lunes, 6 de agosto de 2012

COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista


«No hay presupuesto»…

Hubo una época que en las estaciones de radio repetían un éxito musical: «Cuatro Lágrimas», y anunciaban que era de «Los Polifacéticos», un grupo musical de Mazatlán, Guerrero. La canción «pegó» y al grupo le obsequiaron varios discos de oro y de platino por el número de ventas en México y en España.
Comencé preguntando allá y acá quién compuso la canción y me encontré con muchas dificultades para conocer el nombre de su creador. Me platicaban historias, pero nunca nadie, ningún músico me dijo: ¡Yo la compuse! Hubo uno que sí, pero no era cierto.
Al paso de los años me encontré con que esa canción le fue plagiada a un señor que humildemente vendía plásticos en el mercado –eso me dijeron- y que era de la costa (Grande), de Mitla, municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero. Cuando quise localizarlo, José García Murga, que fue su nombre, había fallecido.
Lo que me interesaba saber es cuándo y cómo hizo esa canción, en qué momento y por qué, qué lo inspiró, quién fue la mujer a la que le dice: «Goza tú con mi derrota, yo tu triunfo lloraré, qué te importa dejar rota esta vida que se va…» ¿Por qué «Cuatro Lágrimas»? ¿De dónde tomó el giro poético?
Al Profesor Andrés Juárez Vega, mi vecino, «Los Tecolines» le grabaron «De Ninguna Manera», una canción muy bonita y sucedió lo mismo. Lo entrevisté. Generoso que era, me platicó la historia del noviazgo que tuvo con Flora Salinas, su mujer a quien conoció en Ayotzinapa. Eran alumnos de esa Escuela Normal.
Otra ocasión hablé con don Juan Bello Vargas, también, picado por la curiosidad de conocer cómo, por qué, dónde y para quién hizo su bellísima canción «Idilio Es», que grabaron el «Trío Los Santos». Era grande de edad el señor, pero frente a su esposa –una anciana de ojos verdes bellísimos, como no he visto otros- me platicó la historia.
Los tres temas de reportaje (más otros 27) los abordé en un volumen y de ahí nació el libro «Los Compositores Guerrerense» – que editó don Baltazar Castillo Zapata, de Imprenta «Gutenberg»-.
Viene a cuento este asunto porque con frecuencia algunos amigos me piden libros que he publicado al paso de los años, pero les explico que no hay quien patrocine la re-edición de esas modestísimas obras. Y también les digo por qué:
En Guerrero existe la particularidad de que al gobierno estatal no le importa lo que se produce aquí ni los que le entramos a la chamba duro y sabroso para aportar algo para nuestro estado. Siempre traen gente de otros lados a lugares de privilegio oficial Cuando un guerrerense se presenta al Palacio de Gobierno a exponer la necesidad, como en este caso, de publicar sus obras y solicita apoyo, ni lo reciben los semidioses que «gobiernan» o dicen: «¡No hay presupuesto!».

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