martes, 24 de septiembre de 2013

NOTA ROJA

Tras 4 días de enterrados los
rescataron vivos, hoy martes

Jorge de la Rosa.ZIHUATANEJO, GRO.-- Después de estar unos minutos inconsciente al caerle un alud luchaba desesperado, aún con fractura en costillas y cadera, por sacar a su hermano Cecilio que creyó muerto, gritaba Rubén
 “Auxilio, auxilio. Ayúdennos por favor”.
Contó Rubén, quien vive en la comunidad de El Durazno, que  “Cecilio sangraba de la boca y la nariz, estábamos llenos de lodo, veníamos de trabajar un rato intentando abrir el camino porque estamos incomunicados”.

 “Fueron cuatro días y sus cuatro noches las que llovieron”, al referirse al fin de semana del pasado puente de fiestas patrias. Y aún sigue lloviendo todos los días, pero las precipitaciones son intermitentes. 
Apenas este lunes, pudieron llegar por la mañana elementos de la Armada de México, pues las condiciones no permitieron hacerlo antes. Según el reporte médico, si hubieran tardado dos días más Cecilio hubiera fallecido. 
“Su estado es grave, tiene traumatismo cráneoencefálico severo, tiene los rasgos de ojo de mapache, tiene contusión ocular en un ojo, eso nos da una gravedad y posiblemente tiene un sangrado a nivel cerebral. Hay que hacerle un escaneo para ver en dónde tiene el sangrado, hay que verificar hueso y columna por si hay una posible fractura y tardará de dos a tres meses en sanar”, según el parte que dio el médico Javet Flores Ramos. 
Un bebé de cuatro meses de edad no corrió la misma suerte de Cecilio. Aún no tenía nombre, no lo habían bautizado, su madre Almendra Hidalgo lo vio morir después de tres días de vómito constante y nada pudo hacer porque desde el 15 de septiembre quedaron bloqueados los accesos a esta comunidad de El Durazno, ubicada a 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar, la población que se encuentra más arriba. Ni a Tierra Caliente, ni a la costa pueden salir. 
La localidad más cercana, Petatlán está a seis horas de camino, por lo que hombres del lugar se han dedicado a trabajar para abrir uno de los caminos bloqueado con lodo y grandes piedras. 
Rubén y Cecilio eran los últimos en regresar el lunes pasado, iban en su cuatrimoto, vehículo común de transporte entre la población de El Durazno, cuando se les vino encima un alud que los alcanzó dejándolos casi sepultados. 
“Si no hubiera sido porque está una casa cerca, mis dos hijos tal vez hubieran muerto”, dijo su padre Dalmasio Cortés Arriola, quien comentó que enseguida corrieron sus otros tres hijos varones y primos para auxiliarlos. 
“A los dos los vimos muy mal, están muy mal, pero más Cecilio. Apenas tiene 16”, subrayó preocupado el hombre”. 
Rubén, quien a sus 27 años de edad y con dos hijos confirma lo dicho por Dalmasio: “Fue un deslave, andábamos destapando los caminos para conseguir víveres y cuando veníamos de regreso se vino un deslave y nos alcanzaron a pegar unas piedras y nos calló el lodo encima”. 

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