viernes, 21 de octubre de 2011

COLUMNA


La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

De entre todo el mosaico de problemas y voces de victoria, hay algo que brinca y que ha retomado fuerza en los últimos días, una información que se desliza por todo lo que encierra, y por la envergadura de la que se pudiera hablar. Ya antes el gobernador Ángel Aguirre Rivero había anunciado su interés por comprar el equipo de futbol de primera división: Estudiantes Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, y ha retomado fuerza ese aspiración en la última semana.
Ello, tal vez con la idea de que hace falta en Guerrero impulsar los valores para inhibir la violencia, fortalecido con distractores y entretenimiento, para que la gente se sienta impulsada para hacer ejercicio con aquello de la obesidad y el sobrepeso, que de acuerdo al secretario de salud, Lázaro Mazón Alonso, seguimos como estado, en cuarto lugar a nivel nacional.
Un cuadro que sin embargo, resulta un adefesio si consideramos las dificultades por las que pasa la entidad en cuanto a necesidad de inversión, pues un equipo de futbol, que se pretende darle el nombre de «los Soles de Acapulco», no logrará que la gente baje de peso al ser deportistas de sillón; y como entretenimiento, bueno pues habría primero que asegurarles que si salen a ver un encuentro de futbol, regresen sanos y salvos.
Comprar un equipo de futbol, tasado en cantidades millonarias, significa de entrada, un gasto oneroso, que como aliciente a lo mencionado, tampoco es garantía de nada. Se sabe que hasta el momento se tiene firmada una carta intención, pero se siguen los trámites correspondientes.
¿Hacia dónde dirigirán este entusiasmo?, La Montaña y la sierra de Guerrero, a los que se les suma La Costa Chica, requieren, de cierto, otro tipo de gastos, se busca un impacto real en los bolsillos de la ciudadanía, catapultado por el gobierno; la necesidad es enorme, y que sigue creciendo si tomamos en cuenta que la violencia está imparable, en su acto devastador en la economía guerrerense.
De acuerdo a lo recogido, el presidente del equipo Estudiantes, Carlos Leaño, dijo que el club perderá el patrocinio de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) a fines de este 2011, y que el puerto de Acapulco se maneja como primera opción, es decir, antes de que concluya este año, en Guerrero podremos tener con un equipo que en cuanto a calidad futbolística, también es reducido.
La sede, como ya se ha manejado, será Acapulco y se podría extender en su operatividad, hacia la Costa Chica. La cantidad que se maneja, debe ser peccata minuta para los que manejan los dineros, pues es de aproximadamente 30 millones de dólares, quizá debamos decir en esto «apenas de 30 millones de dólares», que se dividirán así: 15 millones por la franquicia, y los otros 15, por los derechos federativos de los jugadores.
Luego de eso, se buscarán patrocinadores como Telmex, para que auspicien al equipo que se pretende que antes de que muera este año, se tenga ya en suelo guerrerense, que sería a fin de cuentas, la Navidad para el estado más empobrecido y atrasado del país, a ver cómo lo degluten en la Montaña, La zona empobrecida de la Costa Chica, y los desesperados serranos.
Que es por decir algo, pues las ciudades más importantes de la entidad como Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Zihuatanejo y Taxco, cuentan, porque «así lo quiso Dios» si le preguntamos a religiosos enfundados en su leguaje doble, con un grueso cinturón de la pobreza, gente sin empleo, casi sin educación, y digamos que con pocas, escasas oportunidades de vida.
Un cuadro que de facto, no se resolverá con un equipo de futbol bajo ningún motivo, pues no representa fuente de empleo, ya que trae a sus propios trabajadores, que deben cobrar como si en realidad trabajaran, y tampoco son garantía de tranquilidad en este momento de la zozobra.
El equipo que se pretende llamar «Los Soles de Acapulco», sólo iluminarán en la casa de los que jueguen allí, con una nebulosa posibilidad de algún Cristiano Ronaldo costachiquense, un Ronaldinho de Chilapa, o hasta un Messie de Cochoapa el Grande, que pudiera integrarse y cobrar un dinero jamás soñado, pero eso, de cierto, es una posibilidad reducida y apretada.
Crear entretenimiento y diversión para las familias, se insiste, tampoco tendrá el impacto deseado, pues en estos momentos de desesperación, lo que se busca primero que todo, es tener algo que comer para pasar el día, o lograr reunir un día antes, para el recreo escolar del muchacho, o su pasaje siquiera. Eso de andar pateando bolas, es un asunto como de otra dimensión para el grueso de los guerrerenses.
Así que o es gente «nice», cool, fashion o como se les diga, la que acudirá a los estadios donde se presentarán «Los Soles de Acapulco», o algún despistado padre de familia que se le pudiera llegar a olvidar que ese día su familia también debe de comer.

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