los hijos bien alimentados, limpios, bien cuidados, orden y seguridad en su familia. Sin ninguna necesidad de estudio y superación, sanos y rozagantes.
Gracias a los buenos oficios de «wisky lips» estilo chilpanchismes, conseguimos unos documentos en donde se lee claramente que por necesidades de extender el espacio del cementerio «nuevo» que se encuentra al norte de la ciudad, se utilizaría el terreno baldío propiedad del ayuntamiento, que se encuentra a su costado oriente.
Sucede que en la administración pasada, el Presidente les permitió a los habitantes de la colonia Lázaro Cárdenas que utilizaran un espacio ocioso, anexo al cementerio. Y ya ve como es el «encaje», en esta administración le pidieron al Presidente actual que les donar el terreno.
Al consultar al administrador del cementerio, éste le dijo que no se podía donar debido a las necesidades de espacio que enfrenta ese lugar «de descanso». Es más, que se empezaría a utilizar tal terreno para disponer de más «lotes» para hacer frente a las necesidades de inhumación.
Pero con todas estas ventajas a su favor, con la ley en la mano, con la guía del sentido común, no dude usted que el Presidente, terminará cediendo a los caprichos y voracidad de los «lucradores sociales» ¿Qué le pasa Sr. Flores? Está bien que no se quiera comprometer aplicando la ley como se debe pero; ¿Cómo resolverá usted el problema de falta de espacio para sembrar los muertos?
Alguna vez se tendrá que «fajar los pantalones», alguna vez tendrá que responder a la sociedad que se supone que lo eligió para que ponga orden, a este lugar de cafres y bribones. No olvide que «El respeto al derecho ajeno, es la paz».

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