viernes, 7 de diciembre de 2012

COLUMNA


Entre la verdad y la ficción

Jorge Luis Falcón Arévalo

 LA TRAICIÓN Y LOS CONSPIRADORES.
 Que algunos acontecimientos históricos se repiten a lo largo de los tiempos es un hecho conocido. Y dentro de la historia mexicana, desde la llegada de los españoles, se degeneró la raza auténtica y surgió el miasma, el hedor, de tergiversar las conductas morales y éticas de nuestros modos de ser y coexistir.
La verborrea típica, Igual de patética, es como el comportamiento de los hombres y mujeres en la praxis política, ha marcado hito en el desenvolvimiento del ser humano.

«Es una herramienta aplicada para conseguir una pasión personal de poder, económica, amorosa», explicó el escritor Pedro Pablo G. May, autor de «Las traiciones que hicieron historia», en el que hace un minucioso repaso por los grandes traidores -sin contar con la religión ni la mitología- a lo largo de la historia. Uno de los casos más curiosos en la historia de la traición es la del griego Eróstrato, que quemó el templo de Afrodita sólo para que su nombre fuera reconocido y pasara a la posteridad.
Cada época de la historia es rica en traidores, pero es difícil juzgar las traiciones de poder, ya que casi todos los que han ocupado el poder en algún momento, han traicionado a alguien para obtenerlo. Es el caso de Julio César, considerado víctima de una de las traiciones más populares de la historia, con frase incluida: «¡Bruto, tú también, hijo mío!». Si bien es cierta su muerte a traición, también es verdad que en su ascenso al poder había traicionado a otros. Las revoluciones latinoamericanas estuvieron cuajadas de traiciones, como la que acabó con la vida del líder de la revolución mexicana Emiliano Zapata, arrinconado en la hacienda de un general que le hizo creer que su guardia iba a rendirle armas cuando realmente se convirtió en su pelotón de ejecución.
No vivimos en una sociedad individualista y por tanto un solo individuo no tiene capacidad de traicionar a toda una comunidad; por eso debe aliarse con otros para hacerlo, y ahí es donde nace la conspiración.
LOS RENEGADOS DEL GRUPO JAGUAR
Los que integran el llamado «Grupo Político Guerrerense Jaguar», son personajeros migrantes que deambulan de entre organismos políticos a otros. Y no, porque haya o exista una identificación en la praxis filosófica de sus deberes y derechos en sus postulados de Ley o Reglamento; más bien es por su condición frágil e inhumana de insidioso y renegado. Más por una ambición económica política, que una política-social. De entre esa especie destacan enormemente: Armando Ríos Piter, mintió a los atoyaquenses que le brindaron su voto, su respaldo y apoyo. Hoy regresa o pretende a la comarca cafetalera encubierto con otros personajes iletrados, pero si mansamente al servicio de la perjurio y desconfianza;  Javier Galeana Cadena, de antecedentes oscuros en perfidias e infidelidades políticas y amorosas en el padroteo de comadres y el pernicioso juego de abandonar a sus huestes, usurpando para ello planes y programas. Para ello, se prepara para una diputación local y a un cuñado de indefinido comportamiento encamina a una regiduría, por el Partido de Luis Walton. Elfego Martínez, divide al PRD en Tecpan y se escabulle buscando respaldo para ello revienta grupos y enfrenta organismos políticos. Acasio Castro Serrano, en su estrategia perniciosa abandona un PRI, para cobijarse donde se encuentra de manera febril y emotiva. Elizabeth Maya Paco, alcaldesa de descarnados recuerdos, donde despojó a muchos beneficiados de planes y programas  a su beneficio -el último entregar recursos de campo a un familiar que la única tierra que posee es en las uñas-; además por su desfasado comportamiento de baja estima, y perturbación psicológica, logra dividir grupos y causas. Huye de un partido para encaramarse a otro donde buscará la alcaldía de Atoyac. Heriberto Noriega Cantú, que de izquierda solo tiene una mano y con la derecha siempre ha cobrado grandes sumas de dinero. Hoy hace fila en el partido del panista Manuel de Jesús Espino Barrientos, para lucrar con Ramón Sosamonte, el precio de su conspiración. Es decir ya están listos para servir de ariete. Al tiempo. Merced Baldovinos Diego, amo y señor de las deslealtades, ha quedad fuera del equipo del gobierno estatal en turno, precisamente por esa grotesta forma de hacer grilla  polaca rústica; y Fredy Barrera Méndez, que ha saltado más que un atleta olímpico de organismo político a otro entre otros felonías. «La traición supone una cobardía y una depravación detestable», señaló en su momento el Barón de Holbach.
ACERCA DE LA TRAICIÓN. El escritor español Vicente Espinel, dijo «la traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura» Del diccionario wikipedia: «Técnicamente, es traición renegar con dichos o acciones (sean éstas voluntarias o involuntarias), un compromiso de lealtad hacia una idea, asociación, o grupo de pertenencia»
Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo étnico, religión, u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo lo contrario a los que los otros esperan. A menudo, cuando se acusa de traidor, tales acusaciones son controvertidas y disputadas, cuando la persona no puede identificarse con el grupo del cual es miembro, o de lo contrario está en desacuerdo con los líderes del grupo que hacen el cargo. Véase en el PRD, tribus, clanes, corrientes y demás organizaciones, solo destacan lo que es, la traición con ambición.
Antes  había una moral natural respetada históricamente por las civilizaciones, pero hoy vivimos bajo el lema de que todo se puede justificar y los conceptos de lealtad y fidelidad no se usan, porque se ha creado una sociedad cínica. Si has visto a un ladrón llevarse salarios y aguinaldos. Espera ver que habrá de suceder con tus hijos, con esta casta.*sin.marca@gmail.com, www.guerrerogradocero.blogspot.com

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