miércoles, 20 de marzo de 2013

COLUMNA


De nuevo a clases 

 Apolinar Castrejón Marino


Pues ya están de regreso a clases los 35 millones de estudiantes en nuestro país, los estudiantes que si quieren estudiar y prepararse, de los maestros no podemos decir tal cosa porque ni sabemos cuántos son y cuáles son sus expectativas.
La mayoría piensa que haber estudiado en alguna escuela normal formadora de maestros, ha cumplido a cabalidad su preparación. Otros creen que con asistir a la escuela y pararse frente a un grupo de niños para decir cualquier cosa, ya están trabajando.

Ejemplo de esto es la misma lideresa Elba Esther, quien decía tonterías como esta: «Yo no estoy de acuerdo con los exámenes. A los niños les daña mucho reprobar, ¿Por qué tienen que reprobar? Lo que tenemos que buscar es un mecanismo no negativo, positivo». 
Una gran cantidad de maestros no está de acuerdo con lo que ganan, pues consideran que deberían ganar más, como consecuencia, trabajan con desgano, no le ponen la debida importancia a lo que hacen, y se dedican a actividades que le reditúen algunas ganancias.
Todos sabemos que los maestros y maestras venden ropa, perfumes y derivados de la leche… y algunas maestras venden sus «joyas». Otros dedican su tiempo a la actividad más productiva en dinero, poder y sexo: la grilla.
Los maestros grillos son lo peor en la sociedad, pues se manejan impunemente y asumen un papel asquerosamente protagónico en la vida democrática del país. Otra perla de cinismo aportada por la depuesta lideresa sentista es la que sigue: «Yo fui electa por voto secreto directo, si en el próximo Congreso la gente vota porque me vaya, me voy. Y a lo mejor yo también quisiera irme. A mí me interesa lo que digan los maestros, me voy cuando los maestros quieran».
 Pero «la maestra» se colgó tanto del mecate, que lo rompió y fue a dar con sus huesos a la cárcel. «Nunca más el SNTE subordinado a ningún partido ni de rodillas ante ningún Presidente». Se le hizo fácil adoptar el papel de mártir, dijo que quería tener un epitafio que dijera «Aquí yace una guerrera. Como guerrera murió», y que le agarran la palabra. 
Según cuentas alegres de los mismos maestros, empezaron el año lectivo 2013-2014 el 21 de agosto, y a la fecha llevan 120 días laborados. Pero todos sabemos que solo se presentaban algunos a inscribir a sus alumnos en los grupos, y que en realidad las clases se regularizaron hasta después del desfile conmemorativo del 16 de septiembre. 
Además lo hicieron por el «incentivo» de que el gobierno les da un «bono» de inicio de clases. Luego hicieron «puentes» por el Día de la Raza, el «Día de Muertos» y la revolución mexicana, para rematar con el adelanto de sus vacaciones de fin de año y las celebraciones guadalupanas, lo cual da un total de 54 días de trabajo real ¿Qué aprenderán los niño en esos pocos días de clases? 
 Están por venir las vacaciones de Semana Santa, y el mes de más celebraciones: Día del Trabajo, Batalla de Puebla, Día de la Madre, Día del Maestro y Día del Estudiante, estas últimas que no solo se llevan un día, sino hasta una semana. Las mismas «autoridades» se esmeran por quitarles el tiempo con las inútiles Prueba Enlace y la Evaluación Universal de Conocimientos a los maestros en servicio.
 Solo nos queda felicitar a los verdaderos maestros, que se remontan a las más alejadas comunidades, y que ocasionalmente se quedan en ellas durante una semana o varias, conviviendo con los habitantes y compartiendo sus conocimientos dentro y fuera del aula.
 Felicitamos a los muchos maestros que con enorme esfuerzo han cursado alguna especialidad y hasta algún posgrado, aunque las autoridades no les reconozcan su preparación para algún puesto o cargo. Gracias a todos ellos que contribuyen a la salvación de nuestros hijos, y hermanos. 

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