jueves, 11 de abril de 2013

COLUMNA


Destiempo

Francisco Rangel 

—Gobierno fallido
 A dos años de gobierno Ángel Heladio Aguirre Rivero se puede decir que su segundo período de gobernador ha resultado fallido y ha sido la desilusión de esos muchos que le siguieron en la aventura de llegar de nueva cuenta a querer tener la riendas de un estado lleno de problemas al que las promesas no alcanzaron la realidad y se han quedado varadas.

Más allá de los recientes problemas sociales, que se le han salido de las manos, es decir el problema de las protestas de los maestros afiliados a la CETEG y a la aparición de policías surgidas de las comunidades, por la falta de atención y resultados de las policías municipales y estatales para combatir al crimen organizado, que han levantado críticas en los poderes federales  y hasta en las del propio amigo de Aguirre Rivero, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a quien seguramente no le ha parecido bien que no le ayuden a consolidar las dos reformas sustantivas de su gobierno, la laboral y la educativa.
¿En dónde están los resultados del Plan de Gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero, que pomposamente daba a conocer al tomar el gobierno del estado? 
¿En dónde está la inclusión de los miembros  de los partidos políticos que formaron la Coalición Unidos por Guerrero? Esos que ahora lo enfrentan enojados por la falta de espacios otorgados a los familiares orgullo de su nepotismo que tiene cobrando grandes salarios en distintas dependencias de gobierno.
¿Cuáles son los resultados de su tarjeta «Guerrero Cumple» de la que se dejó de hablar cuando se acusó al ahora Presidente Peña Nieto de haber comprado las voluntades para que votaran a su favor en las elecciones federales? No será porque también con ellas Aguirre Rivero consiguió lo mismo al ofrecer una llave a las clases pobres, desprotegidas, marginadas y crédulas a las que ahora no les sirve de nada la mentada tarjeta «La cumplidora», pues de las más de 700 mil que le solicitaron apenas y se habrán entregado poco más de diez mil y de las cuales ahora nadie habla, ni mencionan, por el fracaso de ese programa social porque simplemente no tenía sustento presupuestal.
Y ni hablar del ambicioso programa de alfabetizar a más de 450 mil analfabetas, con apoyo de profesores cubanos a los que se les pagó estancia y sueldo, seguramente mejor que a los alfabetizadores que contrataron en la entidad y a final de cuentas ni les han pagado y hasta han echado a dos de los titulares de ese programa porque «no dieron el ancho» o se gastaron el presupuesto en tremendas francachelas en lugar de enseñar a leer a quien no sabe.
Y eso por sólo citar algunos ejemplos. Porque si agarráramos el mentado Programa de Gobierno de Aguirre Rivero nos daríamos cuenta que casi nada se ha cumplido, porque la fuerza de este gobernador se le fue por la boca en promesas no cumplidas.
¿Para eso quería ser gobernador Ángel Aguirre Rivero? Para demostrar que puede mantener la gobernabilidad.
¿O argumentará como disculpa que no lo dejan gobernar todos estos conflictos que le causan las fuerzas sociales, que se han levantado por la falta de atención de su gobierno y los gobiernos municipales?
Pero lo que es una verdad indiscutible es que el gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero ahora cruza la encrucijada que habrá de calificarlo en la historia como un gobierno fallido, de los muchos que han pasado en este estado pobre, marginado y sin opciones de desarrollo.

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