miércoles, 25 de julio de 2012

COLUMNA

De Frente

Miguel Angel Mata Mata

FERTILIZANTE

Los productores de maíz dieron a conocer la semana pasada que Guerrero es una potencia en la materia. Hubo una sobreproducción de al menos seis mil toneladas.
Pero no saben que harán con el excedente. En Tierra Caliente, Tixtla y Atoyac los campesinos bloquean las carreteras en exigencia de fertilizante que ya pagaron y no les han entregado. Quieren sembrar antes que el tiempo se los impida.

 Los acontecimientos de la coyuntura contrastan con las declaraciones del dirigente de CANACINTRA en Acapulco que exige al gobierno promover al «Triángulo del Sol»para que vengan mas turistas a Guerrero.
También se contraponen al reto acapulqueño en el sentido de remodelar o morir en la zona tradicional, ante la embestida de inversiones del generoso millonario Carlos Slim.
 Son dos visiones de un estado de la República rico en producción agrícola, decadente aunque millonario en materia turística, pero que desdeña la inmensa pobreza en regiones específicas a grado tal que serán abiertas casas del migrante para atender a los paisanos de
La Montaña que viajan cada año a Sonora, Sinaloa o Baja California a alquilarse como jornaleros pues en donde viven no tienen trabajo que les dé para comer.
 O se quedan en Acapulco a nutrir los cinturones de miseria y ser posible carne de cañón del crimen. Menudo reto de un gobierno que ha pasado el examen de la elección con un calificativo aprobatorio.
De aquí en adelante no habrá campañas políticas que impidan la aplicación de políticas públicas para paliar, cuando menos, los grandes problemas de pobreza que afectan lo mismo a quienes no tienen donde vender su sobreproducción, a los empresarios que urgen por promociones turísticas, a quienes pretenden invertir en hoteles quebrados en Acapulco o buscar la manera de que nuestros pobres encuentren una oportunidad de vida dentro de los límites del estado de Guerrero.
 La política electorera ya no será el pretexto, ala menos en los próximos tres años.
En ese marco, sin embargo, llama poderosamente la atención la ausencia de conciencia social de los presidentes municipales de Atoyac, Coyuca de Catalán o Tixtla. Resulta que ellos, y nadie mas, son los responsables de los bloqueos carreteros en Tierra Caliente, Costa Grande y la región centro, protagonizados por campesinos que ya pagaron por el fertilizante al gobierno pero… nomás no se los han entregado.
¿A cuánto asciende el monto no pagado por los presidentes municipales, de un dinero que ya recibieron por los campesinos, y a cuánto asciende el dinero que les transfirió el gobierno estatal para cumplir con tal fin?
Podríamos especular al respecto. Creer, por ejemplo, que el dinero que les entregaron para pagar el fertilizante se lo embolsaron o lo usaron para financiar campañas de sus respectivos partidos políticos.
Pudiéramos pensar, también, que iniciaron negocios propios con dinero ajeno.
Pero es mas que lamentable su ausencia de compromiso ante la realidad de crisis de un pueblo pobre que no podrá avanzar mientras políticos como ellos no entiendan la compleja realidad del estado de Guerrero y que antepongan sus ambiciones personales antes que las de la sociedad.
Ya los quisiéramos ver como los campesinos sin fertilizante, como los productores que no pueden vender su maíz, como los hoteleros que venden o mueren, como los empresarios que urgen promociones o los pobres que alquilan su cuerpo al trabajo parta comer. Pero ellos no lo entienden.
 Ellos son asi, como son. Pequeños ladronzuelos.

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