lunes, 4 de junio de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

En este relevo que se prepara para el 1 de julio, hay un asunto que se deshace en las manos de los ciudadanos, y que en la actualidad nos ofrece el cuadro de la angustia. El tema de los diputados locales parece que en este tramo último del periodo legislativo, se recrudece.

Los 46 diputados locales, esos mismos que votaron unánimemente por los PPS, y que en honor a la verdad nadie sabe y nadie supo, qué ha ocurrido con ello, han abandonado el congreso local, de tal suerte que la que llaman ellos «la casa del pueblo», debe estarse ya empolvando.
Esta legislatura, la 59, deja a estas alturas de los tiempos, un trabajo mocho y lleno de pendientes, mentira la que dijo Sebastián de la Rosa Peláez, que iba a acabarse el rezago legislativo, mentira de que en realidad les importaba el pueblo, todas esas expresiones eran grotescamente mediáticas y llenas de nada.
Hay acuerdos e iniciativas de ley, congeladas, ¿pero eso a quienes les importa?, en estos momentos la mayoría de los diputados locales tienen licencia, pues andan ofertándose también de manera grotesca, para lograr la presidencia municipal de su lugar de origen, o bueno, donde ahora viven en algunos casos y que brinca en el tema del desarraigo.
El descuido a la cámara local es tal, y de tan grande dimensión, que no se logra quórum bajo ninguna circunstancia, y ha orillado que la glosa del gobernador, Ángel Aguirre Rivero, se suspenda.
De esa suerte, que por ejemplo, en el caso de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Beatriz Mojica Morga, no podrá explicar, o justificar a los guerrerenses, de los desatinos del Rambo de Guerrero, ese mismo que utilizó a la Sedesol como sorgo para alimentar a su tribu.
Ese personaje, que apodan David Jiménez Rumbo, el heredero de las políticas de Armando Chavarría Barrera, que en sus temas de conversación, incluye a las armas, marcas de vehículos, caballos, todo en el tono del desprecio al populacho, pues el nivel que ahora tiene, debe suponer, es de un amarillo burgués.
Pero bueno, ni la explicación de lo que hizo con los dineros del pueblo en la Sedesol, podremos escuchar ni tener como información, pues nuestros diputados, bueno caray, andan promocionándose para ver quién los compra.
Y bueno, es claro que nade diría nada si en realidad la producción legislativa fuera incuestionable, y más allá de eso, que sus proyectos llevaran realmente un sustento certero, aplicable, factible, no de ocurrencias y mucho menos en ese valemadrismo en el que nos han sometido del a ver qué sucede.
Y bueno caray, en este tema de los proyectos políticos, nadie se salva, no sólo esos que son diputados locales con licencia, que en honor a la verdad, están en una aparente actitud propositiva, pero que en la dimensión de lo real, no saben exactamente de lo que están hablando.
Hablan de Salud, educación, campo, cabildos abiertos inclusive, universidades, reactivación económica, todo ello sin importar que se puedan llevar a cabo ya en el plano del ejercicio, lo que en estos momentos vale, es jalar al electorado.
Lo que ahora importa es convencer a la gente de que sus quimeras serán realidad, y a la hora de la verdad, bueno, qué importa, lo demás es lo de menos.
Por ahora citemos a los candidatos a cargos de elección popular, que tienen licencia para ausentarse del congreso local, que se ha distinguido por ser el más improductivo y el más caro del país.
Peso si abrimos el abanico, no hay un solo candidato, uno solo, ni del PRD, ni del PRI, ni mucho menos del PAN y partiditos chiquitos, que sepan a ciencia cierta, de qué están hablando ellos mismos, pues al sumergirse en su lenguaje binario, ellos mismos, nuestros candidatos, llegan a confundirse entre su mar de verborrea.

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