martes, 14 de mayo de 2013

COLUMNA


Cosmos


Héctor Contreras Organista


 La virgen de la Asunción de 1813, ¿existe?
-Segunda Parte- 

  La entrevista se realizó el pasado día 10 de mayo de 2013 en el hogar de nuestro amigo y paisano don Odilón Pólito Dircio, en la calle Zaragoza 28 de Chilpancingo. 
Sus padres fueron el señor Francisco Pólito Salmerón y la señora Gregoria Dircio Organista, los abuelitos, don Nino, es decir don Bernardino y la señora Valeria, originarios de Chilpancingo.

-El día de la virgen de la Asunción había una fiesta muy grande en esta casa. Mejor dicho, desde la víspera. Lo recordamos porque siendo niños veníamos con otros vecinitos a escuchar la música, a ver las danzas y toda esa fiesta que se hacía aquí, en tu hogar. Tu mamá, doña Goyita fue una persona muy religiosa, muy apegada a la iglesia. Aquí siempre se tuvo una gran devoción a la virgen de la Asunción, ¿qué recuerdas de esto?
«Mira, Héctor: la historia es grande. Desde que tengo uso de razón ya aquí en esta casa tuya se celebraba la fiesta de santa María de la Asunción. Mi madre, mi padre, toda la familia participaba en la fiesta que le hacían a ella. En la actualidad hemos seguido con la misma tradición y nos da gusto que vengas y nos visites y tengas la gentileza de hacernos esta entrevista para que sepan que aquí está la virgen. Pasa mucha gente y hacen comentarios: Esta virgencita tiene años, muchos años en esta casa. Y, sigue aquí, Héctor, se sigue conservando la virgencita en la casa tuya».
-Muchas gracias, Odilón. Quiero informar a nuestros lectores que al pasar por aquí, por la calle Zaragoza de Chilpancingo, viniendo del centro de la ciudad rumbo a la calle Heroínas del Sur, está situada tu casa, que es de adobe y tuvo techo de teja, ahora tiene también una parte de lámina. Se localiza casi frente a la Escuela Primaria Fray Bartolomé de las Casas. En esta casa hay una ventana, esa ventana siempre está abierta; y desde esa ventana, la gente que pasa puede observar a la virgen María que está en un altar. Su rostro da hacia el sur, ella está de pie y de espaldas cercana a la pared norte de la casa y a su lado está un Cristo. La virgen está vestida con túnica blanca y su espalda se ve cubierta con un manto dorado. En la mano sostiene un rosario. Pende de su cuello un collar y luce una corona como de pedrería. Es una virgen bellísima, tiene un rostro muy hermoso. Es una virgen mucho muy especial. Ahora, bien, Odilón: se ha dicho desde hace tiempo, entre los paisanos, sobre todo entre la gente mayor que esta virgen fue la primera que hubo en la iglesia principal de Chilpancingo, en Santa María de la Asunción. ¿Cómo es esta historia?
«Héctor, ahí no estoy seguro, pero lo que sí te puedo decir es de que la virgen aquí ya tiene bastantes años. Fue de mis bisabuelos, viene de herencia. Mis abuelos se la dejaron a mi papá y como mis papás ya no existen nosotros seguimos aquí con ella, pero suponemos que si yo tengo ahorita sesenta y ocho años, quiere decir que ya tiene sus años. No puedo precisar exactamente la fecha, pero ya te hice más o menos una remembranza de cómo viene, pasando la virgencita de una generación a otra».
 -¿Alguna vez preguntaste cómo llegó la virgen a tu casa?
«La verdad no, Héctor, porque en aquellos tiempos uno de chamaco no le toma interés a las cosas de nuestros padres, que ellos tuvieron y cómo las obtuvieron, pero se deduce que, imagínate, si viene de mis bisabuelitos, entonces quién sabe cómo llegó a esta casa, y de esta casa ya no salió, y está aquí. Así como ves la casa, no se ha modificado. Desde que llegó ella así ha seguido. Esta casa ya tiene también sus años».
-Cada catorce de agosto, en la víspera del día de la virgen, venía muchísima gente. Tronaban cohetes, traían arcos, flores, ¿recuerdas esas peregrinaciones que llegaban a tu casa?
«Sí, Héctor. Eso sí me acuerdo, porque era una gran fiesta que le hacían. Mi madre era muy de gusto. Era una gran persona. Venía el Chile Frito. Te acordarás que en aquellos tiempos se alquilaban los tocadiscos, venía de san Mateo el chaparrito famoso, don Raymundo, luego Chon García, venía mucha gente a traerle la fiesta a la virgen, porque era una fiesta en grande que le hacían a ella. Eran peregrinaciones que se hacían, porque en aquellos tiempos la gente era más devota, más creyente, como era el pueblo chico sabían dónde era y cuándo era la fiesta de la virgen y se reunían bonito aquí la gente. Yo recuerdo que cuando era chamaco era una fiesta en grande».
-Pero esto, ¿no sería como consecuencia de que vendrían a celebrar a la primera virgen de la Asunción que hubo en la iglesia?
«La verdad, Héctor, no quiero caer en un error, pero no sabría exactamente cuáles eran los motivos o si en verdad era algo. Como venían aquí, a ver la imagen, tenían mucha fe en ella, se juntaba bastante gente de diferentes barrios de aquí de Chilpancingo, ya sabían que aquí el catorce de agosto era la fiesta de la virgen. Aquí se hacía el pozole, había de todo. El convivio para todos, porque aquí se da para toda la gente que viene. El pozole en la noche, a la gente que guste es bienvenida».
-¿Sigue viniendo la gente?
«Sigue viniendo de todos los barrios y toda la gente que quiera venir ya sabe que aquí los esperamos, ya saben que aquí hay pozolito y su cafecito también».
-En el caso de nosotros que somos chilpancingueños no tenemos noticia de que haya la imagen de alguna otra virgen de la Asunción en otro lugar y que se celebre con ese fervor, ¿esta es la única que existe?
«Sí, Héctor, fíjate que sí, eso sí, porque es la única virgen que hay y sobre todo de la estatura que tiene, porque yo tengo un compadre que le regala su vestido cada año y lo lleva a bendecir a san Antonio o a la iglesia del centro y le preguntan que dónde está esa imagen o que si de veras es grande porque el vestido es grande. El les dice que sí, que es grande la virgen a la que le lleva el vestido. Y le preguntan dónde está, y él les dice que en la calle Zaragoza, porque hay veces que no quieren creer que sea muy grande la virgen, pero sí, lo es, pongamos que mide un metro cincuenta centímetros, eso ya es una imagen grande».
-¿Quién es tu compadre?
«Mi compadre es Guillermo Catalán García. Cada año le regala su vestido a la virgen».
-¿Han venido a hacer algún reportaje?
«No, no, no, Héctor, eres el único que ahorita nos estás visitando y nos da gusto que estés aquí en tu casa, pero hasta ahorita eres tú el único que se está interesando en esto».
-Fíjate que me he interesado en este trabajo porque estamos por cumplir doscientos años del Primer Congreso de Anáhuac. La virgen que presidió ese Congreso que hizo don José María Morelos y Pavón era la virgen de la Asunción, y se ha comentado desde hace años en el pueblo que la virgen que está en tu casa tal vez corresponda, precisamente a la Asunción que estuvo en la iglesia en esa época de Morelos.
«Pues, Héctor, quién sabe. Ahora sí que yo no te puedo asegurar o decir sí fue en verdad. La historia real no la sé de dónde vino o de dónde viene esta virgen que nosotros tenemos, porque cuando hice uso de razón ya estaba aquí, no quiero mentir eso».
-Gracias, por tu respuesta. Tus padres, ¿a qué se dedicaban?
 «Mi padre fue agricultor, todo el tiempo dedicado a la agricultura. Mi madre se dedicó a la elaboración de las tortillitas, a vender en el mercado, eso fue el trabajo de ellos. Después mi papá aprendió la albañilería».
-¿Cuántos hermanos fueron ustedes?
«Fuimos nueve hermanos, ya nada más estamos dos, los demás ya fallecieron: El mayor es Arnulfo, él es talabartero, vive y lo conoce mucha gente; el segundo es mi hermana Enedina; el tercero es mi hermano Modesto, que en paz descanse, él fue empleado; mi hermana Enedina se dedicó a la elaboración de la tortilla. Luego mi hermana Juana, ella, ama de casa; mi hermano Bernardino ya falleció, fue herrero, de los primeros con don Joaquín Bello, mi hermano Bernardino y tu servidor».
-Qué bonito recordar aquellas época y sobre todo en un lugar muy acogedor como es tu casa. Quiero agradecerte mucho la hospitalidad, pero, antes dime por favor, ¿con quién te casaste?
«Mi esposa se llamó Lourdes Norberto, desafortunadamente ya tienes dieciocho años que falleció. Vivo con mis hijos y con mi nuera. Tengo tres hijos y aquí viven conmigo: Mario, Julio y Juan Ignacio y mi nuera María Luisa Morales y un nietecito: Luis Ignacio Pólito Barrios».
-Quiero una vez más gradecer tu atención y tu hospitalidad.
«No, Héctor. Al contrario, yo estoy muy agradecido contigo, ya sabes que somos amigos, yo te considero como parte de mi familia y estoy completamente contento de que te hayas acordado de venir aquí, a tu humilde casa».
-Muchas gracias, Odilón. Muy amable.
Don Odilón nos confió que la virgen se encuentra en mal estado, la base está apolillada. Puede, en cualquier momento, desintegrarse. No hay documentos que demuestren que sea la virgen de la Asunción de Chilpancingo de 1813. El reporte se consigna por el dicho añejo de vecinos quienes comentaban que esa virgen fue la que Morelos conoció y veneró en el templo local de la Asunción.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.