jueves, 28 de julio de 2011

COLABORACION

Estudiantes Rechazados
Apolinar Castrejón Marino
Jóvenes estudiantes, no se decepcionen, ni se desesperen por no haber ingresado a la UNAM o al Poli. Cuando no es posible cumplir nuestras metas, en ocasión nos funciona mejor una segunda opción. Como todos saben la UNAM está por crear una carrera de Criminalística y Criminología.
Así dice un mensaje colocado en las redes sociales, por quien parece ser una persona que se conmisera por las noticias que se difunden por la televisión, en el sentido de que muchos jóvenes están siendo «rechazados» de las escuelas de educación superior de la capital de la república.
Esas carreras nuevas les permitirán continuar con estudios técnicos altamente especializados, con fuentes de trabajo tanto federales como locales, no saturadas. La Secretaría de Seguridad Pública Federal, la Procuraduría General de la República, y las empresas privadas están constantemente solicitando jóvenes como ustedes, gente nueva, gente limpia, que no esté contaminada y que no sea corrupta.
Por ahí tienen que enfocar sus energías, ustedes son muchos y juntos podrán cambiar a México, haciendo un país limpio, honrado, noble y de altos valores, como ustedes. Estudien por lo pronto cualquiera de las ciencias forenses, empiecen a trabajar y continúen preparándose. Suerte chicos.
Pero en Internet nada queda impune, y el compasivo tuvo pronto varias respuestas. Aquí anotamos una:
¿Estudiantes rechazados de la UAM? ¿Qué porcentaje obtuvieron en razonamiento verbal, razonamiento matemático y conocimientos específicos?
Otra respuesta fue esta:
Ja ja ja, no vengas a presumir, yo también soy de la UNAM, pero me inquieta mucho que mis amigos no se hayan podido quedar.
Pero quien se vio muy mal fue el «estudiante» que declaró ante las cámaras de televisión: «Como no nos aceptan en la universidad, no nos dejan otro camino que el de la delincuencia».
Se nos antoja atribuir tan tremendo «oso» a la juventud e inexperiencia del joven imberbe. Pero también quisiéramos advertirle, lo mismo que a tantos cachorros que piensan como él, que en vista que las cámaras de televisión son como los ojos de millones de personas, es recomendable un mínimo de prudencia por lo que salga de nuestra boca.
Y también es importante destacar que los jovenzuelos, especialistas en chantajear con argumentos pueriles y sosos, «le midan de espuma a su chocolate», y sepan que pueden «intimidar» a sus padres, pro no a cualquier gente. Eso de que «se van a ir a la delincuencia» es una vacilada de «espantaconejos».
Ahora que estaría bien que las autoridades les tomaran la palabra y «fichara» a esos habladores, para atribuirles los delitos «propios de su especie». Y por lo que sabemos, para ingresar a la delincuencia -cualquier tipo de delincuencia- es cosa de pensarlo un rato, porque una vez adentro, es imposible salir.
Y también es necesario considerar que si no caben más alumnos ¿donde los van a meter? Es necesario que entiendan: las escuelas, los salones, los grupos, tienen un cupo, un límite. Cuando ese cupo es llenado ¿cómo pueden introducirse más?
Desde luego, nadie duda de su capacidad, ni de su entrega al estudio, de su responsabilidad y sus deseos de superación. Todas sus virtudes quedan de manifiesto en las «despedidas» y «quemas» que los alumnos organizan previas a su clausura: «quema del perico» (¿?), «quema del libro» (¿?), «quema de la bata», etcétera.

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