miércoles, 22 de agosto de 2012

OPINIÓN

Reporteros en medio del fuego cruzado

 Tino Gatica

El periodismo escrito, con sus casos excepcionales, mantiene una parcialidad cuando los gobiernos deciden coartar esta garantía elevada a rango constitucional.
El castigo a la falta de publicidad y convenios, es uno de los métodos favoritos de todo gobierno cuando de castigar la libertad se trata.

 Esto por el lado de las instituciones. Sin embargo, estas arbitrariedades cambian de tono e intensifican notablemente cuando se agrede a reporteros.
 Sobre todo causa molestia, coraje y escozor cuando se lesionan los más elementales derechos de estos trabajadores de la información cuando se sabe de quién se trata, como lo es Eric Chavelas Hernández, Ezequiel Flores Contreras, Francisco Méndez Castro, Zacarías Cervantes, así como de quien esto escribe.
Y se mencionan solamente a estos reporteros, porque la lista de agredidos y agredidas es innumerable, tan solamente en el estado de Guerrero, también en diversos episodios del panorama político.
 Además de que estamos al tanto de esas agresiones, pues conocemos a todos y cada uno de ellos, de quienes nos consideramos sus amigos.
De ahí esta irritación. Lo cuestionable es que la agresión más reciente ocurra en la persona de Eric Chavelas Hernández, quien es una persona que solamente vive para registrar con su lente los acontecimientos de quienes están metidos en los espacios públicos, preferentemente.
Y más grave aún es que estas agresiones estén suscitándose en periodo de gobierno eufemísticamente calificado como democrático, según la óptica de quienes están en el poder.
Es decir, el trabajo, calidad y ejercicio de cada reportero define el trato que merecerá de la sociedad.
 No es lo mismo un seudo periodista que se dedica a lucrar con esta profesión, a pasearse en las oficinas de gobierno, cobrando sus dádivas y entregando sus panfletos o cosas parecidas, a quien se dedica permanentemente a informar, sin cortapisas a la ciudadanía.
Lo anterior no significa que se solapen los abusos de poder en contra de seudo periodistas, pues la misma Constitución Política del Estado mexicano permite que toda persona decida ganarse la vida de forma adecuada.
Auspiciar y guiñarle el ojo a toda agresión hasta a seudo periodistas, es permitir el enrraizamiento de estos males, que devienen en censura personales y las que provienen de los dueños de los medios de producción.
En este caso, en especial en donde se manifiesta un abuso de poder en contra de quien solamente se ha dedicado a trabajar para ganarse su salario de forma honesta, así como otros compañeros y compañeras que han recibido agresiones verbales y físicas, queda de manifiesto nuestro repudio total a estas prácticas.
Y en uno de los lemas que las y los periodistas hemos manejado es que «no es agrediendo al mensajero» como se impondrá la censura. Aunque el lema completo se refiere a los asesinatos, tema que se ha abordado en otras colaboraciones.

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