jueves, 18 de octubre de 2012

COLUMNA

El Grillito Sin Censura 

Alfonso Cerdenares Domínguez

 —El próximo domingo regresamos a nuestro horario normal.-El Horario de Verano incrementa la fatiga y baja el rendimiento, lo que se refleja en una menor productividad. 

 EL PRÓXIMO DOMINGO REGRESAMOS A NUESTRO HORARIO NORMAL, al habitual, al que nunca debemos de dejar; el gobierno federal ha comenzado a cacaraquear un supuesto ahorro de energía que se compara a dos meses de la gastada por varios estados, algo por demás ruin, risorio, porque ¿en dónde veremos reflejado ese supuesto ahorro de electricidad?, ¿en los recibos de la luz?,
¿en los gasolinazos?, ¿tendremos incremento salarial todos los trabajadores?, ¿habrá luz eléctrica en las comunidades –que las hay –donde aún no se tiene ese servicio?, ¿ya no se hará La Parota, pues con lo «ahorrado», ya no es necesario?; definitivamente, eso del Horario de Verano es pura faramalla, un ardid del gobierno para tomarnos el pelo a todos los mexicanos, a fin de favorecer a los grandes empresarios, a los monopolios televisivos; si yo fuera presidente –aunque me espere 40 años para lograrlo, como lo hizo cierto «chilpanchingón» –me pronunciaría contra el mentado Horario de Verano porque en realidad, el pueblo, la gente común y corriente, no tiene ningún beneficio, sino por el contrario: se altera su horario biológico, nos levantamos más temprano que de costumbre, mantenemos encendida más tiempo que de costumbre, sufrimos mayor estrés y andamos como caballos lecheros casi todos los días; a decir de especialistas, cambiar el horario de nuestro organismo de golpe y porrazo, tiene como consecuencias: En el sistema nervioso central: somnolencia, irritabilidad, dificultades en la atención, la concentración, la memoria; representan mayor riesgo en individuos que requieren de esas funciones al iniciar el día como pilotos, escolares, maestros, empleados y trabajadores; además, SE INCREMENTA LA FATIGA Y BAJA EL RENDIMIENTO, LO QUE SE REFLEJA EN UNA MENOR PRODUCTIVIDAD; consecuentemente, hay malestar general; a esto hay que agregarle los cambios en el estado de ánimo, depresión; los trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito e incremento en las molestias psicosomáticas; lo peor de todo es que el mentado Horario de Verano provoca que, en las familias de escasos recursos económicos, los niños, que habitualmente no desayunan, menos lo hacen cuando se implanta el cambio de horario; eso ocasiona hipoglicemia, cefaleas, náuseas y mareos; la falta de sueño, aunado a la falta de desayuno adecuado, genera problemas de atención, somnolencia, cansancio y desánimo, entre otras alteraciones; en fin, nos congratulamos porque a partir del domingo mandaremos al Diablo al Horario de Verano y regresaremos a nuestro horario habitual; aunque no creemos que el muñeco de plástico, el ignorante agachón, se pronuncie o promueva la no implantación de esta medida que nos afecta a todos, biológicamente hablando, pero bien que beneficia a los poderosos de forma económica, porque ellos sí ahorran energía eléctrica, pues hacen que el trabajador entre a laborar más temprano que antes y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

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