COLUMNA

Destiempo

Francisco Rangel

—LAS ILEGALIDADES DEL TEE Y EL IEEG

Finalmente se consumó la ilegalidad, la injusticia, el abuso del poder y la obvia resolución amañada y favorecedor del Partido de la revolución Democrática en el poder del gobierno estatal, el congreso local, el Tribunal Superior de Justicia Estatal y todas las instancias electorales, para apropiarse de la mayoría de las alcaldías, las diputaciones locales, las diputaciones federales y las senadurías, para que el gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero pueda mangonear todo a su antojo.

Sí, porque primero el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG) valido un reparto ilegal de cinco diputaciones plurinominales al PRD, cuando desde el momento de tener 20 diputados electos, habíala una sobre representación, que la ley estipula topes para que no haya hegemonía de un partido en un Congreso local que haga que el mayoriteo sea un factor de pasar por encima de los intereses de los ciudadanos por el poder político de los partidos políticos y los gobernantes.

Ahí de entrada, el presidente del IEEG, Cesar Gustavo Ramos Castro y sus consejeros, viendo más sobre su futuro cuando se les acabe el período para el que fueron seleccionados, primero cuatro años, luego otros cuatro años más y finalmente ilegal a todas luces y aprobado por acuerdo parlamentario «amañado» una extensión de un año en sus cargos, para enrocarse y convertirse en magistrados electorales del TEE y a su vez los ahora magistrados del TEE buscan ser los próximos consejeros electorales del IEEG.

En medio de todo este enredijo e el que se demuestra que los que manejan la ley la manejan a su antojo y para su beneficio personal, sin pensar el ciudadano común que queda a merced de sus determinaciones que son antidemocráticas y perjudiciales para la representación del pueblo en las cámaras de diputados.

Porque ¿para qué hacer elecciones si no se respetarán los votos de los ciudadanos, si no los dejan votar con libertad por las trabajas y candados aplicados durante las elecciones?

¿Para que dejar que los órganos electorales como el IFE no permitan que los medios de comunicación manejen libremente las campañas de difusión de los candidatos y solo sean unos cuantos medios escogidos los que puedan participar de las publicidades de los candidatos, de los partidos políticos y los órganos electorales, manipulando en nombre de las libertades, la ilegalidad y la censura dirigida para unos cuantos y no para todos?

Y si después de todos esos candados, pese al número de votos, de manera ilegal se acuse y se ponga en duda el resultado, aplicando «la ley del embudo», es decir lo angosto para allá y lo ancho para acá, porque no se benefició a un candidato que se apego primero a las reglas del juego y ahora acusa el fraude y las trampas porque no ganó, pero deja sin impugnar en sus triunfos en los otros puestos de elección popular. «Es que solo hubo fraude cuando pierdo y no lo hubo cuando gano».

Tan solo por el hecho de que los magistrados y consejeros electorales hayan recibido un año más en sus funciones de manera ilegal, en este estado debieran de haber anulado la elección y la calificación de la misma, máxime cuando se manipulan las leyes para darles un triunfo ilegal a quienes por las formulas no pueden acceder por tener más diputados de los que permite la ley.

Seguramente sus decisiones serán impugnadas en el Tribunal Superior de Justicia Federal Electoral (TSJFE), que si de verdad son justos habrán de echar a tras estas decisiones antidemocráticas e ilegales de los consejeros y magistrados del IEEG y el TEE, respectivamente, que a leguas se ve que fueron corrompidos por el máximo poder político del estado, al más puro estilo priista de antaño.

No hay duda que no puede negar su origen el primer perredista «pirata» del estado.