miércoles, 27 de junio de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios


Jesús Pintor Alegre


Se nos escapan los sueños de las manos, así, literalmente, por los candidatos de esto y lo otro, multicolores, y llenos de nada. Abanderados que salieron bajo el concepto del utilitarismo, y con la idea de las prerrogativas.
Ahora bien, todo el tiempo se ha pugnado porque los humanos seamos mejores, más preparados y más profesionales, luego entonces, y así a lo inmediato, ¿por qué no podemos tener candidatos que realmente merezcan serlo?, y es que de repente sale el hijo de Chana o Juana, que busca ser regidor, síndico, alcalde, o hasta diputado.
Son varios criterios, uno de ellos podría ser, de cierto, el liderazgo y arrastre, pero el otro, el conocimiento y dominio del tema que busca encabezar, y este último punto nos habla de que el que busque ser candidato, debería ser sometido a un examen para conocer su capacidad, porque en este proceso electoral nos hemos topado con cada ocurrente y con cada Mesías de cartón, que más valdría olvidarlo.
Abanderados que salieron con cada ocurrencia, cada idea maravillosa eructada de sus calenturas mentales. Y hasta hubo uno que dijo que los legisladores no tenían por qué ser inteligentes, pues el trabajo lo hacían los asesores.
Haciéndonos los locos y como que Socorro Sofío Ramírez, que fue el padre de la expresión, borremos que lo dijo, para ayudarnos un poco y creer que nuestros políticos tienen alguna capacidad, en un esfuerzo supremo, también permitámonos pedirnos unos candidatos capaces.
Se vale soñar, claro, si alguien por allí escuchó a candidatos ocurrentes, inventores de los agujeros para las regaderas, y que quieren ser diputados o alcaldes aún y no sepan articular dos frases juntas, que se lean Quo o muy Interesante y se les ilumine la mente al leer que se puede tener energía alternativa, también démosles chance de rectificar.
Escuchamos que se puede lograr fuerza eólica para tener electricidad barata, y hasta las torres inteligentes que nos pueden servir de huertos urbanos, donde logremos agua allí mismo. O ¿qué tal una ciudad robotizada, para no poner en riesgo a la ciudadanía, y que esos aparatos hagan el trabajo rudo?
¿Podría parecer un disparate el hecho de que mediante un dispositivo, logremos capturar la energía de los rayos en una día lluvioso, para tener no sólo energía eléctrica barata, sino gratis?... bueno, pues por ahora eso y más, pudimos escuchar de nuestros candidatos. Nos pintaron un mundo más bonito que el nuestro, como diría José Alfredo Jiménez.
Con cero tolerancia, cero delincuencia, con altos valores, educación y salud de primer mundo, con índices reducidos de desempleo, con seguridad pública real y policías altamente confiables, y desde luego, políticos casi seres divinos, y capaces hasta de multiplicar el pan y el pescado, con milagros desde levantar a Lázaro, hasta exorcizar en nombre del santo cacique.
Por ahora eso fue lo que los candidatos quisieron presentarnos, pero que en realidad vimos abanderados simuladores, ocurrentes, llenos de disparates y sueños guajiros, seres endebles poseedores de la verdad de Pinocho, remedos de Cantinflas y convenencieros, que se dijeron estar en todo pero en realidad estuvieron en ningún lado.
De allí que se pugne porque cuando menos esos que quieran ser candidatos, hagan un examen para saber que no tenemos a un orate o con problemas psicológicos que no son capaces de contar con una familia sólida siquiera, o con problemas neuronales que pudiera ser más un verdadero riesgo que una ayuda a la gente. Que la gente supiera que no tendrá a un títere, o un ser con el complejo de dictador.
Eso hace falta, en verdad, pero bueno, al igual que los candidatos y sus propuestas, parece ser esta elucubración, un sueño guajiro y una entidad de ese mundo maravilloso de la utopía, allí precisamente donde en este proceso electoral, nuestros candidatos nos obligaron a vivir.

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