lunes, 19 de septiembre de 2011

PRIMERA PLANA

Sin incidentes el grito y la
fiesta en la Casa Guerrero
 
(Primera parte)

Javier Francisco Reyes.—En todos los rincones se escuchó el tradicional grito «¡Viva México!» del 201 aniversario de la Independencia, en el zócalo, en los antros, en los bares que estaban a reventar, en la residencia oficial Casa Guerrero y en los domicilios particulares de Chilpancingo el 15 por la noche, pese a la amenaza de que habría incidentes por los chicos malos, sin embargo hubo seguridad a pie tierra y por primera vez por aire con un helicóptero, causó sensación, eso generó confianza para que las autoridades y ciudadanos estuvieran en la ceremonia abarrotando la plaza, en tanto la mañana del 16 los mercados lucían semivacíos y poca actividad.
Durante todo el día del 15, un helicóptero del gobierno del estado, estuvo sobrevolando el espacio aéreo de Chilpancingo, como señal de que se ofrecía seguridad para los que asistirían a la ceremonia del «Grito de Independencia» a la plaza «Primer Congreso de Anáhuac», además del patrullaje militar y de policías por las calles de la capital.
En medio de hechos violentos que se viven en todo México y Guerrero, en Chilpancingo, prevaleció la tranquilidad, prueba de ello que llegaron a la verbena popular del zócalo al menos 10 mil personas que fueron testigos del «Grito de Independencia» que diera el gobernador perredista Angel Heladio Aguirre Rivero, con la compañía del alcalde capitalino, el priísta Héctor Antonio Astudillo Flores, éste último demostró prudencia política e institucionalidad, pues hay una relación tirante con el jefe del ejecutivo estatal.
Entre los grupos musicales que amenizaron el ambiente, se escuchó a la «Sonora Dinamita», quienes reconocieron al público por aguantar no solamente del frío, sino de la lluvia que se dejó sentir esa noche patriótica.
Para llegar hasta el zócalo capitalino, los ciudadanos tuvieron que sortear por lo menos cinco filtros con detectores de metal y no les permitieron meter a la plancha de la plaza sus sombrillas, las tuvieron que recoger en la entrada después cuando ya se retiraban a sus domicilios, comenzando el éxodo después de la media noche.
Mientras esto ocurría en el centro de la capital, en la puerta tres de la residencia oficial de «Casa Guerrero», se hacían largas «colas», esperando con invitación en mano para accesar, todo se hacía a través de nombres y listas, que el personal no se daba abasto, sin dejar de caer una pertinaz lluvia, y se tenían que aguantar si deseaban participar en la convivencia con la actual clase gobernante.
Hasta casi la entrada de la puerta tres, llegó una camioneta blanca de lujo cerrada con vidrios polarizados con letras rojas «GMC», de la cual bajó junto con su familia, Carlos Mateo Aguirre Rivero, hermano y coordinador del gabinete del mandatario estatal, este no necesitó presentar invitación, ni pases entró como «Juan por su casa», rápidamente para no mojarse.
En tanto el resto de mortales seguían esperando y sufriendo el hostigamiento del Dios Tláloc, que verificaran el nombre, exigiéndoles que dijeran si habían confirmado su asistencia, pese a que enseñaban su invitación y su pase de dos personas y al corroborar los datos, les permitían la entrada y guapas edecanes vestidas con huipiles amuzgos y acatecas acompañaban a los invitados hasta la escenario y de ahí otra dama los conducía a su mesa redonda asignada con su respectivo número y por supuesto la uno, estaba apartada para el gobernador y sus invitados.
Al traspasar la puerta tres de la residencia oficial que estuvo casi clausurada por seis años, por el anterior gobierno, y con la llegada de la actual administración la remozó quitándole las telarañas, al entrar lo primero que se observó es que estaban estacionados dos autobuses que ahora ocupan para las giras oficiales del mandatario el «Vicente Guerrero» y «Francisco I. Madero», al fondo unas oficinas iluminadas en donde se llevan a cabo los eventos, en tanto en los amplios jardines con pasto verde, volvieron a recobrar vida, en esta fecha especial de la independencia, tras estar olvidados por el zeferinato, que los ocupaba para los venados, y que desaparecieron con el sexenio, pero en esta ocasión los jardines fueron avasallados con tarimas de madera y un amplio toldo.
En el zócalo, en punto de las 23:00 horas, las autoridades de los tres niveles de gobierno salieron al balcón del ex palacio de gobierno, ahora llamado Palacio de la Cultura «Ignacio Manuel Altamirano», en donde Angel Heladio Aguirre Rivero, acompañado de su esposa Laura del Rocío Herrera de Aguirre hizo la arenga nombrando a los héroes que nos dieron patria y libertad, Miguel Hidalgo y Costilla, Josefa Ortiz de Domínguez, Vicente Guerrero Saldaña, y los asistentes contestaban con vivas, después ondeó la bandera nacional y el alcalde Astudillo Flores jalaba la cuerda para el repique de la campana.
Luego se hizo presente la quema de castillos y la pirotecnia, como señal de que comenzaba la fiesta, todo mundo gritaba «¡Viva México!» y se destrampó el bailongo, en la planta alta del palacio de la cultura, se despedía la escasa clase política, ya no es aquella numerosa cuando gobernaba el Partido Revolucionario Institucional que hasta brindis se ofrecía a los asistentes al «grito».
La banda Arrolladora «El Limón», arrancó gritos del público, que para esa hora ya no se acordaban de los falsos e hipócritas gobernantes, mucho menos de los políticos, que minutos antes habían salido al balcón que desaparecieron en segundos del escenario.
Con un fuerte dispositivo de seguridad y cada quien por su lado, salieron por la puerta trasera del palacio de la cultura, se fueron por diversos rumbos el alcalde capitalino Astudillo Flores con algunos de sus cercanos colaboradores, y Aguirre Rivero, totalmente resguardado se trasladó a la residencia oficial de «Casa Guerrero», en donde se llevó a cabo la noche mexicana.
Comenzaron a llegar a la residencia funcionarios conocidos y desconocidos, algunos con traje, otros de manera informal y hasta desarrapados, algunos desganados, como el dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el cuestionado político de la Unión, Carlos Reyes Torres, quien bostezaba desesperadamente, en tanto que el hermano del gobernador Carlos Mateo bien trajeado, con su familia se colocaba en una de las mesas redondas cercanas a la número uno que tenía hasta tres juntas.
Cuando se le saludó y se le preguntó por segunda ocasión, en la primera fue cuando su hermano había llegado a gobernador interino, ahora constitucional ¿Cómo se siente ingeniero?, la contestación fue a bocajarro, «bien, pues ahora el gobernador llega con mucha madurez, y ya no va a improvisar, sin embargo (Carlos) Zeferino (Torreblanca Galindo) se llevó todo, no dejó nada», y aclara, no estoy diciendo—el presupuesto—que se lo robó. El gobernador está haciendo mucho en cinco meses, invertirá dos mil 500 millones de pesos para una escénica alterna del puerto, ya va a licitar el metrobús de Acapulco, y en Chilpancingo, ya se está resolviendo el problema del agua, era un relajo, ya está funcionando la planta tratadora de aguas negras y el metrobús se va licitar el año que viene.
Cuando eran exactamente las 23:45 horas, por el lado poniente de la residencia, hizo su arribo Angel Heladio Aguirre Rivero acompañado de su esposa doña Laura del Rocío Herrera de Aguirre, ya cuando estaba en el entarimado, a su paso hacia su mesa, ambos saludaban a sus invitados y otras los abordaron. ...(CONTINUARÀ...)

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