viernes, 28 de junio de 2013

COLUMNA

Los gastos de los políticos  


Apolinar Castrejón Marino


Las discordias entre los actores políticos de México, han subido exageradamente de tono, y amenazan con destruir al sistema político mexicano. Pero los funcionarios y dirigentes del Partido Acción Nacional apuestan toda su confianza a la parodia del aforismo que dice: “Entre los pitufos podemos pelearnos, pero nunca nos haremos daño”.
A últimas fechas, no hay día que se queden callados. Si no es uno, es otro pitufo, que sale a decir sandeces en contra de sus compañeros, en beneficio de sus enemigos de los otros partidos. ¿Se imagina la alegría que deben sentir Manlio Saurio, Emily Gamboa y Enrique Peña cuando ven en la televisión las declaraciones de Cordero en contra de Madero, y Jorge Luis DesPreciado, haciéndoles tercera?

Y como cuando se pelean las comadres, se dicen sus verdades, el resto de mexicanos tenemos oportunidad de enterarnos de los trastutpijes de la política “a la mexicana”. Muchas tracalerías de los parásitos que se hacen llamar políticos, ya las sabíamos, pero ahora tenemos oportunidad de comprobarlas.
Excusamos el adjetivo de parásitos, porque las sanguijuelas, las garrapatas y los mosquitos pueden sentirse ofendidos, cuando los comparamos con los engendros chupeteadores priistas. Los panuchos y los perredistas también roban y trafican con el poder, pero no pasan de simples aficionados, comparados con los vividores priistas de todas las épocas.
Pero veamos qué es lo que nos queda muy claro, ahora que los pitufos están des enzarapándose: 
Primero, que no hay “ideología” que valga, cuando se trata del cochino dinero. Más allá de la “Acción nacional” de su partido, Ernesto Cordero está furioso porque “le levantaron la canasta”.  Sus acciones de ahora, en pro de la rectitud, la honestidad y la transparencia, ni siquiera se le ocurrieron cuando él manejaba a su antojo los dineros del Senado.
Cordero es solo “la mano que mece la cuna”. Quien está detrás de toda la maraña de intrigas panistas es Felipe Calderón, quien pretende seguir manejando el tinglado de su partido y de las Cámaras. Alguien le tiene que avisar que ya está políticamente muerto y que todo lo que toque, lo va a apestar.
Pero también en el PRI tienen quien meza la cuna. Muy hablador y grandilocuente, pero César Camacho es solo el títere maneja la escena para que  otras fieras de fauces más grandes se preparen para tragarse el bocado más grande: Manlio Saurio Beltrones.
El PRD tiene la magnífica oportunidad de eliminar a sus contrincantes, pero en lugar de eso, se han colocado una soga de ahorcado al cuello, facilitando que los priistas los ahorquen con cualquier motivo. AMLO solo se desapareció de la escena política, en lugar de retirarse dignamente, avisando que dejaba la responsabilidad de la cosa pública a otros mediocres.
Los ex gobernadores están poniendo sus barbas a remojar en vista al cauce que ha tomado el caso Granier, y los ministros de la tremenda corte se han descarado, mostrando al público que los ciudadanos no existimos y acaso tenemos alguna utilidad en tiempos electorales.
Pero por si le queda alguna duda del profundo desprecio que los “políticos” sienten hacia nosotros, le recordamos los casos de las Leydies de Polanco, Lady Profeco, y la Lady de Bosques. Y también tenemos la versión masculina de la corrupción mexicana, representada dignamente por el Gentleman de las lomas, el hijo del ex presidente Ernesto Zedillo y el Gentleman de Playa del Carmen.
El Periódico Reforma, encontró facturas del Coordinador del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Senadores, Ernesto Cordero hizo erogaciones por 7 mil 228 pesos en artículos de higiene personal – toallas, cepillos, pastas dentales y hasta un shampoo Ma Evans Acción Profunda, para evitar la caída del cabello– y por 19 mil 556 en obsequios y regalos. También se destinó 71 mil 254 pesos a "reembolsos de gastos diversos".
Desde luego, es válido que usted acepte que Cordero se gaste los fondos públicos para pagar boletos de avión para "el staff de la coordinación", servicios de telefonía celular y lentes de contacto. Y que adquiera “un artículo” de mil 880 pesos, de la marca Louis Vuitton, y compras en el Palacio de Hierro por casi 6 mil pesos, que incluyen joyería, una chamarra cazadora y un cinturón.
Como a su familia y amistades les gusta lo fino, les compra bolsas de piel, ropa deportiva, ropa para niños, juegos de cubiertos y arreglos de dulces. De la tienda Zara Home, adquirió productos de cosmética, accesorios de baño, toallas, alfombras y tapetes.
Entonces, todo está bien, y no nos digan que no hay dinero. 

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