jueves, 31 de octubre de 2013

NOTA ROJA

Exigen justicia familias de los
 5 asesinados en Michoacán 


TLAPA DE COMONFORT, GRO.—Por un lado la delincuencia cobra víctimas de indígenas Me’phaa jornaleros que fueron a trabajar al estado de Michoacán, pero fueron privados de la vida cinco, por lo que sus familiares exigen justicia, por el otro el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan condena los hechos de sangrientos.

El pasado 29 de octubre del presente año fueron encontrados los cuerpos sin vida de 5 jornaleros agrícolas originarios de San Pedro Acatlán, municipio de Tlapa de Comonfort y, de El Rosario, municipio de Atlamajalcingo del Monte, quienes se encontraban trabajando en un campo agrícola del municipio de Yurécuaro, Michoacán. El Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” lamenta y condena enérgicamente estos indignantes hechos.
Este miércoles llegaron los cuerpos por la montaña a esta región de la montaña guerrerense para darles cristiana sepultura este jueves, y sus familiares exigieron justicia, que se investigue y castigo a los responsables, por temor a represalias se negaron a dar  su identidad, pero revelaron que a los hoy occisos les robaron 65 mil pesos producto de sus ahorros del tiempo que llevaban trabajando.
De acuerdo con testimonios de los familiares de las víctimas, el 28 de octubre alrededor de la 10 de la mañana, los jornaleros agrícolas Macedonio Mariano Pacheco, Sergio Mariano Hurtado y Antonino Bravo Parra, salieron de su domicilio temporal ubicado en Yurécuaro, Michoacán, donde se encontraban trabajando en el corte de chile poblano.
Al percatarse de que no regresaban a su vivienda, sus compañeros de cuadrilla Jorge Garcia Mariano y Alberto Hurtado Gálvez, salieron a buscarlos aproximadamente a las 15:00 horas, pero lamentablemente, tampoco volvieron.
El día 29 de octubre, los familiares acudieron ante el Ministerio Público de Tanhuato, Michoacán, a solicitar la intervención de las autoridades para la búsqueda y localización de los jornaleros desaparecidos. Poco después, los cuerpos sin vida de los cinco jornaleros fueron localizados al interior de dos vehículos en el kilómetro 3 de la carretera La Piedad-Yurécuaro, Michoacán.
Estos hechos trágicos evidencian la situación de vulnerabilidad en que se encuentran miles de familias jornaleras de la Montaña, que se desplazan a los campos agrícolas en busca de trabajo para garantizar su subsistencia. Actualmente, esta condición de indefensión no es sólo consecuencia de las condiciones laborales de semiesclavitud que prevalecen en los campos, sino también de la acción impune de actores no estatales como los vinculados a la delincuencia organizada, que controlan amplias francas de los territorios rurales donde se sitúan los campos agrícolas.
Macedonio, Sergio, Antonino, Jorge y Alberto, migraron para buscar empleo en estas condiciones de desprotección. Como miles de indígenas Me’phaa de la Montaña Guerrerense que año con año salen a los campos agrícolas, enfrentaron las más adversas condiciones de pobreza y explotación.
Ante estos sucesos, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, se suma a la exigencia de las familias dolientes de que debe tener la intervención inmediata de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán para realizar las investigaciones correspondientes y para que se garantice la protección a los familiares y compañeros de trabajo de Macedonio Mariano Pacheco, Sergio Mariano Hurtado, Antonino Bravo Parra, Jorge García Mariano y Alberto Hurtado Gálvez.
Asimismo, dado que los asesinatos de estos cinco hombres Me’phaa demuestran que en el contexto de violencia que hoy prevalece las y los jornaleros agrícolas enfrentan situaciones de riesgo que requieren de una atención integral, una vez más exigimos a las instancias del orden federal como la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social que ejerciten a cabalidad sus facultades para inspeccionar y vigilar estrechamente las condiciones de vida y trabajo que subsisten en los campos agrícolas, a efecto de evitar que se repitan hechos como los que hoy lamentamos.
Sin razón ni motivo fueron víctimas también de un poder no estatal que, como el de algunos empresarios agrícolas, se sitúa al margen de la sujeción a la ley y del respeto a la vida. Hoy sus muertes evidencian el dramático aumento de las condiciones de vulnerabilidad de la población jornalera, como lo confirmó también el lamentable fallecimiento del señor José Sánchez Carrasco, acaecido en el Estado de Sonora.

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