jueves, 30 de mayo de 2013

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras Organista


Hoy se cumplen veintinueve años del asesinato del Periodista Manuel Buendía.



“Matar a un prójimo es el peor delito que pueden cometer los hombres, pero matar a un periodista prestigioso y valiente equivale, casi, a un genocidio: es un intento por matar el derecho a pensar, la libertad de expresión”.
Lo anterior fue escrito y publicado por el periodista Roberto Blanco Moheno, días después del asesinato del periodista Manuel Buendía Téllez Girón, agregando lo siguiente:
“Yo nunca estuve de acuerdo con la ideología del periodista asesinado, pero justamente por eso lo aprecié y respeté en todo su valor y su valer.

“El hombre que tiene como tarea exponer su pensamiento, denunciar lo que considera malo o enfermo, y realiza la tarea con todas sus consecuencias, es el hombre más respetable por su simple existir, que forma conciencias y sanea la vida nacional de toda hipocresía y de todo encubrimiento.
“Ya lo dijo Voltaire hace muchos años, pero nunca está por demás repetirlo: Estaré hasta la muerte en contra de lo que tú dices, pero defenderé hasta con la vida el derecho que tienes para decirlo”.
El prestigiado periodista mexicano, Manuel Buendía, fue asesinado la tarde del miércoles 30 de mayo de 1984 por un desconocido, quien, a quemarropa, le hizo cuatro disparos, dándose luego a la fuga.
Según versión de uno de  sus ayudantes, que lo acompañaba en el momento del suceso, Buendía salía de su despacho, ubicado en el inmueble marcado con el número 58 de la avenida Insurgentes Sur, colonia Juárez, de la ciudad de México cuando al entrar al estacionamiento donde guardaba su automóvil, fue detenido intempestivamente por el sujeto que hizo las detonaciones.
Su esposa, doña María Dolores Ávalos de Buendía, al conocer los hechos declaró: “la valentía y honestidad con que actuaba le costó la vida”.
Manuel Buendía fue recogido por ambulantes de la Cruz Roja luego de haber sido identificado por su esposa y sus tres hijos y llevado posteriormente al Servicio Médico Forense para determinar la causa de su muerte y el tipo de arma con que fue victimado.
El periodista, escritor y maestro Manuel Buendía Téllez Girón nació el 24 de mayo de 1926 en Zitácuaro, Michoacán.
Inició sus actividades periodísticas en la revista La Nación y posteriormente en La Prensa. En este medio destacó como reportero de la fuente policíaca y, años más tarde como columnista, al crear su columna Red Privada.
De 1961 a 1963 fue director general de esa empresa periodística.
Posteriormente se incorporó al periódico El Día, donde a lo largo de 15 años escribió la columna Para Control de Usted, que firmaba con el nombre de Téllezgirón, y al mismo tiempo mantuvo una plana dominical  titulada Concierto Político, hasta 1976.
Con el periodista y político Enrique Ramírez y Ramírez, Buendía fundó el periódico Crucero; ocupó cargos de dirección de prensa en distintas dependencias y organismos descentralizados, entre ellos el CONACYT, Nacional Financiera y Departamento del Distrito Federal.
En su larga labor periodística se incorporó a El Sol de México, donde escribió la columna Sol y Sombra. Tiempo después colaboró en El Universal con la publicación de su columna Red Privada. Con ésta llegaría a otro medio conocido, Excélsior, para continuarla hasta el día de su muerte.
Manuel Buendía, quien observó una persistente y honesta labor periodística por muchos años, logró el Premio Nacional de Periodismo, otorgado por el gobierno de la República, en 1977, y un año más tarde el Premio Nacional de Periodismo Francisco Zarco, que le entregó el Club de Periodistas.
Una de sus labores más importantes dentro de la actividad de la comunicación, fue la formación de nuevas generaciones de periodistas con sus cátedras en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Escuela “Carlos Septién García” y otros centros de cultura.
Producto de sus amplios conocimientos sobre el ámbito político, social, económico y cultural de nuestro país, Buendía legó a la sociedad obras de trascendental importancia, que se concretizaron en varios libros, entre los que se citan La CIA en México, Red Privada y En defensa de la Palabra.
El editorial de Excélsior, del jueves 31 de mayo de 1984 se encabezó con el siguiente titular: “Crimen Contra la Libertad”, y refiere que las balas que abatieron a Manuel Buendía en el proditorio crimen estaban dirigidas no a un hombre sino a la libertad de expresión, brillantemente utilizada y honrada por ese hombre.
“Las claras circunstancias del asesinato motivan nuestra indignación, solidaridad y enérgica demanda de justicia a las autoridades. Si en México ha de seguirse hablando de respeto al derecho, la justicia y a la libertad, el hecho infame y la segura maquinación que lo generó deben esclarecerse inmediatamente y a fondo.
“Manuel Buendía era un gran periodista. Documentado, veraz, honorable y valiente, supo abanderar causas nobles y enfrentarse con energía aguda y penetrante a los transgresores de la ley, a los defraudadores del pueblo, a los enemigos de México y a los intereses tartufos, agresores, de una u otra ideología; de los derechos legítimos de los mexicanos.
Idealista y certero, jamás midió el tamaño de sus adversarios ni se arredró ante la capacidad para el mal de quienes fueron blanco de sus contundentes ataques. Trabajaba en casa de cristal. Su obra, en su columna Red Privada, está bien clara, escrita en las páginas de Excélsior. En ellas, con extrema facilidad, podría repasarse el catálogo de los individuos y corporaciones a quienes puso, justificadamente, en el banquillo de los acusados. Entre éstos, la investigación de la justicia encontraría quizá a los presuntos autores del crimen cobarde e infame”.

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