miércoles, 26 de septiembre de 2012

ARTICULO

A dos por uno

Apolinar Castrejón Marino

En México vivimos la feliz situación de que tenemos 2 Presidentes de la República. Los dos se pasean, como si fueran pachás de un país inmensamente rico. Para nuestra fortuna, lo que ambos tienen en común es que son los mejores Presidentes… según sus propias palabras.
Aunque la cuestión de tener dos presidentes no es inédita, no dejan de ser curiosas las confusiones que provocan Felipe y Enrique con sus declaraciones contradictorias, incoherentes y fantasiosas cuando se refieren a los problemas de México, en lo cual también son idénticos.

El cuadro se complementa con los políticos parásitos, corruptos y cínicos que ahora, dicen estar muy interesados por las situaciones que padecen los mexicanos.
¡Cómo están de preocupados Manlio Saurio Beltrones, Ernesto Cordero y Dolores Padierna por la situación de los trabajadores!
Aún en tal desorden podemos darnos cuenta de los trastupijes de Felipe, quien al parecer se afanó varios días en negociar su impunidad cuando deje el cargo, a cambio de «validar» los resultados de la elección presidencial en la cual ganó el «Gel Boy» Enrique Peña, y de ribete, garantizó no tocar a los ex gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se han visto involucrados en escándalos de corrupción, tráfico de influencias y cambalache de favores.
 Los mexicanos de ahora, vimos como volvió a funcionar la «aplanadora priísta», como en los viejos tiempos, gracias a las toneladas de dinero que aportaron los Estados gobernados por el PRI… y con la complacencia de las autoridades federales y de Felipe.
Para adelantarse a probables negativas, les enseñó el camino de como un Presidente en funciones puede «limpiar» de toda culpa a un ex presidente como en el caso de Zedillo. Así las cosa ¿quién se hará responsable de los 15 millones de pobres más que surgieron durante este sexenio? ¿Cómo se controlarán las manifestaciones de descontento de los jóvenes?
No es un sector menor y su injerencia en la vida colectiva es significativa. Grandes contingentes de perredistas se han adherido a la causa de Peña y del PRI y ya dan como bueno poder del priismo, pero ¿Serán dignos de confianza?
 El PRD se está fragmentado a raíz de la salida del Peje, entonces ¿Dónde queda el enemigo?
 El movimiento #YoSoy132 es la cabeza visible del descontento de los jóvenes, del mismo modo que el Peje encabezaba a los opositores al régimen. Pero lo más patético son las «recomendaciones» y exigencias que pronuncia Felipe, en español y en pésimo inglés para que enrique continúe el combate a la delincuencia.
Olvida el señor Calderón que el poder en México se mide de 6 en 6 años. Habla como si no hubiera tenido en sus manos el poder para cambiar el estado de cosas… y no hizo nada, porque no quiso, o porque no pudo.

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