lunes, 23 de abril de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Intenso el ambiente que han levantado los priistas… entre los priistas, quienes ayer, cuando menos en Ciudad Altamirano, recibieron la buena vieja, de que su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, va a ser inobjetablemente, el próximo primer magistrado de la nación.

De cantarles al odio se encargó el coordinador estatal de la campaña del exgobernador del estado de México, Héctor Antonio Astudillo Flores, quien sin mucho esfuerzo, reprodujo los números que se han estado vaciando una y otra vez, en los medios, en ese extraño fenómeno de las encuestas, y que se dan porque se tienen que dar como mal necesario.
Los gritos y los entusiasmos de los priistas calentanos que ayer, en la sede del comité municipal del PRI de Pungarabato, y sin embargo, fueron acallados ante la nota que el médico Gustavo Juanchi Quiñones es portador.
Y así se manifestó en la conferencia de prensa, cuando el dirigente estatal del partido tricolor, tuvo que responder las interrogantes de los medios sobre el tema.
¿Qué pasa en el caso?, mucho hermetismo y muchas prórrogas, cambios y disimulos, un recurso de impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y la lavada de manos del PRI en el estado a cargo de Salgado Romero: el culpable de la mala decisión fue el Comité Ejecutivo Nacional.
Eso que llamó el calentano que despacha en la dirigencia del PRI «mala decisión», fue a la de poner a Verónica Muñoz Parra en lugar del médico, presidente municipal con licencia de Pungarabato, pues dijo, el PRI nacional lo hizo sin previo estudio y sólo basado en el criterio de la cuota de género… es decir, Cuauhtémoc Salgado Romero fue el Pilatos de la historia: se lavó las manos.
Una situación en algo así como la canción de Pedro Infante: «si te vienen a contar cositas malas de mí, manda todos a volar y diles que yo no fui».
El caso Gustavo Juanchi es en realidad escabroso y debería preocuparles a los priistas de este estado, bueno, eso si no quieren ser apabullados este primero de julio por ese tipo de malas decisiones, por criterios sin fundamento, como de paso adornó el también diputado federal.
La nota fue de tal magnitud ayer no obstante los números de la alegría, que en la misma conferencia de prensa, los reporteros prácticamente borraron a Héctor Astudillo, y que pensando que por su condición de coordinador de campaña en el estado, de Enrique Peña Nieto, los medios de comunicación se iban a volcar con él.
Pero en realidad casi ni existió, y es que mientras se interrogaba a Salgado Romero, se removió en su asiento de manera incómoda, veía para un lado y para el otro, silbaba a veces y quiso formar parte de la conferencia al soltar algunas risillas, y al final del evento, unas dos o tres preguntas se le hicieron, y vuelta otra vez, con Salgado Romero, quien dijo que en unos 10 días ahora sí, iban a tener el resultado de la impugnación que metió Juanchi Quiñones.
Hay que recordar que este recurso al que recurrió el médico, ha sufrido muchas prórrogas, que esta semana, que la otra, que pasando semana santa, que el miércoles de manera definitiva de ceniza tal vez, que mejor en otra ocasión, que cuando Dios levante el dedo, que el día del juicio por la tarde, y que ahora si sí, dentro de 10 días.
Eso, y con el tiempo contando en su contra, 23 días de campaña tirados a la basura, días que jamás van a recuperar, y que en este hándicap, simplemente el del PRD, Catalino Duarte Ortuño, el candidato amarillo por la diputación federal 01, se regodea y siente suyo el cargo, en el que va a despachar igualito como en la diputación local, es decir, sin pena ni gloria.
Y así, se pudiera decir que el PRD, con la mano en la cintura y hasta sin hacer campaña, la alegría se vuelve dolor sin Hernán Cortés y sin noche triste, salvo que pues bueno, la idea sea entregarle la plaza al partido de los incontables amarillos, que van desde la modorra y atribulada mirada en amarillo pálido del que se fue de farra un día anterior, hasta al que bañan en huevo y su amarillo encendido.
Si esa es la meta, pues la están logrando y no queda más por decir, lo que sí cabe aquí, es que a los priistas, o cuando menos los juanchistas, les dijeron que era en verdad la postulación de Gustavo Juanchi, les dieron atole con el dedo pues, sin mucha vuelta, y como para variar, en este circo de la decisión del pueblo vejado, aunque el concepto esté ya muy trillado.

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