jueves, 4 de agosto de 2011

COLUMNA

La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
¿Cómo se le llama a ese acto que en el intento por limpiarse la cara, se ensucia más?, digamos que torpeza, algo así pasó ayer con los regidores de Pungarabato, municipio cabeza de la miseria en Tierra Caliente, aunque algunos como esos funcionarios municipales, se imaginan que del poco dinero que queda, el mayor volumen les pertenece.
En un acto por defenderse los ediles de Pungarabato, luego de que se dio a conocer el incremento criminal y mercenario que se endilgaron de casi el 70 por ciento, cinco de ocho se apersonaron para dictar su versión. Uno de los beneficiados, hay que decirlo, es protegido del diputado Miguel Ángel Albarrán Almazán, Fernando Arvizu Ávila, quien se encuentra en la ciudad de México y desde allá cobra y le ha correspondido el incremento por el simple hecho de recibir la protección de un legislador que supuestamente vela por los intereses del pueblo.
Pues bueno, ayer, en voz del regidor priista y Patiño del diputado federal Cuauhtémoc Salgado Romero, Ranferi Palacios, dio algunos datos de la corrupción que hay en el ayuntamiento y que dijeron, tolera el presidente municipal, Gustavo Juanchi Quiñones. Entre otras cosas denunciaron que el ex oficial mayor, Carlos Vásquez Alejo, quien a la vez de que recibía sueldo como oficial mayor, cobraba compensaciones extraordinarias por montos mensuales de 6 mil pesos.
También cobraba en la policía 4 mil 200 pesos quincenales, bajo el nombre de Carlos Pineda Peña. Allí mencionaron a la presidenta del DIF, Rosalba Pineda Mojica, esposa del presidente municipal, a quien le expiden viáticos y gastos para servicios, que de acuerdo a la denuncia de los ediles, nunca realiza, como esa de los 3 mil 500 pesos para una brigada médica en las comunidades y que no existió.
Un gasto para el pago de renta para montenes del orden de los 23 mil 174 pesos, a nombre de Materiales y Complementos de Altamirano, pero que en realidad nunca se han rentado, entre otras irregularidades… todo eso es, digamos, incorrecto, sobre todo en un municipio con las condiciones actuales de vida, sin embargo, aquí brinca el dato: ¿porqué hasta ahora dan a conocerlas?, ¿por qué lo toleraron?, ¿por qué se volvieron cómplices de eso?
Y es que dijeron que tenían más revelaciones, pero que las darían a conocer o no, dependiendo de lo que obtuvieran en la plática privada con el alcalde… o sea, dejaron entrever una posible negociación, de lograrla, iban a callar cómplices de las cochinadas de las que ellos se espantan pero se afianzan con mucha fuerza. ¿De qué diablos entonces están hablando?, los regidores dejaron una lectura muy clara: no les importa el pueblo en lo más mínimo, sino su propia conveniencia.
Esto significa que si el alcalde logra ser convencido por ellos, seguirán siendo su cómplice, que como reza la conseja popular, tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata.
Ayer mismo el diputado local Evodio Velázquez Aguirre, condenó el hecho del incremento desorbitante, del que dijo apenarse, y también condenó el hecho de que un regidor como Fernando Arvizu, protegido del legislador Miguel Ángel Albarrán, cobre por hacer absolutamente nada, un acto vergonzoso, sobre todo porque sucedía en una región otrora boyante y ahora, empobrecida, una región, la calentana, que se encuentra muy lejos de Dios pero excesivamente cerca de los políticos.
Más les hubiera valido a esos regidores haberse callado, es decir, calladitos se veían más bonitos, quién sabe quién los habrá asesorado para cometer tamaña pifia, error de primer año que en su intento por lavarse el honor, terminaron más embarrados de excremento. Qué lastima y qué coraje que suceda algo de este talente, con políticos como esos regidores y síndico procurador que el pueblo no debería merecer.
El harakiri se consumó, y ahora los regidores luego de querer desmarcarse del aumento que dijeron se merecían a pesar de la pobreza y la crisis financiera que padece el municipio, y sacar los trapitos al sol del alcalde, emergieron como un grupo egoísta, utilitario, un grupo que da vergüenza, una asquerosidad que ya la gente se imaginaba pero que ellos mismo se encargaron de demostrar. Es triste, claro.
Ayer, bajo las notas de los medios del incremento salarial de casi el 70 por ciento, se leyeron varios comentarios de la gente, una de ellas, firmada por «El Paletero», pide que a esos regidores los pongan a barrer las calles para que desquiten sus sueldazos, dice que Marily Salgado Santamaría quiere ser diputada local, y pide que a Fernando Arvizu le den doble plaza como piloto aviador a control remoto, pues al ser protegido del diputado Miguel Ángel Albarrán, nada les podían hacer. Claro, pero ya del linchamiento del pueblo nadie los salva.

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