martes, 7 de mayo de 2013

COLUMNA


Maestros: héroes y villanos 
Apolinar Castrejón Marino

Ya estamos en el mes de mayo, a pocos que concluya el ciclo escolar 2012 – 2013, y algunos padres de familia se encuentran preocupados ante la posibilidad de que sus hijos pierdan el año.Pero esto no es cierto. Las mamás se encuentran enojadas porque las protestas de los maestros les han causado graves inconvenientes por no tener con quien, o donde dejar a sus hijos; el aprendizaje de sus hijos les tiene sin cuidado. Por su parte, los padres se dicen muy indignados porque el daño que se está causando a sus hijos «es irreparable».

Veamos qué tan cierto es: Tomando en cuenta que la mente de los niños es un fino instrumento manejador de información y datos, que siempre está procesando sonidos, imágenes y conceptos, sus habilidades para pensar, juzgar y razonar nunca se detienen.
Aunque no haya clases, el niño está aprendiendo de su entorno. Aprende de la televisión, de lo que ve en la calle y de los impresos que tiene al alcance. Aprende de los teléfonos celulares, de los juegos electrónicos y de los discos de música. No siempre lo que aprende es edificante ni positivo, pero el aprende continuamente.
En el aula aprende lo que dice su maestro, pero en la mayor parte de los casos, los conceptos y definiciones que maneja están muy atrasados, o son fragmentarios e inconexos. Por ejemplo, el origen del universo, las guerras y las grandes civilizaciones.
Hoy en día, los niños también cuentan con computadoras e Internet, gracias a lo cual tienen acceso a todo tipo de información, y además pueden experimentar muchas formas de búsqueda, y elegir  entre muchas opciones y versiones. La «brecha Digital» se refiere a que no todos los mexicanos tienen capacidad para comprar un equipo de cómputo y pagar el servicio de Internet.
Para ello, algunas instituciones se encargan de ofrecer esos servicios de manera gratuita, de modo que todos puedan utilizar, practicar y conocer las herramientas tecnológicas del primer mundo. Pero el sector más renuente a incorporarse a las nuevas tecnologías, aunque usted no lo crea, es el de los maestros.
Los reglamentos escolares han sido modificados convenientemente para que los alumnos no sean reprobados, y los programas escolares han sido «rasurados» de las contenidos más complejos, con tal que a los maestros se les facilite impartir sus clases.
Podemos comparar la enseñanza de la actualidad, con la que recibían los niños de hace 10 años: En el primer y segundo grado de la educación primaria, el alumno tenía que dominar la lectura y la escritura; en el tercer grado, los niños debían aprender a sumar y restar con habilidad, y en el cuarto grado tenía que dominar las multiplicaciones.
Redondeaba sus conocimientos de las matemáticas en el quinto grado con la división y en el sexto grado afinaba su percepción de la vida, introduciéndose a las ciencias, las humanidades y la historia patria. En la actualidad el maestro se conforma con que las mamás o los papás hagan el montón de «planas» y contesten las docenas de cuestionarios que les imponen de tarea a sus alumnos.
De la educación secundaria, ni hablamos. Pero si los niños no aprenden, no es ningún problema; no se necesita saber nada para ser diputado. Las ineptas autoridades educativas llaman Educación básica» a los niveles de preescolar y primaria, y la secundaria junto con la preparatoria le llaman educación media (básica y superior). Porque no saben distinguir una cosa de otra.
Como usted sabe, la «educación» pre-escolar es un invento de los regímenes socialistas, donde surgió el kindergarten, lo mismo que las guarderías, que eran muy necesarias en los estados socialistas, en que las madres eran obreras, maquiladoras operadoras de maquinaria. 
Nada que ver con las madres conchudas que llevan a sus hijos a la guardería para descansar de ellas en la casa. Y hasta buscan una guardería donde les enseñen inglés, y les enseñen a comer lo que en sus casa no les dan.

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