miércoles, 26 de octubre de 2011

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista


Este jueves 27 de octubre de 2011 se cumplen 162 años de la erección del estado de Guerrero. Hace 62 años, cuando nuestra entidad cumplió 100 años de vida, hubo grandes festejos. Era gobernador el General Baltazar R. Leyva Mancilla, mandatario a quien se debe en buena medida el paso a la modernidad de nuestra tierra suriana.
Antes, otro gobernador, el General, don Adrián Castrejón se había encargado de convertir algunas brechas en carreteras, de terracería, pero carreteras al fin y digamos que son las principales que operan todavía para comunicar las principales ciudades y municipio del estado. En materia caminera hemos ido no sólo de rodillas, sino como el Cangrejo: para atrás, y como ejemplo ahí está la llamada autopista «del sol» que por su pésima construcción se ha convertido en gigantesco cementerio.
Por eso hubo en Guerrero campos de aviación por todos lados, por eso las líneas aéreas provincianas se convirtieron en el medio de comunicación más importante en Guerrero, por eso surgieron tantos pilotos famosos de las avionetas Cessna en los años 50, y campos de aviación los había en Chilapa, Tlapa, Huamuxtitlán, Tlalixtaquilla, Alcozauca, Xochihuehuetlan, Atlamajalcingo del Monte, La Unión, Coahuayutla, Ciudad Altamirano, Ometepec, Arcelia, Iguala, por citar sólo algunos lugares.
Hoy, ha habido la pretensión de que ya no se le llame Erección, sino Fundación al nacimiento del estado que fue nutrido de grandes porciones geográficas del estado de México, Michoacán, Puebla, Oaxaca y tal vez Morelos. ¿Será porque se «oye» muy pornográfico el término Erección que ahora se le quiera cambiar por el de fundación? Lo cierto es que los guerrerenses no lo somos «a secas».
-¿Tú de dónde eres? ¡Ah, yo soy guerrerense, a mucho orgullo! Sí, pero, ¿de dónde? ¡Ah, yo soy guerrerense de la sierra! ¿Y tú? Yo soy guerrerense calentano. ¿Yo? Yo soy guerrerense de la montaña. ¿Y tú? Yo soy guerrerense de Costa Chica. ¿Yo? Yo soy guerrerense de Costa Grande. Yo soy guerrerense del norte del estado. ¿Y tú? Yo soy guerrerense del centro del estado. Sí, todos somos guerrerenses, pero cada quien celoso de la región donde tuvo la dicha de nacer y plenamente identificado con ella. Los que son guerrerenses del lugar que une a las dos costas dicen: Soy acapulqueño.
En otros estados de la república mexicana, tal vez en ningún otro sitio exista esa diferencia en cuanto a la regionalización dentro de su propio territorio. Es verdad: Todos nos sentimos muy orgullosos de ser guerrerenses, como lo dijo el compositor Francisco Padilla en su canción «Viva Guerrero». La unidad urge y nos hace falta para seguir luchando por el engrandecimiento de nuestra entidad. Este día 27 de octubre de 2011 se cumplen 162 años de vida del estado de Guerrero, y si le echáramos cuentas a lo logrado veríamos que es muy poco, en comparación al saqueo del que ha sido víctima.
Los grandes festejos, incluido el de la Erección, siguen siendo en Guerrero solamente para los encumbrados personajes del hábitat palaciego y sus personeros. Al pueblo ya le regalaron el domingo pasado su «fandango guerrerense» y que con eso celebre «su erección».
Los «reconocimientos» que se dan en ceremonia especial a algunos paisanos distinguidos en fecha tan significativa, siguen siendo solamente repartidos entre los «cuates» del gobernador en turno. Nunca se ha reconocido a quienes verdaderamente contribuyen al engrandecimiento del estado, aunque no comulguen con las ideas políticas del gobernador que se trate.
Así ha sido, así es y así seguirá siendo. Guerrero no irá jamás a ningún sitio de privilegio mientras sostengamos el erróneo orgullo de decir: Soy guerrerense, sí, pero de tal o cual región. Porque a quienes gobiernan la entidad les conviene que no exista unidad, sino la fragmentación territorial consumida en una idiosincrasia improductiva. Siendo menos, y divididos, nos controlan mejor. ¿A poco no?

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