miércoles, 10 de octubre de 2012

COLUMNA


La Jaula 

Jesús Pintor Alegre

 Luego de engullirnos la historia que pinta bohemia de la muerte del jefe de los zetas, Heriberto Lazcano alias «El Lazca», y que nos narran los medios de comunicación como un logro del gobierno federal, aunque del cadáver nadie sepa pues parece que se les escapó, también acalambran con que se espera una escalada de violencia peor de la que se ha vivido.

Bonito consuelo de este gobierno que hace guerras con soldaditos de plomo, su toy history personal, y su país de las maravillas, pero aparte de todo ese cuadro de barbarie, hay un combate más, como es el de la pobreza, que se ha tratado de emprender con el llamado programa de desarrollo Humano Oportunidades, que coordina a nivel nacional, Daniel Hernández Franco.
Sin embargo, desde 2009 se ha manejado como un programa con grandes problemas de sustentabilidad, de acuerdo a analistas económicos y de finanzas públicas, pues se ha visto obligado a pedir préstamos al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco Mundial, con lo que se ha visto endeudado de manera importante, y entonces, el concepto «combate a la pobreza», pierde su esencia, pues quien se llena de apuros es el mismo programa. 
El coordinador nacional de este programa, Daniel Hernández que se da su vuelta por Tierra Caliente en estos días a partir de este miércoles, proveniente de Toluca, y que habrá de visitar San Miguel Totolapan, Coyuca de Catalán, y Ciudad Altamirano, vendrá a entregar apoyos, habrá de dejar en el aire que es un programa, que como muchos otros, no han logrado su cometido.
Ya lo expuso de manera certera el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Felipe Hevia de la Jara, que México ha aumentado la pobreza de la misma manera que en Honduras, durante este sexenio, con lo que se demuestra que el programa Oportunidades no ha servido para disminuir la pobreza, que es su eje principal.
El financiamiento al programa parece ser uno de sus problemas principales de estructura, pero la visión se distorsiona en el impacto social, pues muchas personas, en vez de considerar esta ayuda como un reforzamiento a la economía familiar, termina siendo como el único ingreso familiar, un acto que ha desmoralizado en el caso de Guerrero, a la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Beatriz Mojica Morga.
Es común ver a la gente pedir prestado dinero o alimentos, bajo la promesa de que cuando reciban «Oportunidades», les habrán de saldar la deuda, un acto que desalienta, pues en vez de inhibir la pobreza, la aumenta. El libro «Poder y ciudadanía: en el combate de la pobreza. El caso de Progresa/Oportunidades de México» de Hevia de la Jara, lo explica de una forma cruda.
Allí el autor explica que los impactos en términos de ciudadanización y relaciones sociedad-Estado, es que el programa Oportunidades a nivel local, en vez de disminuir la brecha del poder que hay entre los pobres y las autoridades, tiende a aumentarlo. Con lo que de facto, no se puede de logros bajo ninguna circunstancia.
Un fenómeno aparte que se maneja en la tesis del escrito, es que con este programa federal, en el tema de sus enlaces municipales, se nota claramente un aumento de poder, porque conocen más gente. Pero el autor hace una crítica sobre una visión simplista del empoderamiento de las mujeres, porque lo que fortalecen estos programas es la función de madre, más que la función de mujer.
Un asunto más, y que golpea de manera severa la intención que pudiera considerarse «noble», en una de sus pocas aristas bondadosas, es el hecho de que este programa ha visto su incremento en épocas electorales, por lo que puede utilizarse para clientelismo político, con lo que se condiciona a las mujeres para recibir el beneficio, en ese acto que flota como fantasma del «votar o no votar», como dilema.
Aquí se llama Oportunidades; en Brasil, Bolsa Familiar, que en estos momentos es un programa de cierto, ambiguo, pues se confunde en su intención, y se llena de atavismos añejos. El combate a la pobreza no es tan simple, de cierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.