lunes, 8 de octubre de 2012

COLUMNNA

Resquicio

Hipólito Marbán

 CASO MOREIRA, UN MEXICANO DE PRIMERA La muerte violenta que sufriera José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del exgobernador de Coahuila y expresidente del PRI Nacional Humberto Moreira Valdez, se suma a los miles de asesinatos de gente inocente que sigue en el viacrucis, de que se le administre justicia. Humberto Moreira, férreo crítico del gobierno calderonista en su estrategia por erradicar y combatir la delincuencia, como gobernador de Coahuila,
fueron vanas las reuniones con el gabinete de seguridad federal, José Eduardo Moreira hijo, es parte ya, de la temida y creciente estadística de las vidas que cobra el crimen organizado, llamado comúnmente, daño colateral, sumada a la deficiente capacidad de investigación del Ministerio Público, la corrupción en la que se encuentran sumidas las policías de ese Estado, Humberto Moreira, es acusado por sus detractores, de dejar a un Estado endeudado millonariamente con documentos oficiales falsos, razón que lo obligó a dejar el PRI nacional, y no hacerle sombra al actual presidente electo Enrique Peña Nieto, mismo que sus mismos compañeros de la alta clase política, tuvieron que dejarlo solo, para no ser coparticipes «colaterales» de Humberto Moreira, «amigos» que hicieron caso al adagio, «dime con quien andas, te diré quien eres, es por ello, que ni su Hermano Rubén Moreira actual gobernador de Coahuila ni Peña Nieto, hicieron acto de presencia en ese doloroso acto fúnebre, para no dar hincapié a mas especulaciones que las que todo mundo sabia y especulaba. Lo relevante de esta muerte violenta, se da porque se vuelca todo el aparato federal de seguridad, estatal y municipal, inmediatamente en la búsqueda de los presuntos culpables de tan malogrado hecho criminal, que arranco declaraciones de importantes personajes de «moda» del mundo parlamentario, ante tan aberrante crimen perpetrado en la humanidad del joven José Eduardo Moreira, y todo por ser hijo de un prominente político en declive de la clase gobernante, un crimen del fuero común, fue atraído sin tanto tramite legal y constitucional, al orden federal, disfrazado de que la Procuraduría General de la República, se convierte en coadyuvante de la procuraduría local, la maquinaria de la procuración en la búsqueda de la administración de justicia, en este caso exclusivo, se hizo pronto y expedito, la muerte del joven José Eduardo Moreira sin ser legislador, federal y/o local, solamente un funcionario de tercer nivel de la administración estatal de Coahuila, para el caso de Guerrero, esta mucho muy arriba y mas importante que las muertes violentas de los exlegisladores como Armando Chavarría Barrera y de Moisés Villanueva de la Luz, uno legislador local y otro federal del estado de Guerrero, solo ocuparon unos escasos minutos de la prensa nacional, crímenes que siguen en la larga pista del olvido del tiempo, por lo que, en el caso del joven Moreira, la rapidez y prontitud que actuaron las fuerzas federales en retenes del estado de Coahuila, que por cierto, sin resultados aun, no es mas que un insultó, a las familias que han perdido a sus seres queridos en esta llamada guerra de Estado, mismos que han encontrado a un ministerio público, lento, ignorante, atrasado y corrupto, otros inocentes más viven el arraigo permanente de las policías preventivas del orden federal, que abuzan de esta figura, ante la incapacidad visionaria de tener datos de prueba contundentes, en contra de los presuntos imputados, derecho legal que le otorga al ministerio público la propia constitución, ser un agraviado y mexicano de segunda es un viacrucis para el pedimento tanto de la procuración y administración de justicia, ser hijo y/o familiar de primer y segundo grado de prominente político existe sin duda ni atraso de tiempo, trato preferencial de la justicia pronta y expedita, así como el respaldo solidario de toda la clase de moda política gobernante, mientras para los demás mexicanos, tienen que mendigar, limosnear a una procuración de justicia, sorda y sumida en la corrupción, es por ello, que ante esta desgracia que a nadie se le desea, queda de manifiesto que en México, existen dos tipos de mexicanos los de primera y los de segunda. Es por ello que Coahuila aun con su nuevo sistema procesal penal oral, esta en pañales con tumbos de gente inocente, es necesario discutir en serio, el proyecto de reforma penal, en nuestro estado suriano.

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