lunes, 27 de junio de 2011

COLUMNA


La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
Me cae bien el gobierno, cuando de pronto descubre que su poder no es el que se imaginaba ante los problemas que permean en un estado como Guerrero, ahora nos encontramos con expresiones como que todos asumamos nuestra responsabilidad por la violencia. Es agradable saber que hasta de los yerros del gobierno, la culpa la tiene el pueblo, de cierto es que no se escapa de su parte, pero nada es tan plano.
El secretario general de gobierno, Humberto Salgado Gómez, nos asombra con una declaración de ese calibre y que ronda en que la situación de la violencia es de corresponsabilidad, ello, en base a lo que declaró un religioso sobre el papel de los gobiernos municipales y estatal.
En ese tenor hay que agarrar y por consecuencia, pagar, la parte de responsabilidad que tenemos por la barbarie, ello, repito, de acuerdo a nuestros geniales políticos, que atenazados al poder público, con recursos y policías como la mano de su seguridad, se creen geniales y declaran esto y lo otro, y de vez en cuando se echan chistes marca Chirundo.
Así doña Chona la debe por las muertes de fulano y zutano, el de la tienda grande de la esquina, también lleva su cuota, los jóvenes que se preparan en las preparatorias y universidades; y también pues, de acuerdo a Salgado Gómez, a los que están en las secundarias, las primarias y los jardines de niños, no olvidemos a los bebés de brazos, culpables igual.
Y completó el cuadro otro religioso, el arzobispo Carlos Garfias Merlos, quien dijo como que en coincidencia con Salgado Gómez, que tanto políticos como en ciudadanos, haya disposición para entregar su vida para la construcción de la paz. Quien sabe si esta declaración tenga un mensaje interno o deba darse verticalmente, entregar la vida estrictamente significa morir.
¿Qué ha hecho la iglesia en este punto?, dice Garfias Merlos que han hecho «horas santas por la paz», casi igual que el Ejército Mexicano, que al mismo tiempo de llevar armas y ser autoridades totales, que no admiten una civil salvo la de su jefe supremo de las fuerzas armadas, como acusó el visitador general de la Coddehum, Hipólito Lugo Cortes, el Ejército se vanagloria de ser una fábrica de paz.
Pues si se midiera por la sangre derramada, la actitud y el nivel a que ha llegado, de seguro los 3 millones 400 mil habitantes que somos en Guerrero, no seriamos suficientes para pagar nuestra cuota de sacrificio, a ver quien gobierna Aguirre Rivero, y a ver a quién le delega responsabilidad Salgado Gómez.
Aparte, no habría manera ni a quien presumir el haber salvado a la humanidad con la Ley de Asociaciones Públicas y Privadas de parte de los diputados, de quienes se ha dicho, negociaron candidaturas para aprobarla por unanimidad.
Pero vamos a tener un chance, como lo dijo el ex legislador Ernesto Fidel Payán Cortinas, miembro de Unidad Nacional de las Izquierdas, en 2013 se va a exigir que se ponga a consideración la revocación de mandato de Ángel Aguirre Rivero, por la forma en que ha estado gobernando hasta ahora, y el balance que se pudiera lograr en aquella fecha.
No hay que olvidar que el mandatario estatal prometió esa figura democrática en la nueva constitución, veremos qué tanto chance permite para que lo corran, de merecerlo.

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