miércoles, 23 de noviembre de 2011

PRIMERA PLANA


 
Los Moros, Los Manueles, Los
Viejos, Las Mojigangas y Los Mudos
-Entrevista a don Leopoldo Alonso Carbajal-
(Primera Parte)

Héctor Contreras Organista.Es el momento de acercarnos, lo más que se pueda, a nuestras danzas tradicionales, a nuestra Feria de diciembre que ciertamente, se alegra con los Tlacololeros. Ya Pepe Castañón, de manera sencilla pero muy bella, con el corazón de genuino Chilpancingueño describió en su hermosa canción tradicional la participación de otras danzas en la Feria de Chilpancingo: «Ahí van la muerte y los diablos y el mismito Satanás; los Moros y los Santiagos también van a bailar…»
Y, ¿qué mejor ocasión para referir algo de lo nuestro en este fin de año? Lo hemos logrado aproximándonos a la gente que sí conoce nuestras danzas, que las ha vivido, que desde la infancia las admiró, se acercó a ellas y participó vistiendo diversos ajuares. Y en la actualidad las sigue ensayando y participando en el Teopancalaquis y en el Paseo del Pendón, como lo hace nuestro paisano don Leopoldo Alonso Julián.
Nació el amigo Leopoldo en el bordo –así lo afirma él- del Barrio de San Mateo. Su primera incursión la hizo a los doce años de edad vistiendo y danzando como el Niño de Los Moros, con unos vecinos suyos donde se ensayaba esa danza, en la calle de Ocampo. Su amor por la danza lo hizo pasar por casi todos sus personajes, caracterizándolos. Más tarde preparó para el gran festejo la danza de Los Manueles, muy cercanos en su manera de bailar y ejecutar sus sones a las danzas de Los Viejos, Los Mudos y Las Mojigangas.
Don Polo, como le llaman con afecto los paisanos y así le decimos sus amigos, nos permitió dialogar con él y nos explicó la diferencia que se da entre esas danzas, y al final, también nos ofrece los pormenores de la popular danza de Los Moros.
-Mi estimado amigo Leopoldo. Te quiero pedir, en base a tu experiencia, que me platiques la diferencia que hay entre las danzas: Las de los Viejos, Los Manueles, Las Mojigangas y los Mudos, que se parecen mucho.
«Si, mi gran amigo Héctor, con mucho gusto. Si te das cuenta, la danza de Los Manueles es donde están La Manuela y el Manuel. Más adelante están Los Viejos, pero esos señores van por pareja: Una señora y un señor, por eso son los Viejos. Las mojigangas creo que salieron de Los Manueles y de Los Viejos, porque vienen siendo en tercer término. Son tipos que se visten de mujer».
-Si me permites, Polo, vamos a separar un poquito una danza de la otra. Los Manueles, me imagino, por lo que he escuchado en pláticas de gente mayor, es el mismo pueblo el que viste de Manuel y Manuela, porque ellos eran los dueños de la hacienda. Hacendados españoles que llegaron a estas tierras. Pero los peones, como los trataban mal, para vengarse de ellos, en las fiestas de la hacienda o en las festividades patronales, un peón se vestía de Manuel y otro de Manuela, colocándose almohadas en las asentaderas, con lo que pretendieran ridiculizar a la esposa del hacendado y al propio patrón, exhibiéndolo como un viejo ridículo.
«Sí, mira. Lo que tengo entendido es que don Manuel fue un hacendado avaro que presumía al salir a la calle con un manojo de monedas de oro envueltas en un pañuelo. Entonces, presumía ante la gente que tenía dinero, y es ahí donde nace la versión de Los Manueles, en donde doña Manuela tiene que ser una señora robusta, de gran estatura, y de esa manera ellos controlaban a los peones quienes finalmente se convierten también en Los Manueles, es decir: en la danza de Los Manueles. Esto viene de la época de la Colonial, es de donde nos vamos dando una idea del porqué de la danza de Los Manueles».
-Quiero que me hagas favor de explicarme, cuando eras niño, cómo se vestían Los Manueles.
«Desde que tengo uso de razón, te quiero decir la verdad: Yo nunca vi vestidos a Los Manueles. Fue por una invitación del profesor Lucio Abraham. Él me motivó a que sacáramos la danza de Los Manueles. Pero, le digo: Yo nunca he visto la danza de Los Manueles en Chilpancingo, la verdad. Le dije que sólo había visto Los Viejos, nada más. Me di cuenta cuando me invitó a que sacáramos esta danza, porque me decían que esa danza ya había muerto.
-Bueno, seguramente porque eres joven, pero esa danza existió hace muchos años y, en efecto, se ha dicho que había desaparecido. Pero fue el profesor Abraham quien te invitó.
«Si, me invitó porque él es vecino del barrio de San Mateo y vio que desde hace años me gustó participar en las danzas, sobre todo en la de Los Moros, donde pasé por todos los personajes. Empecé por ser el Niño, luego Moro, Pilatos, Yegua, y me faltó ser Alférez, nada más.
-Entonces, la danza de Los Manueles para ti es nueva, porque te la enseñó don Lucio Abraham.
«Sí, esa danza para mí es nueva, y yo no me quiero alzar el cuello ni nada, porque fue invitación, y los que danzan son los chamacos. Yo nada más soy el conducto para orientar a los muchachos».
-El profesor que te invitó a participar, ¿qué vestimenta te pidió para Los Manueles?
«Para empezar, me hizo una lista, y ya me estaba haciendo para atrás, pero me dice: Mira, con la ayuda de varias personas vamos a echar a andar esta danza, pero para empezar necesitamos satín, sombreros, máscaras, bastón, sonajas. En el caso del pantalón son variados los colores, como es satín rojo, amarillo, verde, de acuerdo al gusto de los danzantes. El pantalón es amitanado, porque lleva como resortito abajo para que se pueda arrollar a media pierna, es como el de la danza de Los Diablos».
-En el tronco del cuerpo, ¿qué se colocan?
«Es una camisola de satín y también de colores, van combinados».
-¿Y las máscaras?
«Son muy importantes, y deben ser originales. En la actualidad en Chilpancingo ya hay muchas danzas de Los Manueles, pero las máscaras que usan los danzantes nuestros, son las originales».
-¿Qué es lo que llevan en la cabeza?
«Es un sombrero tejano, adornado con escarcha, espejos y listones, nada más».
-¿Cuántos pares de Manueles son?
«Son puros hombres, son seis pares, de hecho son más, pero a mí no me gusta cargar la hilera de muchos chamacos, a veces es complicado porque son traviesos, y a veces no puedes atender a todos».
-¿Cómo son los bastones?
«Son tipo culebra, de raíz de sauco, y las sonajas, hoy en día se me prendió el foquito, y mi señora ahí me ayudó. Me dice: Mira, para qué andas comprando tantas sonajas; consíguete de esos de Rotoplas, y de ahí salen tus sonajas. Me dio buena idea. Son pequeñitas, y me duran más, porque a veces los chamacos las tiran y se rompen».
-Las sonajas de antes eran de Cirian.
«Sí, eran de bola de Cirian y ahora son de Rotoplas, porque era mucha gastadera de dinero».
-¿Cuánto te cuesta vestir la danza?
«Para vestir la danza son alrededor de 12 mil pesos».
-¿Con qué música se acompañan?
«Con un tambor y el violín».
-¿Es tambor normal, de los que usan en las bandas de Guerra?
«No, es un tambora. Hay que ver que Los Moros, ellos sí llevan un tambor como de banda de Guerra, pero la de nosotros es una tamborita».
-¿Eres tú quien toca la tambora?
«A veces sí, porque no hay chavos que lo quieran hacer, como que les da vergüenza. Y les digo: no, esto no es de vergüenza, es para que ustedes se enseñen. Estoy por comprar un violín, para que uno de mis chavos empiece a tocar el violín».
-¿Cuántos sones son lo que acompañan a la danza?
«Tuve que darme a la tarea de conseguir esa música de Los Manueles. Me fui a Petaquillas, porque estos sones son de Petaquillas, y me dijeron que un señor Luciano, de aquella población, era quien sacaba Los Manueles. Me di a la tarea y perdí un día de trabajo y le hablé al señor, y se prestó para que dialogáramos. Me dijo que él los ensayaba, pero que ya no los sacaba porque ya había muchas danzas de Los Manueles en Petaquillas. El me grabó un casset con todos los sones de la danza. Había oído tres sones, pero yo sé, porque los tengo, que son nueve sones originales de la danza de Los Manueles. Ya los tienen ensayados los chavos».
-¿Cómo les enseñaste a los jóvenes?
«Mira, cada son tiene su paso. El señor don Chano fue quien me enseñó cómo se habían de mover, y es ahí donde yo agarré el ritmo. Aquí los sones de La Víbora, la bailamos nosotros; La Comezón, no la han bailado los otros Manueles, y nosotros sí la tenemos. Las Olas, también, lo mismo que El Bastoncito, La Cadena, Topado doble, Topado sencillo, y la Salida. Pero hay más sones».
-¿Qué tiempo dura la escenificación?
«Dura una media hora».
-¿Cómo es que los jóvenes de ahora se interesan en participar en este tipo de danzas?
«Motivándolos. Por ejemplo, allá en la Colonia, la 4 de abril de donde son todos los chavos, los chamacos ya están inquietos que quieren ir al Pendón, pero yo represento siempre al barrio de San Mateo».
-¿Hace cuántos años que rescataste esta danza?
«En este diciembre cumpliremos trece años de estarla poniendo». (Continuará)
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