martes, 15 de enero de 2013

COLUMNA


Cosmos

Héctor Contreras Organista

 Leyendo ayer tarde la columna Policrónica que se publica en este diario nos enteramos de cómo se encuentra operando el sistema de Radio y Televisión de Guerrero que en 1983 fue fundado por don Alejandro Cervantes Delgado, cuando fue gobernador de Guerrero, de 1981 a 1987.
En el apócope se le llamó «RTG», de Guerrero. Es decir: Radio y Televisión de Guerrero, así como en la actualidad a la ciudad de Chilpancingo se le dice estúpida y wevonamente «chilpo», la hermosa Mochitlán es hoy «mochi», la histórica ciudad amurallada de Quechultenango es «quechu» y la tierra de los alacranes es «colo», ya no se le nombra Colotlipa. Ignoramos de dónde salga tanta estupidez.

Pero, bueno, recordemos un poco de los primeros días de «Radio Guerrero». Decíamos –escribiendo- en comentario anterior que don Alejandro Cervantes Delgado durante su campaña política acudió a una conferencia de prensa que organizamos los locutores en la estación de radio XELI. Una hora más o menos estuvo dando respuestas a las preguntas del público que llamaron por teléfono y a los integrante de la estación de radio que lo entrevistamos.
Al finalizar el programa nos invitó que le acompañáramos a visitar a los amigos deportistas del rastro, es decir, del deportivo de la colonia Los Ángeles donde me parece que los excelentes amigos Nikita, David Cortés «La Chiva» y me parece que «Chucho el Birrias» lidereaban las actividades de ese deportivo. Antes de abordar el vehículo don Alejandro nos dijo, palabras más, palabras menos: «Esta transmisión es como si hubiéramos hecho unos diez mítines».
Hizo otros comentarios sobre la importancia y el poder de comunicación de una estación de radio. Al paso del tiempo, cuando Sergio Partearroyo Baranda invitó a Sergio Álvarez Calleja y a este servidor de ustedes a formar parte del cuerpo de locutores de la nueva estación oficial de radio «Radio Guerrero», en 1983, acudimos porque otra vez los tres locutores habríamos de ser nuevamente locutores pioneros de una estación de radio. Ya lo había sido en 1961 de la XELI.
Observamos que habían engañado a don Alejandro vendiéndole a precio de oro un equipo de transmisión destartalado por lo que el técnico Carlos Álvarez Calleja hizo el coraje de su vida. Tenemos que entrevistarlo al respecto para que confirme lo dicho aquí. 
Ese que había sido transmisor lo trajeron de un basurero de Mazatlán, Sinaloa. El director de la estación de radio desconocía totalmente cómo hacer funcionar una estación radiofónica. Otro ladrón al que le reclamé airadamente fue el que le vendió también a precio de oro la programación a Cervantes Delgado, una «barra programática» que 50 años antes tuvo la XEW y se lo eché en cara, y se fue cargado de dinero y en un carro último modelo de Chilpancingo.
Muy poco tiempo estuvimos en Radio Guerrero que en realidad fue «Radio Ruidero» debido al transmisor que jamás ningún técnico lo pudo colocar en la frecuencia que le correspondía en el cuadrante y en tanto todo aquél que quiso sacaba dinero, y dinero y dinero de las arcas del gobierno para «mantener al aire» un bote viejo que trataba de ser una estación de radio que Cervantes Delgado instaló en la azotea del viejo edificio del Palacio de Gobierno, ese que es el «Palacio de la Cultura» y que está a punto –después de invertirle unos 700 millones de pesos o más para su remodelación- en «Palacio Municipal». Extraña paradoja. En un pueblo donde se carece de todo lo que abundan son los «palacios».
Nunca, jamás, never esa radiodifusora oficial sirvió más que de pretexto para que algunos de sus exprimidores de erarios salieran de jodidos con las alforjas derramando billetes. Nunca sirvió para lo que sirve una estación de radio, y en el caso específico de una estación de radio de gobierno para difundir ni sus propias actividades. Todo, en todo y por todo don Alejandro Cervantes Delgado fue engañado por una pandilla de carajos que todavía algunos andan por aquí medrando en lo que se puede, y hubo casos de algunos cínicos que hasta le decían «tío». «Mi tío Alejo».
Años antes, otro gran hombre, también de apellidos Cervantes Delgado, pero de nombre Arturo, hermano de don Alejandro, fue un gran emprendedor. A él y a don Elías Naime Némer quien en nuestra modestísima opinión ha sido el mejor presidente municipal que ha tenido Chilpancingo, se debe que la capital de Guerrero haya tenido su primer canal de televisión y que don Rubén Figueroa Figueroa haya contribuido para que se comprara el equipo necesario para ello.
El valioso y muy estimado profesor Arturo Cervantes Delgado fue un hombre sorprendente por su gran capacidad para tratar de darle lo mejor de sí al estado de Guerrero. El, con un grupo de personas emprendedoras como él y sobre todo de jóvenes y con sus hijos comenzaron a intentar sacar al aire la señal de una que llamaron «Televisión Educativa de Guerrero». Prácticamente, por lo que nos platicó, de un teatro Guiñol hicieron un canal de televisión.
No como lo pudiéramos imaginar, no. Tenían que subir a la torre, al cerro como podían para desde allá transmitir un programa de media hora, una hora tal vez. Había que darle, sostenido de su base, vueltas y vueltas a un muñequito para que se moviera y saliera en la pantalla casera como un logotipo de Televisión Educativa de Guerrero. Pero el tema ya lo ampliaremos en un trabajo que tenemos ya listo y por separado y allí hablamos –escribiendo- de cómo comenzó esta historia.
Y todo ese esfuerzo, toda esa titánica tarea que hicieron por un lado el profe Arturito y por el otro el gobierno de Figueroa, cuando llegó como titular del gobierno de Guerrero José Francisco Ruiz Massiéu, olímpicamente y sin pedir permiso a nadie se llevó el canal de televisión para Acapulco y allá está, ¿al servicio de quién? ¿Para beneficiar a quién o a quiénes?
No era el león como lo pintaban. Hubo un ex locutor de la XELI, que después fue redactor de El Universal/El Gran Diario de México, Leopoldo Ayala Guevara (su hermano Gustavo radica en EEUU) que puso a Ruiz Msssieu en sus columnas de El Universal, como Dios puso al perico. 
¿Y qué pasó? Ruiz Massieu no pudo con Leopoldo y «si no puedes con tu enemigo: ¡Únete!», y se lo trajo a Acapulco de director d RTG de Guerrero. Ahí se acabaron los bien documentados artículos periodísticos en contra de Ruiz Massieu. Lamentablemente años después Polo Ayala, hijo de ese gran batallador de la izquierda que fue don Pedro Ayala Fajardo, murió.
Hay todavía mucho, pero mucho que platicar de Radio y Televisión de Guerrero y sus ladrones.

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