lunes, 8 de octubre de 2012

COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista


Clara Elisa es una excelente amiga colombiana con quien hace muchos años nos conocimos en internet. Dejamos de comunicarnos por años y después regresamos a la charla.
Es una mujer muy humana, con muy alto y plausible sentido de responsabilidad y quien ha dedicado los mejores años de su vida a atender a los ancianos en aquel país.
Llegó a tanto su entusiasta trabajo a favor de ellos que dedicó lo mejor de su tiempo a estudiar, a prepararse para atenderlos de manera profesional y el tiempo la compensó.
Es, desde hace tiempo, administradora de un muy reconocido centro Geriátrico y sus conocimientos han sido requeridos en diversos países, por lo que continuamente viaja.
Ya ofreció que próximamente estará en México, y será recibida como se merece. Es una personalidad que dedica lo mejor de sí para atender a los ancianos, a los «adultos mayores».
Y naturalmente que lo que se necesita en estos tiempos son especialistas y si es posible que tengan experiencia mucho mejor, así que hay que esperar su arribo a México.
Hace unas horas nos llegó un envío de parte de ella, es un obsequio muy interesante y es menester compartirlo con nuestros lectores, sean de edad avanzada o no.
Antes que nada, gracias a la excelente amiga Clara Elisa por envío tan valioso y con mucho gusto compartimos un tema que esperemos resulte interesante para nuestros lectores:
El Mayor y El Viejo
«Mayor es quien tiene mucha edad. Viejo es quien perdió la jovialidad.
La edad causa la degeneración de las células. La vejez padece el deterioro del espíritu.
Eres mayor cuando te preguntas: ¿Vale la pena? Eres viejo cuando sin pensar respondes que no.
Eres mayor cuando sueñas. Eres viejo cuando apenas consigues dormir.
Eres mayor cuando todavía aprendes. Eres viejo cuando ya no enseñas.
Eres mayor cuando consigues hacer ejercicio. Eres viejo cuando pasas la mayor parte del tiempo sentado o acostado.
Eres mayor cuando el día de hoy es el primero del resto de tu vida. Eres viejo cuando todos los días parecer ser el último de tu larga vida.
Eres mayor cuando tu agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana o pasado o la semana que viene. Eres viejo cuando tu agenda está en blanco y sólo vives pensando en el ayer.
El mayor lleva una vida activa, llena de proyectos y plena de esperanzas. Para él, el tiempo pasa más rápido y la vejez nunca llega. Para el viejo sus horas se arrastran, destruidas de todo sentido.
Las arrugas del mayor son más bonitas porque fueron marcadas por la sonrisa. Las arrugas del viejo son feas, porque fueron marcadas por la amargura.
El mayor trata de renovarse cada día que comienza. El viejo se detiene a pensar que ese puede ser el último de sus días y se deprime, porque mientras el mayor pone la vista en el horizonte, donde sale el sol e ilumina sus esperanzas, el viejo siente que tiene cataratas y miran las sombras del ayer.
El mayor lucha por lo que le resta de vida. El viejo sufre lo que le falta, hasta la muerte.
El mayor tiene planes. El viejo tiene nostalgias.
En definitiva, el mayor y el viejo pueden tener la misma edad en el calendario, pero edades diferentes en el corazón.
¡Vive una larga vida como mayor pero nunca te pongas viejo!
Que todos vivan una larga vida y nunca lleguen a ser viejos… y el que está viejo que aprenda a disfrutar como mayor cada minuto de su día».
Hasta ahí el amable envío de Clara Elisa, excelente amiga colombiana.
Y ya que andamos por aquellos rumbos, rubriquemos nuestra colaboración de hoy con el tema de Simón Díaz: «Caballo Viejo».
«Cuando el amor llega así, de esta manera,
uno no se da ni cuenta.
El Carutal reverdece y Guamachito florece
y la siga se revienta.
Caballo le dan Sabana porque está viejo y cansao,
pero no se dan de cuenta que un corazón amarrao
cuando le sueltan la rienda es caballo desbocao.
Y su una Potra alazana caballo viejo se encuentra,
el pecho se le desgrana y no le hace caso a faceta
y no lo detiene el freno ni lo paran falsas riendas.
Cuando el amor llega así, de esta manera,
uno no tiene la culpa.
Quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario
Cuando las ganas se juntan
Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao
y sale por la mañana con su pasito apurao
a verse con su potranca que lo tiene embarbascao.
El potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad.
Caballo viejo no puede perder la flor que le dan,
porque después de esta vida no hay otra oportunidad».
Gracias, Clara Elisa, por tu muy valioso envío.

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