jueves, 16 de febrero de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios


 Jesús Pintor Alegre

«En el PRD no hay derecho de antigüedad», una frase sin duda que pinta exactamente lo que ahora significa este partido amarillo que era del pueblo, que nació empujado por las masas, que nació con la esencia popular, catapultado por el hastío del partido en el poder, ese mismo que quiere regresar al poder…

Sin embargo, este partido amarillo, antes de la gente, y que enmarcaba la democracia, ahora quién sabe de quién es, o bueno, tal vez sí se deba decir que es del que lo pueda comprar.
Ayer, en el evento del espaldarazo al junior del gobernador Aguirre Rivero, encabezado por la titular de Fortamun, Beatriz Mojica Morga, y el exsubsecretrio de Asuntos políticos, Víctor Aguirre Alcaide, se vio la escena telenovelesca.
La frase ya acuñada desde ayer «en el PRD no hay derecho de antigüedad», según nota de la Jornada Guerrero, pronunciada por Víctor Rebolledo, exaspirante a la candidatura para la diputación que busca el retoño del mandatario estatal, dibuja muy bien a este partido prostituido, vendido al mejor postor, alejado de su esencia, y espasmódicamente heredero de las perversiones del partido que antes criticaba con calidad moral.
El precandidato a la diputación por el distrito 07, se enmaraña a todas las conquistas de un partido que anda ciego, que es sordo, y mudo, ante los reclamos del pueblo.
Es cierto, no hay un partido que en verdad se preocupe por el pueblo, ni uno solo, todos nadan en la marea del narcicismo, como ha enmarcado el ex presidente estatal del PRD, Martín Mora Aguirre, se conduce el ex diputado local, José Luis Ramírez Mendoza.
El cuadro patético de ayer, con el respaldo a Ángel Aguirre Herrara, se escucharon las zalamerías, y se dejaron ver los dramáticos caravaneos, allí se vieron gente del llamado partido-partido, como llama al PRD el dandy de Tlepehuala, Ramiro Alonso de Jesús, rindiendo pleitesía del príncipe, diputado federal con licencia, quien no quiere morir y ahora quiere una curul local. Según las notas publicadas hoy, los perredistas que asistieron a apoyarlo, no fueron mandados por el gobernador, Ángel Aguirre, sí claro, sino que fueron porque escucharon que Aguirre Herrara quiere ser diputado, vaya, y de pronto habrán descubierto que era el mesías o algo por el estilo.
La frase que lastimó también, fue lo que dijo Beatriz Mojica Morga, tiene interés y siente el compromiso de apoyar al hijo del gobernador porque ha hecho un excelente trabajo a nivel federal. Habría que saber a detalle qué es lo que ha hecho si poco o nada se ha escuchado de él, a qué excelente trabajo se refiere.
Y las palabras enmarañadas y llenas de confusión, se dejaron escuchar para justificar esto y lo otro en un ejercicio de la extravagancia: Beatriz Mojica Morga dijo que no lo apoya porque el hijo del gobernador sea hijo del gobernador, vaya, por supuesto, y adelantó que porque muchos también piensan como ella, no tendría nada de raro ver el apoyo de varios sectores.
Sí claro… un partido como el PRD, del que nadie tiene derecho de antigüedad, ahora es propiedad de otros, de repente llegaron priistas que despechados por el desprecio de su partido del alma, se fueron a refugiar a los brazos del partido, que ahora ya es suyo, y bueno, la patente no la necesitan, pues los mismos perredistas se los han entregado.
No olvidemos cómo los amarillos reciben a Socorro Sofío Ramírez Hernández, que es un claro ejemplo de que escupen hacia arriba los que critican a José Luis Ramírez Mendoza, quien según una nota periodística, halaga al precandidato a la diputación federal por el 01, Gustavo Juanchi Quiñones, que es del partido de enfrente.
¿Qué tiene de malo, entonces, que haga eso, si los que se dicen perredistas reales, fundadores, han entregado a su partido en medio de caravanas y cabezas gachas, en bandeja de plata y a los pies de un trono tricolor?, ver la viga en el ojo ajeno es práctica muy clara, pero las acciones propias dan vergüenza.
 Un partido digno el PRD, al menos en Guerrero, de cierto que no asoma, porque los golpes bajos y los traspiés entre hermanos, se dan a granel, y exactamente eso mismo que criticaban de un partido avieso como el PRI, donde el dedo divino de los Figueroa sigue imperando, políticos al fin.
Y es parte del lodazal en que navegan, como claro lo decía el exgobernador Chirundo, Zeferino Torreblanca Galindo, ahora del PAN o siempre del PAN, quien llamó a los perredistas de la cúpula, come excremento, asnos, entre otras linduras… allí que quede.

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