jueves, 27 de octubre de 2011

COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista

Hoy se cumplen 162 años de la Erección del Estado de Guerrero. Desde hace muchos años se estableció una medida excelente: entregar una presea a nombre del pueblo y del gobierno de Guerrero a personajes distinguidos, ya sean originarios o no de nuestra entidad, pero que hayan contribuido con su esfuerzo y creatividad al engrandecimiento del estado.
Ello es sumamente importante porque entre más valores al mérito civil sean reconocidos y se divulgue su obra, más fuerte, más grande, más sólido y con mayores miras de futuro caminará nuestro querido pueblo suriano. Ya de por sí, los organizadores del evento tomaron en cuenta a otros prohombres de Guerrero para que la medalla lleve su nombre, ya sea en artes o ciencia, en literatura o investigación, etcétera. Esto es muy loable.
Algunas veces, en las que no se ha hecho justicia a quienes en verdad merecen tales reconocimientos, puntualmente hemos protestado en nuestro espacio de comentarios. Y lo hemos dicho fuerte y quedito: sólo se premia a los cuates, a los amigos, a los cercanos del gobernador en turno, pero se deja a un lado a los valores genuinos que con su obra y su nombre ponen de relieve cuántos valores han nacido bajo cielo guerrerense.
Una de las pocas veces que nos llenamos de contento por una presea de un 27 de octubre, fue cuando se le otorgó reconocimiento al Mérito Artístico de don Jesús Zaragoza Abarca, «El Polvo», de Zumpango del Río, quien de hecho es el único sobreviviente a aquella primera banda musical que dio origen a lo que hoy se conoce como «Chile Frito». Ese hombre, pueblo auténtico, rebosante de humildad, sencillez pero de gran carisma, fue trompetista del Chile Frito durante años.
Nos impresionó verlo sentado en el estrado principal de la solemne ceremonia al lado de otros grandes de la vida guerrerense. Y le dieron el reconocimiento. Y todos los que observamos su felicidad lo acompañamos, por una sencilla razón: Es a esos laboriosos que hacen grande a Guerrero quienes deben llevarse los lauros, el aplauso y la admiración de sus paisanos.
Este año hemos observado que hay muy poco interés de quienes organizan los festejos de aniversario por dar a conocer, con la debida antelación, quiénes serán los galardonados. Se ignora porque esa terrible omisión. Pese a ello, sabemos que otro gran músico de talla internacional, nacido hace 80 y tantos años en Cutzamala de Pinzón, región de la Tierra Caliente, este día será merecedor de la presea, también al mérito artístico.
Nos referimos al gran maestro Abercio Cortés Ramírez, músico de la más amplia y exitosa trayectoria de que se tenga memoria. Anoche, 26 de octubre, tocó el violín y el sax acompañado de una de sus hijas; de Leonardo, su hijo (al Bajo) y de su yerno al piano. Lo hizo en la calle, a oscuras. Fue una audición musical que «organizó» Juan Sánchez Andraca y nuestro admiradísimo amigo Miguel Ángel Mercado. La intención fue buena, pero hace falta más, mucho más para honrar con creces a quien mucho le han dado a Guerrero. Muchas felicidades al Maestro Abercio Cortés.

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