COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Hay un fuerte pregón del gobierno federal, que es ese mismo que dice que ya está recuperando con su cuerpo de seguridad, ¿estará hablando de México?, ¿o al menos del mismo México?... la verdad, quién sabe, como que habla de otros tiempos, o son visos de lo que se vivirá en varios años después, o quizá, sólo quizá, sea la quimera palpitante de este gobierno que está ya a unos cuantos meses de despedirse.

Ese mismo mundo se busca en Guerrero, donde la barbarie ha descendido «un poquito», como se ha dejado escuchar leve, y hasta con miedo, en voz de este gobierno priista amarillo, o tricolor con un brochazo amarillo, que sigue debiendo muchos cumplimientos de promesas, y que se ha quedado corto en varias de sus expectativas, y todo el cuadro armado previo a la asunción.

Allá a lo lejos, digamos que muy lejos, no obstante creerse el humano en la cúspide de la creación, este mundo se tambalea debido a la explosión solar, que se dice habrá de afectar el sistema eléctrico, computacional y hasta alguien dice que neuronal, ¿dónde está este mundo que el partido jurásico, ha desgarrado sus vestimentas, y se duele de que no está allí, chupando la sangre del pueblo?

Hay mucha inquietud social, eso sí, en este sistema gobiernista, que si bien no pudiera ser afectado con la explosión solar que se anunció televisivamente, jala muchos vicios que duelen, que incomodan, y que pese a todas sus soluciones de escritorio, siguen sin servir de nada.

Simplemente las políticas de combate a la pobreza, resultan una broma de mal gusto pues aplicadas en el terreno real, son poco menos que inútiles, o meras curitas en la llaga ya purulenta.

Hasta ahora la ciudadanía ha sido simple espectadora, sin voz y mucho menos voto para decidir en los niveles donde se reparte el queso.

Allá en los niveles donde los partidos políticos, mantienen secuestrado al país. Donde nadie puede lanzarse como candidato independiente, pues las leyes que se han hecho en este lugar donde se aplica la ley de Herodes, no permite que la gente pretenda ser elegido, Pero vaya, ¿se imaginan que un ciudadano sin partido fuera presidente municipal, o gobernador, o presidente de la República?, estaríamos muy cerca del exterminio de los institutos políticos como negocio.

El ciudadano sin compromisos de nada, llegaría a tratar de arreglar todo lo desordenado, y al no obedecer a los intereses más que los sociales, borraría todo lo corrupto, cuando menos en los primeros años, pues si en realidad fuera el voto quien decidiera y la gente pusiera a sus candidatos, los partidos políticos se irían reduciendo hasta desparecer.

Y eso, de cierto, no pueden permitirlo esos que se han acostumbrado a las canonjías del poder, esos que dan casi nada para recibir todo, con salarios de escándalo obtenido con poco esfuerzo y con promesas de cambiar todo, de mejorar los escenarios actuales, de acabar con la pobreza, el analfabetismo, de agilizar la burocracia, de que los funcionarios cobren un salario justo y que realmente trabajen… pero ese es un mundo muy duro… para nuestros políticos.

¿Cuántos Mesías se han contado hasta ahora?, hay quien pone, gracias al poder televisivo y la mente frágil de la ciudadanía, a Enrique Peña Nieto, hueco y farandulero; otros hablan del de la República Amorosa, Andrés Manuel López Obrador, con ese que ama al prójimo a puras mentadas; o ¿qué tal esa mujer, Josefina Vázquez Mota, que espanta al asegurar que continuará con las políticas del actual presidente de la República?

Hoy día Internacional de la mujer, y pese a que la activista de la mujer, Martha Sánchez Nestor, que dijo que en 400 años se habrá de ver la igualdad de género, y las condiciones en que viven las mujeres, no podemos decir más que se siga soñando, habrá algún día que este escenario del espanto, en verdad llegue a cambiar. No hay que dejar el sueño, y mucho menos, dudarlo.