jueves, 29 de noviembre de 2012

COLUMNA


Destiempo

 —Televisión para pobres y para ricos
Dentro de las muchas desigualdades que sufre el pueblo de Guerrero está la que tiene con la televisión pública, la que supuestamente no cuesta, pero que al final se la cobra con los muchos anuncios que realiza en cada corte comercial par vender productos de dudosa calidad y efectividad y que recomiendan para volver al espectador televisivo en un consumista irredento.

Por si fuera poco, los programas que pasan en esos canales abiertos de televisión, de las dos cadenas monopólicas Televisa y TV Azteca pasan programas insulsos, sin calidad en su producción y que solo sirven para llenar el tiempo con programas repetidos con modos de vida muy diferentes a los que pueden tener nuestro jóvenes o niños y que muestran una vida tan diferente como es la «american way off life» o mejor dicho «la manera de vida americana».
Y es que la vida de los pobres es conformarse con ese tipo de programaciones que lo entretengan del amargo sobrevivir, eso en el caso que tengan una modesta televisión y energía eléctrica, porque no hay para pagar el Cablemás, Cablevisión o Sky, que significan de menos un gasto cercano a los 500 pesos mensuales.
Y si con ello se obtuviera el beneficio de no tener comerciales, pero ahora hasta en esos canales donde uno paga le pasan a uno comerciales y más comerciales de productos que uno ni necesita, ni mucho menos quiere comprar. ¿Y esa es la televisión para los ricos y pudientes?
De los programas solo hay que decir que son repeticiones, copias de concursos, realitys y documentales pseudo científicos o hasta catastrofistas, los cuales repiten a lo largo de las noches y los días. Y supuestamente esa televisión de paga es mejor que la otra.
Pero lo peor de todo lo sufren los pobres, los que no tienen par pagar cable y se tienen que chutar los insulsos programas  de la tarde, de la noche, las luchas libres, los partidos de futbol, las funciones de box o los concursos de hacer el ridículo, los noticieros, los quesque programas de opinión y el repetir las jugadas del día de las barras de deportes, para terminar oyendo concursos interminables con sirenas que no dejan ni dormir y conductores silenciosos frustrados porque supuestamente nadie les llama, pero que en realidad es una estrategia para ganar carretadas de dinero con 30 pesos en promedio por cada llamada que no pasan al aire.
A eso hay que sumar la repetición de los noticieros de otra cadena latina de los Estados Unidos de Norteamérica, que tienen meses de retraso y pasan noticias que ya de plano son historia vieja, es que ni siquiera tenemos derecho a que nos pasen programas actuales ¿o es que esos repetidos muchas veces apenas les salen rentables a los magnates millonarios en dólares que son sus dueños?
¿Qué no hay autoridades federales o estatales que regulen eso?
¿No creen lo espectadores de la televisión abierta que ya es tiempo de exigir calidad y buenos programas en los canales a los que se tiene acceso y que se pagan con la comercialización de sus anuncios?
Y los que pagan por cable ¿no creen que sea tiempo de que exijan que lo les pasen anuncios puesto que pagan por un servicio que no tiene por qué pagar doble?
Aunque haya diferencias entre los que pueden pagar por una mejor televisión y los que no tienen y se tienen que conformar con lo que les dan en la programación, ya es tiempo de que se presione a los dueños de las televisoras porque haya calidad en sus programas que ofrecen y que sean de actualidad y no solo de películas viejas o de plano versiones piratas que consiguen de seguro en Tepito para no gastar.
Y es tiempo que las autoridades les den acceso a los que menos oportunidades de esparcirse y divertirse tienen, porque esto puede ser la causa que por comprarse una mejor tele y pagar cable haya delincuentes organizados que se cobran su frustración por no tener televisión con programas que les entretengan y no solo les enseñen a obtener todo con la fuerza de las armas.
Y es que a todos se les olvidó que desde que llegó la televisión la tasa de natalidad bajó, gracias a las telenovelas y los partidos de fútbol.
Esos son beneficios reales de la televisión para pobres y la  televisión para ricos, pero jala y que todos viéramos la misma televisión sin distinciones. ¿No cree?... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.