miércoles, 25 de mayo de 2011

CULTURAL/SOCIAL

Por el bien nuestro
Apolinar Castrejón Marino

La Internet es una maravilla que nos mantiene comunicados y que nos ayuda a transmitir ideas, conceptos y expresiones muy diversas. En mi correo electrónico recibí un mensaje que se refiere a la situación crítica de nuestro país. Dada la importancia de la propuesta me permito transcribirla para su consideración.
El título es por demás perturbador: ¿No le gusta el país en que vive? ¡Cámbielo usted mismo! Y si no participa.... ¡No se queje!
o ¿Encuentra usted absurdo el tránsito en su ciudad?
Solución: No cierre nunca el paso a los otros conductores, respete las normas de vialidad, estaciónese en los lugares indicados, practique la técnica de paso ‘uno por uno’.
o ¿Encuentra usted terrible el problema de la drogadicción?
Solución: Defina bien los roles de padre, madre, hijos, hermanos según las responsabilidades de cada quien. Trate de entender a sus hijos, y vigile sus amistades muy discretamente. Todos los hijos son buenos, pero si los vigilamos, son mejores.
o ¿Encuentra usted absurdo que las lluvias inunden la ciudad?
Solución: Deposite la basura en su lugar, sin esperar que otra persona limpie lo que usted tira (a esas personas se les llama «fodongas»). Cuando barra su banqueta, no eche la basura y la tierra a sus vecinos (esos son «vecinos cochinos»). Si está construyendo, no deje los materiales en la calle.
o ¿Encuentra usted encuentra absurdo el desorden causado por los vendedores ambulantes?
Solución: Nunca les compre nada. La mayor parte de sus mercancías son productos robados, falsificados o contrabandeados. Si usted compra un producto que le salga dañado, nadie le repondrá su dinero, pues son mafias muy peligrosas que están por encima de toda autoridad, y son «regenteados» por políticos muy poderosos.
o ¿Encuentra usted absurdo el enriquecimiento ilícito?
Solución: No lo admire, ni lo practique; repúdielo y no dé mordidas ni pequeñas ni grandes. No haga lo que algunos, que dejándose impresionar por los automóviles y casas lujosas de los corruptos, gustan de hacerse compadres de ellos.
o ¿Encuentra usted absurda la cantidad de mendigos y «niños de la calle» en los semáforos y en cada esquina?
Solución: Nunca les dé nada. Canalice su ayuda solidaria directamente a las instituciones de su confianza. (Si no cumple con lo segundo, no se sienta bien haciendo lo primero, no sirve para justificarse; sea honesto consigo mismo)
o ¿Encuentra absurdo el robo de camiones de carga, a veces hasta con asesinatos de los camioneros?
Solución: Exija la factura en todas sus compras.
o ¿Usted encuentra absurdo que haya revendedores de entradas para espectáculos?
Solución: No les compre, aunque eso signifique perderse el evento. Mejor trate de comprar con oportunidad.
o ¿Usted Considera alarmante el índice de criminalidad en este país?
Solución: Pague sus impuestos. Si es empresario, invierta en México y pague sueldos dignos; si es empleado, trabaje con calidad. Con ello, con ello, las instituciones podrán darles una educación de calidad a sus hijos y evitar la formación de delincuentes. Recuerde que no hay criminal que no provenga de una familia. No sea aviador, ni se mezcle con ellos.
Si usted considera que ninguna de las cosas anteriores mejoraría el país, entonces usted es parte del problema y no de la solución. ¡Piénselo!
Estamos pasando por una etapa de falta de cultura ciudadana y de patriotismo. Casi todas las campañas políticas abordan esta situación, revise usted sus lemas. Lamentablemente, las soluciones que proponen son simple demagogia y tardan mientras el candidato busca votantes.
Necesitamos cambiar realmente nuestro comportamiento y nuestras acciones para que podamos vivir en un país donde tengamos el orgullo de decir: yo soy mexicano.
Practique los puntos con los cuales usted concordó. Estando quieto, usted no contribuye con nada; por lo tanto, no puede reclamar. Y, sobre todo, divulgue este mensaje, por lo menos entre sus amigos y familiares, pues así estará contribuyendo para un México mejor.

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