COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

La Comisión de la Verdad es un asunto que nos está dejando a varios, es de imaginarse que los que la proponen no, o se aguantan las ganas de decir que no, un sentimiento de inutilidad, como de cotorreo, que serán un gasto oneroso sin duda pero sin resultados.

Ya el gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero había comentado en la necesidad de integrarlo, con la idea de que se investigara «a fondo», dicen como para convencer, tres asuntos: la guerra sucia en los años setentas y ochentas, la matanza de 17 campesinos en Aguas Blancas y, la matanza de El Charco.

Pero ayer se le adelantó al jefe del Ejecutivo el diputado Faustino Soto Ramos, y lanzó su iniciativa de decreto para la integración de esa comisión, una fiscalía pues, especializada en gastarse la lana del pueblo haciendo que investiga el paquete mencionado.

Soto Ramos sí aclaró ayer mismo, que el diputado Héctor Vicarios Castrejón, se exceptuaría del asunto pues formó parte del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, periodo gubernamental en el que sucedió el hecho sangriento de los campesinos asesinados a manos de la policía figueroista.

Vicario Castrejón ayer mismo le cambió el color de la piel más de una vez, y sudó grueso mientras hablaba en tribuna Soto Ramos, quien dijo que ese cotorreo, digo, esa comisión, estaría integrada por gente proba, con perfil, aunque no aclaró de qué, y sobre todo honesta, en este último punto sí que resultará difícil encontrar a alguien.

Y puntualizó en algo: dijo el zeferinista Soto Ramos que si está el congreso de por medio para la integración de la comisión de la verdad, la gente como que siente más confianza, eso lo dijo, hay que aclararlo, sin consultar a nadie, quizá si lo hizo, lo habrá hecho con su secretario técnico o su grupo de asesores.

Sin embargo, desde la Costa Grande, Rocío Mesino Mesino, la dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, le mandó a decir que la gente preferiría que la integración de esa comisión estuviera conformada por gente del pueblo, no elegida ni manoseada por el Ejecutivo o el Legislativo.

Y bueno, aquí cabe preguntarse en qué acabará esta nueva telenovela, donde el productor y director es Faustino Soto Ramos, los protagonistas están todavía por definirse, la participación especial correrá a cargo del primer actor, Héctor Vicario, la antagonista será Rocío Mesino, quien será tan mala que dolerá.

Y veremos y discutiremos. Ahora bien, esta comisión de la verdad ya exigida inclusive por Bernardo Ranferi Acevedo, quien se autoexilió en Francia, o en alguna comunidad de la Montaña, daba igual, ¿qué exactamente nos va a arrojar en sus investigaciones?, no esperemos mucho, pues cuando esperamos, nos llevamos una terrible decepción.

Es claro que la OCSS, los deudos de la matanza del vado de Aguas Blancas, en este caso específico, lo que tanto han exigido, es el encarcelamiento del patriarca priista, y eso, en honor a la verdad, suena a que la procuración de justicia de Felipe Calderón, encuentre culpable a Jorge Hank Rhon y lo meta a la cárcel de por vida, a eso suena, y eso, pues, es un verdadero disparate y un sueño guajiro.

Tal vez contraten al cardenal Norberto Carrera Rivera para que les escriba las conclusiones y hasta los lea en el púlpito, que Rubén Figueroa fue un instrumento del destino, que los responsables de la Guerra Sucia ya pagaron con la carga de conciencia, y que Ángel Aguirre es inocente en el caso de El Charco, pues no era militar y ni siquiera subcomandante supremo de las fuerzas no armadas.

¿Qué exactamente va a entregar esta comisión?, de allí que suene a cotorreo, a otra burla para el pueblo, de allí que nos brinquen los datos y se nos nuble la vista. ¿Cómo qué se le antoja?, ¿una telenovela con final feliz?, ¿con boda sultánica y de cuento de hadas y toda la cosa?... la comisión de la verdad ya tiene sus antecedentes con el nombre de fiscalías especiales, y la experiencia nos dice que todo se queda en el chachareo y nada más.