COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

Le viene pintiparado el mote de “Sepulcro Blanqueado” (término bíblico) al ex INEBAN, porque se ve que no hace mucho le dieron una manita de gata, pintando la fachada para que se vea bonita, y hasta de colores, pero al ingresar al edificio, los espacios son un caos porque no hay un mínimo de orden y todo es un asqueroso e infecto mugrero. 

Por dondequiera se ven escritorios sucios que no dejan espacios para pasillos: uno al lado de otro o frente a otro, paredes puercas, pisos sin lavar, olores nauseabundos que provienen de los sanitarios, un chiquero gigantesco, la asquerosidad en pleno. Y como la voz popular reza que “todo se le parece a su dueño”, habría que suponer que la secretaria de “educación” Silvia Romero, lleva mano, va a la punta en eso de los Sepulcros Blanqueados.

No se necesita ser arquitecto, ingeniero o albañil para calcular que ese edificio no fue construido para recibir el insultante peso de escritorios, muebles y personas que le han encajado por todos lados, gente que está corriendo riesgo ante cualquier contingencia.

Pero nadie dice nada al respecto, o si dicen, se quejan, hablan, gritan o protestan, nadie los escucha. Doña Silvia menos, porque en las oficinas se comenta que “anda muy ocupada desempeñando con alegría su oficio de huelepedo atrás del gobernador, asesorándolo, como si el ángel de Ometepec fuera un lunático o tarado que mucho necesitara del consejo de la Silvia, la Chiva o la Chivis”.

Y ahí mismo, empleados que piden anonimato dicen que “la prueba más contundente de la irresponsabilidad de la Chiva Romero es que a consecuencia del diluvio llamado Manuel, las aguas llenaron cual alberca todo el espacio donde se encontraba el departamento de Archivo General de la Secretaría de Educación Pública y documentos, todos valiosos para el profesorado guerrerense, se echaron a perder, escritorios y archiveros fueron rasados por el agua y sólo unos cuantos documentos aún húmedos se pudieron amontonar en cartones, pero el archivo magisterial general del estado de Guerrero, ya no existe”. Grave, muy grave y penosa realidad.

Y, entonces, si no existen documentos de todos los profesores de Guerrero, que necesitan para cualquier trámite, para jubilarse, para solicitar préstamos o para lo que sea, ¿dónde los van a encontrar o conseguir? ¿En las computadoras? ¡Imposible, también el agua las echó a perder!

Y aseguran que La Chiva (Silvia) Romero, en lugar de resolver el muy grave problema que de raíz acaba con la Secretaría de Educación Pública, porque ya no hay documentos oficiales que avalen a los profesores, y ni la misma SEG puede tramitar nada, sigue con entusiasmo su ejercicio y redituable ($) oficio de huelepedo atrás del gobernador, “asesorándolo”, cuando La Chiva Romero tiene abandonado su Sepulcro Blanqueado, el ex INEBAN y donde al perderse el archivo histórico, de lo más valioso que uno pueda imaginar, se pierde toda garantía y aval de la historia de la Secretaría de Educación Pública en Guerrero, que no es cualquier baba de perico. 

Nomás que este asunto, La Chiva Romero (chiva en cristalería) ha tratado de mantenerlo en secreto.

¿Hasta cuándo y para qué?

Tan no toma en serio un asunto tan grave y sumamente delicado la secretaria (huelepedo) de “educación” Silvia Romero, que sólo se conformó con mandar colocar en una de las paredes del peligroso edificio ex INEBAN, el siguiente letrero, por cierto, pésimamente redactado en un pedazo de cartón:

“AVISO” Compañeros de oficinas centrales y alternas (ADG), pasar al Archivo Gral., a revisar su expediente De: 9:30 A.M. a 14:00 Hrs. (La palabra URGE está escrita al revés, así, exactamente como camina la SEG de Silvia Romero: al revés).

¡Qué falta de seriedad!

¿Y esta “chuayfecita” es la que va a “cambiar” el sistema educativo de Guerrero?

Jamás se había puesto en tan grave riesgo al magisterio de Guerrero por la irresponsabilidad de no saber poner orden en un centro de trabajo tan importante como debió haberse hecho en la Secretaría de Educación Pública en Guerrero.

Y, a todo esto: ¿Cuál va a ser la reacción oficial, particularmente del gobernador Aguirre ante la pérdida del archivo general del magisterio de Guerrero?