miércoles, 19 de octubre de 2011

PRIMERA PLANA

La justicia no es para
los pobres: Voceadores


Tino Gatica/Colaboración Especial.—Los pobres, las personas humildes, no tenemos acceso a la pobreza, pues el procurador (de Justicia en la entidad, Alberto López Rosas), nos cerró la puerta cuando lo fuimos a ver para pedirle se investiguen las causas que originaron la muerte de nuestro compañero Albino Candia Felícitos, señala amargamente en tribuna el dirigente de la Unión de Voceadores de los Bravo Asociación Civil, Ernesto Franco Fierro.
Esa denuncia, que se convirtió en un clamor y exigencia de «justicia, justicia, justicia» reventó el lunes por la tarde, durante la despedida de quien fuera distribuidor de diversos medios impresos de la ciudad capital, Albino Candia Felícitos. Lo despedían de cuerpo presente en la explanada de la Plaza de la Libertad de Expresión que se ubica en el centro de la ciudad capital.
En paralelo, el lunes mismo, aunque con diferencia de un par de horas, un trabajador del sistema paramunicipal Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH), Florencio Peralta Marroquín, también era despedido por sus compañeros y compañeras que con llantos y lágrimas en los ojos pedían justicia pues su muerte se desencadenó en situaciones extrañas.
¿Coincidencias? Sí, pero indican que la impunidad es el fermento primordial para que se perpetren asesinatos que las autoridades investigadoras y ministradoras de justicia no tienen intenciones de resolver, mucho menos de dar con los autores materiales e intelectuales. La violencia generalizada abona más a este caldo de cultivo.
En el primer caso, el de Candia Felícitos, tendría ocho días aproximadamente en que fue encontrado tirado, a un costado de su hogar, que se ubica en una de las colonias alejadas de la periferia capitalina. Su viuda ha afirmado insistentemente en que él se cayó de su azotea, aunque las versiones que se corrieron insistentemente desde que lo atendieron paramédicos y compañeros de su gremio sugieren otra versión, misma que seguramente está siendo investigada por las autoridades de la Procuraduría General de Justicia. Su deceso se estaría configurando en un lío pasional en donde él estaría pagando los platos rotos en un matrimonio que no funcionó adecuadamente, pero no por él, según se infiere en comentarios de sus amigas y amigos voceadores. El procurador de Justicia en la entidad, tiene muchas pistas para que pueda esclarecer ese deceso, que sus familiares, amigos y amigas que lo despidieron ayer exigieron a Alberto López Rosas.
«Pero ¿quién nos atenderá, si el procurador nos cerró las puertas, cuando fuimos a verlo para pedirle se investigue esa muerte del compañero Albino Candia?», lanzó Ernesto Franco Fierro, embargado de dolor y coraje, debido a la forma en que tuvo el desenlace del humilde voceador y distribuidor de periódicos.
A esa exigencia del esclarecimiento de ese deceso, expresada por Ernesto Franco Fierro, dirigente de la Unión de Voceadores de los Bravo A.C., se sumaron las del dirigente de la Unión de Semanarios y Revistas del Estado de Guerrero «Ignacio Manuel Altamirano», Juan Antelmo García Castro; las del dirigente del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), Delegación XVII-Chilpancingo, Salomón Cruz Gallardo; del periodista Manuel Castillo Jaimes, ahora funcionario de primer nivel en la administración «perredista-aguirrista», identificado más propiamente por Igor Petit; de Mario Moreno Sotelo, dirigente de Movimiento Ciudadano (obra en la entidad del profesor de apellidos Salgado Leyva); también de periodistas de otras organizaciones de membrete así como independientes; también se sumaron a esa demanda, personajes públicos que han tenido relevancia en los espacios públicos identificados por representar a los diversos partidos políticos. Asimismo, se unieron a esa exigencia, trabajadores y trabajadoras de medios de información electrónicos, impresos, gráficos y de Internet.
«¡Justicia!» es la palabra que brotó generosa, pero cargada de un dolor que no abandonó a familiares, amigos y amigas de todo signo que Albino Candia Felícitos recolectó durante su breve estancia en esta envilecida Tierra. En esa despedida final, Albino Candia Felícitos pudo «comprobar» que la humildad, la sencillez, el esfuerzo y la tenacidad tienen una recompensa, aunque quizá no debería ser de esa forma. Como distribuidor de diversos medios informativos impresos, Candia Felícitos realizó su último recorrido en los diversos espacios en los que compartió sus días de alegrías y tristezas, hasta terminar en el panteón nuevo, en donde su despedida siempre estuvo cargada de llanto, angustia y dolor, que literalmente se «sentía» en el ambiente.
En un intervalo de dos horas previas del mismo lunes, ese mismo panteón había sido la última morada de Florencio Peralta Marroquín, reconocido trabajador de CAPACH, ex estudiante de la Facultad de Derecho (ahora conocidas como unidades académicas) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), promotor de programas sobre cultura del agua, checador de casas en sus medidores de ese líquido, fundador de una sección sindical adherida al SUSPEG, así como colaborador eventual con sus opiniones de diversos medios impresos, aunque considerándolos meramente como «hobbie», tales son los casos de los diarios «Vértice, periódico de Chilpancingo», éste que se edita por las mañanas; o «La Crónica, Vespertino de Chilpancingo» o bien del quincenario «¿Por Qué?, Periodismo con visión de género». También llegó a publicar algunas poesías, pero su fuerte, su fuerte fue su pasión, preocupación y trabajo en CAPACH, pues se interesó en propiciar una conciencia ecológica en el uso del agua.
«Escribe que se investigue su crimen», solicita uno de los dirigentes sindicales adheridos a CAPACH, «pues su muerte no convence a nadie de que haya sido por una imprudencia», sentencia.
En esa despedida, que era encabezada por sus familiares, todos profesionistas, hasta en donde asistieron las autoridades de la administración capitalina, como el alcalde Héctor Antonio Astudillo Flores, así como priístas y personajes que tienen incidencia política en la Región Centro, «para despedir al buen amigo, al buen padre, al buen líder sindical, al buen ciudadano», cuyas causas de su deceso también han generado dudas en sus amigos y amigas de CAPACH, que veladamente advirtieron tomarse la justicia en sus manos, «pues se privó de la vida a un hombre justo, conciliador y que siempre buscó ayudar a sus semejantes. Siempre tuvo unas palabras de aliento para nuestras pesadumbres», indicó un doliente obrero del agua.
En esa despedida, además del alcalde, se encontraba Roberto Torres Aguirre, Jaime Ramirez Solís, el ex alcalde José Luis Peralta Lobato (sin parentezco con el finado) y Gustavo Nabor Ojeda de la Peña, además de otros asistentes que Florencio Peralta Marroquín regó con el agua de su amistad y que se llevó a sus 56 años de edad, año de su muerte.
Algunos de los mencionados, volverían a ser vistos en los ritos fúnebres del humilde distribuidor de periódicos.
En ese último adiós, sus familiares, aceptaron con resignación esa muerte, «se lo dejamos todo a Dios, y que perdone a quienes hayan cometido esto», indicaron. Sin embargo, las trabajadoras y trabajadores que conocieron a Peralta Marroquín insinuaron una justicia no de Dios sino de la venganza terrenal, «pues privaron de la vida a un hombre justo y eso no se vale». Sus familiares más directos indicaron que la justicia tendría que aplicarse en ese deceso, «pues accidente no fue, pero que sean las autoridades las que esclarezcan este caso». Asimismo, mostraron visualmente el sitio en donde fuera encontrado el cuerpo sin vida de Peralta Marroquín: un tramo de la carretera del bulevar «Vicente Guerrero» que difícilmente serviría para cruzado. Y más cuando el finado no tenía por costumbre beber alcohol.
¿Coincidencias en esas dos muertes de sendos hombres justos? Sí, pero indican que la impunidad es el fermento primordial para que se perpetren asesinatos que las autoridades investigadoras y ministradoras de justicia no tienen intenciones de resolver, mucho menos de dar con los autores materiales e intelectuales. La violencia generalizada abona más a este trágico caldo de cultivo.

1 comentario:

  1. estare aqui asta que se haga gusticia que no se aga el procurador todos saben que no fue un acidente del amigo y hermano y padre albino candia

    ResponderEliminar

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.