miércoles, 25 de septiembre de 2013

PRIMERA PLANA

Sepultadas unas 100 viviendas,
solicitan reubicarlos en Omitlán

 Bernardo Torres.OMITLAN, GRO.--En este poblado de Omitlán, del municipio de Juan R. Escudero, el río que lleva el mismo nombre sepultó al menos 100 viviendas, a consecuencia de las lluvias que trajo consigo la tormenta tropical “Manuel”, y claman por ayuda a las autoridades.

Los habitantes narraron la historia de terror que se vivió desde la noche del sábado, cuando el río Omitlán empezó a salir de su cauce, aunque al principio no pensaron en la magnitud que la inundación alcanzaría.
El señor, Félix Ojendis, de 40 años de edad, quien vivía a unos 150 metros de distancia del río, junto con su esposa e hijos, dijo que en el tiempo que lleva viviendo en este pueblo habían sufrido inundaciones, pero nunca una similar a la que ocasionó este fenómeno meteorológico.
Narró, que en cuanto el agua se acercó a su vivienda, sacó algunos de sus muebles y aparatos, y los subió a un pequeño bordo atrás de su casa, sin embargo en menos de una hora el agua había subido hasta ahí, por lo que ya nada pudo rescatar, y huyó junto a su familia hacia el cerro.
Aparatos electrodomésticos, muebles, documentos, herramientas, y cultivos de maíz y calabaza, quedaron sepultados, a más de 5 metros de profundidad, consumándose la pérdida total de su patrimonio.
Todos coinciden en que la dimensión de la inundación se debió a la falta de alertamiento, sobre la cantidad de lluvias que se registrarían, y sobre todo que las compuertas de la presa “La Venta”, un fueron abierta a tiempo, para desfogar el excedente de agua que bajó desde la montaña.
Inmediatamente subieron a la parte más alta del pueblo, sin embargo el río continuaba subiendo, por lo que tuvieron que ir en busca de refugio bajo la lluvia al poblado de Tepehuaje I, donde pasaron la noche, hasta que cesó el temporal.
Más de la mitad del pueblo yace bajo la arena, y señalan que aquí ya no es un lugar seguro para vivir, por lo que urgen a las autoridades estatales y federales, un proyecto de reubicación.
El río originalmente de 100 metros de ancho, ahora abarca más de 300 metros, e inundó todo a su paso, además de que tiró el puente que conduce hacia la Costa Chica de Guerrero, dejando incomunicados a decenas de comunidades.
Esta semana los alimentos empezaron a escasear y las despensas que voluntarios y dependencias han llevado son insuficientes, además de que han empezado a padecer algunas enfermedades como Dengue, que podría derivar en una situación de salud, de mayor gravedad.
A falta de medios de comunicación, han improvisado “pangos” y balsas para cruzar el aun crecido río, para llegar al poblado de Villa Guerrero, a por lo menos media hora de distancia, en busca de alimentos, aunque esto implique poner en riesgo su vida.
Por el momento no pierden la esperanza, y agradecen a la naturaleza que al menos les dejó con vida, una señal bastante clara de que se sobrepondrán de esta situación, y recuperarán su vida normal. (ANG).

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