jueves, 8 de marzo de 2012

COLUMNA

Computadoras para todos

 Apolinar Castrejón Marino

No cabe duda que gastar el dinero es muy fácil.
Si a usted le dieran un millón de pesos y le dijeran que se lo tiene que gastar en 3 días, seguramente no entraría en pánico, es más, seguramente se los gastaría en un solo día. Pero si le dijeran que tiene usted que reunir 1 millón de pesos en una semana, de inmediato protestaría diciendo que eso esimposible. Muy grande es la diferencia entre gastar dinero y en ahorrarlo ¿No?
Esto viene a cuento porque Felipe Calderón acaba de firmar un convenio para que a los padres de familia les concedan un crédito que les permita comprar una computadora. El propósito –según dijo– es que todos los niños puedan tener una computadora conectada a Internet.

Este nuevo programa CompuApoyo operará en beneficio de más de un millón y medio de hogares, para las gentes que ganan entre uno y 5 salarios mínimos y cuya empresa esté afiliada al Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (FONACOT).
A razón de 3 usuarios por computadora, se estará beneficiando a 6 millones y medio de mexicanos. Como lo hace todos los días aprovechando su investidura presidencial, Felipe Calderón se adornó con sus declaraciones: «Queremos que todos los jóvenes puedan navegar por la Red de manera ágil, eficiente; realizar trámites, conectarse con sus amigos y familiares, chatear, bajar música; obviamente, hacer la tarea, las investigaciones, etcétera, buscar información para trabajos escolares, enviar y recibir mensajes de correo electrónico; es decir, todos los beneficios del acceso a la tecnología de la información».
Pero lo obvio es precisamente lo menos importante para Felipe: Toda la gente que trata con niños y jóvenes sabe algo que Felipe no toma en cuenta.
Lo primero que hacen los niños y jóvenes al estar frente a una computadora es abrir su FaceBook o conectarse con sitios de juegos. Según sus mismas declaraciones, al principio de este sexenio 14 millones de mexicanos tenían acceso a Internet, y ahora son 33 millones.
La pregunta entonces es: ¿De qué ha servido toda esta tecnología? Los niveles de educación están en un nivel vergonzoso.
 Lo menos que se espera de un niño que va a la escuela es que sepa leer y escribir, pero vea usted qué es lo que sabe, como se expresa oralmente y por escrito un niño que ha concluido la educación primaria.
Y véalo con sus hijos, o con sus hermanitos o familiares pequeños ¡No saben leer! Los jovencitos de la secundaria son muy hábiles para «bajar» juegos y música de Internet.
Es admirable como pueden configurar su teléfono celular y como navegan en la Red desde estos pequeños aparatos. Pero no saben configurar con pulcritud un escrito en la computadora. En el bachillerato, todos quieren su LapTop, porque ahora son tan indispensables como los cuadernos de apuntes y los libros lo fueron para las generaciones anteriores.
De Internet obtiene cualquier tema para sus tareas e «investigaciones». Luego lo imprimen y entregan a sus maestros ¡pero no entienden nada de lo que entregaron! Pensamos que es muy bueno que los préstamos sin enganche y sin aval, se pagarán a una tasa anual de 12 %, porque se puede pagar de 6 a 36 meses de plazo.
Pero no abrigamos muchas esperanzas de que esto impacte significativamente en mejorar la calidad de la educación en México.

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